martes, 4 de diciembre de 2018

Hablar con saharauis, el “delito” de dos activistas de DDHH suizos expulsados de El Aaiún


*Fuente: Contramutis / Por Alfonso Lafarga. 04/12/2018
“Nos obligaron a desbloquear los móviles, miraron los mensajes y grabaron las fotos y vídeos”
“Marruecos no permite ver lo que pasa en el Sáhara Occidental”
Dos activistas de Derechos Humanos suizos fueron en noviembre a El Aaiún para conocer la realidad del Sáhara Occidental y hacer un reportaje, pero cometieron la “ilegalidad” de hablar con los saharauis y al día siguiente de llegar fueron expulsados.
Laura Kleiner, abogada, y Tullio Togni, antropólogo, trabajaron anteriormente en Palestina y, recientemente, en Guatemala. Decidieron que ahora era el momento de viajar al Sáhara Occidental ocupado por Marruecos y recoger información sobre la vida del pueblo saharaui, sus vicisitudes, la falta de trabajo, los presos, la diáspora…
Sobre las 14 horas del 16 de noviembre llegaron a El Aaiún, en autobús, procedentes de Tan Tan (Marruecos) y allí fueron recogidos por miembros de un sindicato de desempleados saharauis. Se trasladaron directamente a una casa y durante toda la tarde se dedicaron a hacer entrevistas, hasta que fueron a un hotel acompañados de un saharaui.
A la mañana siguiente, sobre las 8,30, llamaron a la puerta de la habitación del hotel y al abrir se encontraron con seis personas. Los activistas, a su paso por Madrid, cuentan así lo ocurrido: “Preguntamos que quiénes eran y nos mostraron una identificación de la seguridad marroquí, pero de forma muy rápida, para que no pudiéramos leer el nombre”.
“Tomen sus cosas y nos vamos. Tienen que regresar a donde vinieron”, fueron las palabras que recibieron de los policías, que grababan todos sus movimientos.
Después de exigir los pasaportes y requisar sus teléfonos móviles, fueron introducidos en un taxi y llevados hasta un puesto de control a la entrada de El Aaiún y allí tuvo lugar el interrogatorio: “Nos obligaron a desbloquear los móviles, miraron los mensajes y grabaron las fotos y vídeos. Nos preguntaron a quién conocíamos, quién nos había dado los contactos, quien nos paga, para qué organización trabajamos…”. Les preguntaron qué hicieron el día anterior, y al decir que nada les enseñaron una foto en la que estaban con saharauis.
Tras esto, les advirtieron que lo que habían hecho era “ilegal” y que no podían reunirse con gente “sin pedir autorización”, como ocurre “en todos los sitios”, a la vez que les acusaban de reunirse con socialistas y de difamar a Marruecos.
De nuevo fueron obligados a subir a un taxi y junto a otras cuatro personas fueron trasladados hasta Agadir, a donde llegaron después de nueve horas de viaje: “El taxi nos dejó en la estación de bus, a las afueras de Agadir. Al taxista le llamaban de vez en cuando para hacer comprobaciones”.
Un miembro del Consulado suizo se interesó por su estado y en una reunión en la embajada de Suiza en Rabat les dijeron que tenían que estar agradecidos, podían haberse inventado un delito contra ellos.
Laura Kleiner y Tullio Togni escribieron un comunicado denunciando su expulsión,  el acceso al contenido de sus teléfonos, así como la violación del derecho a reunirse con otras personas.  Señalaron que la intervención policial marroquí demuestra que no se permite “ver y contar lo que realmente pasa en los Territorios Ocupados”, lo que debe ser conocido por las Naciones Unidas.

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