DERECHOS INHUMANOS
Mi amiga Inés Miranda, persona a la que tengo gran aprecio, me envía un correo en el que se muestra preocupada por la situación de los defensores de los Derechos Humanos en los territorios ocupados del Sahara Occidental.
Está pasada semana han habido manifestaciones pacificas en el Aaiun, Bujdur y Smara reclamando, como siempre, el derecho de nuestro pueblo a la autodeterminación. La respuesta de la policía marroquí ha sido desmedida. Han detenido a varias personas, las han torturado y lo que es más grave les han hecho juicios sumarios en el más oscuro de los secretos. Los detenidos, en realidad, han sido secuestrados, porque estuvieron desaparecidos durante varios días sin posibilidad de defensa y sin comunicación con sus familiares. Es más, las autoridades marroquíes negaban que esas personas se encontraban detenidas. Sus familiares y abogados tuvieron conocimiento del paradero de los jóvenes por otras personas que se los encontraron en la cárcel.
Cada día tenemos ejemplos vivos de lo que realmente está ocurriendo en los territorios ocupados del Sahara Occidental. Podríamos enumerar diversos casos que ocurren diariamente, aunque aquí en Canarias miremos hacia otro lado. Es por eso que no nos cansaremos y repetiremos hasta la saciedad que en nuestro país se violan los derechos más elementales de los ciudadanos y ciudadanas saharauis por parte de la policía y el ejército marroquí.
Los actos violentos se repiten con mucha más asiduidad. La semana pasada el caso de los defensores de los derechos humanos Mohamed Bekan, Hamza Dkhil y Mohamed Abdelahi Jdey. Por primera vez aparecieron en absoluto silencio, cuando las veces anteriores los enjuiciados coreaban consignas favorables a la independencia. También les prohibieron vestir la tradicional darraa saharaui que se utiliza como seña de identidad frente a la chilaba marroquí. Los testigos oculares afirman que en sus caras y antebrazos se apreciaban oscuros moretones. Por supuesto, los abogados defensores no pudieron cumplir su cometido porque no les habían dado la oportunidad de reunirse con sus defendidos. El juez insultó a los acusados, ¡pero algo está pasando!, se dirigió a las abogadas presentes en el juicio (Inés Miranda y Mª Dolores Travieso) de forma agresiva y sin ningún respeto hacia su condición de observadoras internacionales.
Sin valorar la ilegalidad de este juicio, nos quedamos con las palabras de Mohamed Bekan que manteniéndose inmóvil y dirigiéndose al tribunal manifestó: "…Que durante el traslado desde la “Cárcel Negra” al tribunal habían sido golpeados y maltratados violentamente e insultados por los agentes de la policía que los custodiaban, y que igualmente durante su estancia en la cárcel y en la comisaría fueron torturados y obligados a firmar documentos… Que existía contra ellos una persecución politica por reclamar el derecho a la autodeterminación del Sahara y el derecho a la Paz… que se les persigue y tortura porque son saharauis". Nada nuevo sobre la faz de la Tierra.
El segundo caso es el de Sultana Jaya, joven estudiante saharaui que hace tres años, por participar en una manifestación fue torturada violentamente y a raíz de ello perdió uno de sus ojos. Hace unas semanas fue golpeada salvajemente por El Medfai, jefe de policía y reconocido torturador marroquí, en la ciudad de Bujdur. El resultado fue la fractura de uno de sus brazos. No le perdonan que a su llegada a el Aaiun, en el mismo aeropuerto, mostrara la bandera saharaui. Tampoco que durante su estancia en España denunciara públicamente la actuación de las fuerzas de ocupación contra la indefensa población saharaui.
Ahora me llega la noticia de que la reconocida cantante Mariam Hassan ha sido agredida por cinco marroquies en la capital de España. Este acto se suma a los tantos que cada día sufren los ciudadanos saharauis. La particularidad de este, es que Mariam es un verdadero icono para nuestra población en cualquier lugar del mundo. Sus canciones recorren los países y dan a conocer, a través de la música, la realidad del pueblo saharaui. Los móviles de los jóvenes saharauis tienen como tonos algunas de las canciones de la cantante. La convicción de lucha del pueblo saharaui, representado aquí por la música, pone nervioso al régimen marroquí. Me parece mucha casualidad el encuentro de esos marroquies con la artista. Conociendo las artimañas de nuestros vecinos del norte, no pongo en duda, es más, me atrevo a afirmar, que veo la oscura mano de los servicios secretos alauitas en esta acción. Espero que no se convierta en cotidiano la persecución de los saharauis por parte de la policía marroquí en territorio español.
La reivindicación de las palabras derechos humanos, autodeterminación, justicia, libertad, paz, etc., han convertido a los saharauis en grandes subversivos para la defendida desde Europa “Democracia” marroquí. Siento mucho contrariarlos, pero me parece que, mientras no se nos reconozcan nuestros derechos, no nos queda otro remedio que seguir siendo subversivos.
