Las mujeres saharauis, que apoyan la huelga
del 8 de marzo en el día internacional de la mujer, luchan por la igualdad en
una situación especial: la ausencia del derecho a la autodeterminación de su
país, el Sáhara Occidental, ocupado por Marruecos.
Por ello, las mujeres saharauis trabajan
para conseguir la libertad y la independencia del territorio que tuvieron que
abandonar hace 42 años al ser entregado a Marruecos por España; ellas fueron
las artífices de los campamentos de refugiados en Tinduf (Argelia) y se convirtieron en un pilar de la
resistencia.
En febrero pasado, el día 18, en los
campamentos de refugiados celebraron el
Día de la Madre Saharaui, pues en esa fecha, pero en 1976, los miles de
saharauis que huían por el desierto fueron bombardeados por la aviación
marroquí con napalm y fosforo blanco en Um Dreiga y una de las muchas víctimas
fue una madre que atendía a los refugiados.
Jira Bulahi, la primera mujer delegada en
España del Frente Polisario, el movimiento de liberación saharaui que lucha por
la independencia del Sáhara Occidental,
y otras mujeres saharauis relatan a Contramutis las difíciles
condiciones de su lucha como mujeres y como saharauis.
Ingeniera electrónica y madre de dos hijos,
Jira Bulahi afirma que a las trabas que subsisten en las diferentes sociedades
se añade a la mujer saharaui otro obstaculo: “La falta de autodeterminación de
todo un pueblo por la política anexionista del régimen de Marruecos”.
Las reivindicaciones de la mujer saharaui
coinciden con las de cualquier mujer: “Quiere igualdad de oportunidades en el
proyecto común de todos los
saharauis, que viven en circunstancias muy difíciles, tanto en las zonas
ocupadas por Marruecos como en los campamentos de refugiados, los territorios
liberados y en la diáspora”.
Señala que en las zonas ocupadas por
Marruecos la mujer saharaui es marginada y objeto de represión, mientras que en
los campamentos de refugiados su situación ha avanzado: “Aún queda mucho,
siempre queda; cada vez que se llega a una meta se visualizan todos los
obstáculos que subsisten”.
La delegada del Polisario comenta que
aunque la sociedad saharaui se encuentra en el contexto del mundo árabe
musulmán y que “muchas veces hay estereotipos que marcan y mentalidades
retrogradas que arrastran”, “la mujer
saharaui ha sabido romper y dista mucho de ese marco limitado; es parte en la
confección y consolidación de las instituciones del estado saharaui, que
garantiza el estatus que la mujer saharaui quiere”.
Una lucha tridimensional
Para la abogada saharaui Fatima Fadel, la
lucha mundial por la igualdad de derechos y oportunidades entre hombre y
mujeres es una labor global, pero en el
caso de la mujer saharaui “es una lucha tridimensional: la ocupación ilegal de
su pueblo, el exilio y la propia lucha por la igualdad”.
Cofundadora de la Asociación Profesional de
abogados saharauis en España (APRASE), Fadel dice que las circunstancias de su
propio destino han hecho de la mujer saharaui un ejemplo de resistencia: “El
símbolo de todo un pueblo, su lucha para imponer sus derechos en una sociedad
árabe y musulmana han contribuido a un reconocimiento no solo a nivel nacional
sino internacional, unos hechos que la hacen responsable de conservar los
logros conseguidos”.
Desde Tinduf, Hareira Mohamed Hayarm,
directora de Cooperación de la Unión de Juventudes Saharauis (UJSARIO), reseña lo dura que es la vida para una joven
en los campamentos de refugiados, y lo que sufren las que están en los territorios ocupados por Marruecos:
“Tenemos un país lleno de recursos naturales que nos roban y podríamos vivir
como cualquier joven del mundo, eso da mucha rabia y dolor, pero seguiremos
luchando, no queremos que lo esto lo vivan nuestros hijos”.
“Aquí no tenemos futuro- añade- ; si estudias
no tienes donde trabajar y para estudiar tienes que viajar a otro país, lejos
de tu familia, de tu sociedad, es muy difícil. Queremos estar como mujeres
jóvenes libres en nuestro país; aquí no hay empleo, no hay trabajo, no hay
centros donde pasar el tiempo libre. Nuestro sueño, y el de todos los
saharauis, es la libertad, que consigamos la independencia; esta lucha nos hará
estar un día en nuestro El Aaiún liberado”.
Jadiya Beyun, secretaria del sindicato
UGTSario del campamento de Bojador,
afirma que la mujer saharaui trabaja día y noche para conseguir la libertad de
su pueblo: “Es madre, ama de casa, hace escuelas…, su huella está en todo”.
Pero asegura que hay algo que prevalece en
su vida: “Luchar hasta conseguir la libertad y la independencia”, lo que
enseñara a las siguientes generaciones.
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