Esta entrada
ha sido escrita por Pepe Oropesa, el único cooperante español que decidió
permanecer en los campos de Tinduf tras la evacuación ordenada recientemente
por el Gobierno español. @3500M le agradece que haya explicado sus razones en
nuestro blog.
- ¿Te arrepientes de quedarte?
- No.
- ¿Tienes miedo?
- Sí
- ¿De qué?
- De que gente como tú no busque una mirada
alternativa a lo que se dice desde “arriba”.
Una mirada
distinta a lo que ocurría el pasado 28 de julio es lo que me hace tomar la
decisión de permanecer en los campamentos de refugiados saharauis a pesar de la
recomendación del Gobierno de España de repatriar a los cooperantes que actúan
en los campamentos de refugiados saharauis por “riesgo inminente de secuestro
sobre ciudadanos europeos, especialmente españoles”. Muchas aristas y dudas en
un proceso que duró más de 24 horas y que terminó con lo que ha sido denominado
por la propia población saharaui como el
“segundo abandono de España”: doce cooperantes españoles, dos franceses
y un italiano eran evacuados con destino a España.
No hay tacto
alguno en la repatriación, ni con los afectados directamente, ni con lo que
ello puede provocar. Más que información, lo que la AECID transmite sobre el
terreno es nerviosismo y falta de coherencia. Ante dicha situación, me pongo en
contacto con las autoridades saharauis a través de AFAPREDESA (Asociación de
Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis), con la que colaboro, y me hacen
saber que si está ocurriendo algo anómalo, es el gobierno español el único en
conocerlo y que tanto el gobierno de Argelia, el saharaui y los distintos
centros de inteligencia no están al tanto de nada de lo que se argumenta desde
Madrid como razón para evacuar a los cooperantes.
Decisión
tomada: me quedo ¿Pulso al gobierno español, insensatez, heroísmo,
cabezonería…? Nada más lejano de lo que realmente me lleva a tomar dicha
decisión: Mi interés por seguir contando lo que aquí ocurre, por seguir colaborando
con AFAPREDESA en la elaboración de un documental sobre las desapariciones
forzadas sufridas por la población saharaui desde la década de los setenta a
manos, primero del gobierno español, y posteriormente por el Reino de
Marruecos.
Cuando no se
tiene en cuenta a una persona o grupo es muy fácil tomar decisiones sobre ella
o él. Para mí el pueblo saharaui merece todo mi respeto y es por ello por lo
que las 27 horas que pasan desde las 13 horas del viernes 27 de julio en el que
recibo la primera llamada para iniciar la evacuación hasta las 16 del sábado 28
de julio, hora en la que abandono la sede de la MINURSO en Tinduf de vuelta a
los campamentos de refugiados saharauis, son las más difíciles que he pasado en
mucho tiempo. Familia, contexto político, falta de información veraz de primera
mano, situación futura del pueblo saharaui tras lo que se está intentando
llevar a cabo, engloban una decisión que si no acertada fue la más consecuente,
al menos conmigo mismo, que pude tomar. Soy consciente de mis actos, pero
también de mis responsabilidades, y por ello descargo al gobierno de España de
toda responsabilidad sobre mí, como así me solicitan, si me ocurriese algo. Me
quedo tal y como vine, bajo mi responsabilidad, como periodista, para contar el
grito internacionalmente silenciado de miles de saharauis que luchan por
mantener viva esta justa causa.