Mi amiga Inés Miranda, persona a la que tengo gran aprecio, me envía un correo en el que se muestra preocupada por la situación de los defensores de los Derechos Humanos en los territorios ocupados del Sahara Occidental.
Está pasada semana han habido manifestaciones pacificas en el Aaiun, Bujdur y Smara reclamando, como siempre, el derecho de nuestro pueblo a la autodeterminación. La respuesta de la policía marroquí ha sido desmedida. Han detenido a varias personas, las han torturado y lo que es más grave les han hecho juicios sumarios en el más oscuro de los secretos. Los detenidos, en realidad, han sido secuestrados, porque estuvieron desaparecidos durante varios días sin posibilidad de defensa y sin comunicación con sus familiares. Es más, las autoridades marroquíes negaban que esas personas se encontraban detenidas. Sus familiares y abogados tuvieron conocimiento del paradero de los jóvenes por otras personas que se los encontraron en la cárcel.
Cada día tenemos ejemplos vivos de lo que realmente está ocurriendo en los territorios ocupados del Sahara Occidental. Podríamos enumerar diversos casos que ocurren diariamente, aunque aquí en Canarias miremos hacia otro lado. Es por eso que no nos cansaremos y repetiremos hasta la saciedad que en nuestro país se violan los derechos más elementales de los ciudadanos y ciudadanas saharauis por parte de la policía y el ejército marroquí.
Los actos violentos se repiten con mucha más asiduidad. La semana pasada el caso de los defensores de los derechos humanos Mohamed Bekan, Hamza Dkhil y Mohamed Abdelahi Jdey. Por primera vez aparecieron en absoluto silencio, cuando las veces anteriores los enjuiciados coreaban consignas favorables a la independencia. También les prohibieron vestir la tradicional darraa saharaui que se utiliza como seña de identidad frente a la chilaba marroquí. Los testigos oculares afirman que en sus caras y antebrazos se apreciaban oscuros moretones. Por supuesto, los abogados defensores no pudieron cumplir su cometido porque no les habían dado la oportunidad de reunirse con sus defendidos. El juez insultó a los acusados, ¡pero algo está pasando!, se dirigió a las abogadas presentes en el juicio (Inés Miranda y Mª Dolores Travieso) de forma agresiva y sin ningún respeto hacia su condición de observadoras internacionales.
Sin valorar la ilegalidad de este juicio, nos quedamos con las palabras de Mohamed Bekan que manteniéndose inmóvil y dirigiéndose al tribunal manifestó: "…Que durante el traslado desde la “Cárcel Negra” al tribunal habían sido golpeados y maltratados violentamente e insultados por los agentes de la policía que los custodiaban, y que igualmente durante su estancia en la cárcel y en la comisaría fueron torturados y obligados a firmar documentos… Que existía contra ellos una persecución politica por reclamar el derecho a la autodeterminación del Sahara y el derecho a la Paz… que se les persigue y tortura porque son saharauis". Nada nuevo sobre la faz de la Tierra.
El segundo caso es el de Sultana Jaya, joven estudiante saharaui que hace tres años, por participar en una manifestación fue torturada violentamente y a raíz de ello perdió uno de sus ojos. Hace unas semanas fue golpeada salvajemente por El Medfai, jefe de policía y reconocido torturador marroquí, en la ciudad de Bujdur. El resultado fue la fractura de uno de sus brazos. No le perdonan que a su llegada a el Aaiun, en el mismo aeropuerto, mostrara la bandera saharaui. Tampoco que durante su estancia en España denunciara públicamente la actuación de las fuerzas de ocupación contra la indefensa población saharaui.
Ahora me llega la noticia de que la reconocida cantante Mariam Hassan ha sido agredida por cinco marroquies en la capital de España. Este acto se suma a los tantos que cada día sufren los ciudadanos saharauis. La particularidad de este, es que Mariam es un verdadero icono para nuestra población en cualquier lugar del mundo. Sus canciones recorren los países y dan a conocer, a través de la música, la realidad del pueblo saharaui. Los móviles de los jóvenes saharauis tienen como tonos algunas de las canciones de la cantante. La convicción de lucha del pueblo saharaui, representado aquí por la música, pone nervioso al régimen marroquí. Me parece mucha casualidad el encuentro de esos marroquies con la artista. Conociendo las artimañas de nuestros vecinos del norte, no pongo en duda, es más, me atrevo a afirmar, que veo la oscura mano de los servicios secretos alauitas en esta acción. Espero que no se convierta en cotidiano la persecución de los saharauis por parte de la policía marroquí en territorio español.
La reivindicación de las palabras derechos humanos, autodeterminación, justicia, libertad, paz, etc., han convertido a los saharauis en grandes subversivos para la defendida desde Europa “Democracia” marroquí. Siento mucho contrariarlos, pero me parece que, mientras no se nos reconozcan nuestros derechos, no nos queda otro remedio que seguir siendo subversivos.
Bachir Ahmed Omar
No hay comentarios:
Publicar un comentario