Madrid (España), 13/11/2015 (SPS) -El
Presidente de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara CEAS,
José Taboada Valdés ha afirmado hoy viernes que “Actualmente sigue presente la
deuda que el Estado español contrajo con el pueblo saharaui, y creemos que es
una asignatura pendiente de nuestro país. Ningún gobierno de la democracia ha
asumido la responsabilidad que todos tenemos hacia ese pueblo”, subraya Taboada
en un artículo distribuido a los medios de comunicación.
Texto integral del artículo
Mañana, 14 de noviembre se cumplirán 40 años
de la firma de los tristemente célebres e ilegales Acuerdos Tripartitos de
Madrid por los que España abandonaba al Pueblo Saharaui, incumpliendo todas las
promesas hechas de respetar su derecho a decidir libremente su futuro, y
entregando el territorio a la ocupación del ejército marroquí y mauritano.40
años en los que la población saharaui se ha visto privada del derecho humano
más fundamental, el derecho a la libre determinación, a vivir en su tierra, a
decidir libremente su futuro. En todo este tiempo se ha tenido que enfrentar a
la guerra, al exilio en los campamentos de refugiados y a la represión más
brutal dentro del Sahara Occidental ocupado.
Desde hace más cuatro décadas, el Pueblo
Saharaui mantiene una perseverante lucha contra la ocupación ilegal de su país.
Una firmeza sustentada por la voluntad de un pueblo que ha dado pruebas de
resistencia, dignidad y determinación por recuperar la libertad y construir su
futuro en paz, democracia y libertad. Un pueblo que subsiste en situación de
emergencia, en una pertinaz insuficiencia alimentaria, en condiciones de
estricta subsistencia, y lo que es aún peor, atenazados por la permisividad de
la comunidad internacional que asiente, cuando no alienta, la ocupación y el
saqueo ilegal del territorio del Sahara Occidental.
Los Amigos y Amigas del Sahara intentamos
conseguir con nuestro trabajo solidario, que no se olvide que el Pueblo
saharaui está ahí, contando lo que está ocurriendo en el Sahara Occidental, la
antigua provincia 53 de España, el continuo acoso a los saharauis, crímenes
constantes, el muro de la vergüenza que divide el territorio y a sus
habitantes, el saqueo de las riquezas naturales...en definitiva el sufrimiento
y la situación de injusticia que padecen.
Si existen razones para ser solidarios con
todos los Pueblos que sufren la violación de los DDHH, y que padecen
situaciones similares o peores actualmente en muchas partes del mundo, en el
caso del Sahara Occidental existe más razones para preocuparnos por lo que está
pasando; fue España quien, incumplió todas las promesas hechas a la población
saharaui de respetar su Derecho a decidir libremente su futuro...de la noche a
la mañana, Yo fui testigo sobre el terreno, les abandonó, les traicionó, y les
entregó atados de pies y manos a la invasión marroquí. Más tarde una guerra,
miles de muertos, el exilio, la represión más brutal dentro del territorio
ocupado por el ejército marroquí...pero con todo han demostrado al mundo su
determinación y unidad de seguir resistiendo, y se han sabido sobreponer y
luchar por su identidad nacional.
El prestigio de España como Nación y sus
obligaciones internacionales con el pueblo saharaui, el único del mundo árabe y
africano que tiene como lengua oficial el español, no pueden ser utilizadas
como moneda de cambio en las relaciones entre Marruecos y España. No se puede
aceptar que las relaciones con nuestro vecino del sur -cuya importancia
estratégica para España debe valorarse y subrayarse, en cuanto que es una de
nuestras prioridades de nuestra política exterior- se usen como pretexto para
encubrir y silenciar una situación y unos hechos que desafían y conculcan los
más elementales derechos humanos y las normas básicas del Derecho
internacional.
No es admisible que se esgrima la defensa de
los intereses españoles en Marruecos -que sin duda es necesario defender- como
excusa o pretexto para adoptar un silencio cómplice ante las graves violaciones
de los derechos humanos que se están produciendo diariamente en el Sahara
Occidental. Menos aún se puede aceptar que se contrapongan intereses y
derechos, y no sólo porque eso es algo inmoral, sino también porque es una muy
seria equivocación política y no sirve para defender los auténticos intereses
de España; renunciar a defender los valores democráticos no sólo no nos
fortalece sino que nos debilita y perjudica seriamente, haciéndonos perder
credibilidad internacional.
Actualmente sigue presente la deuda que el
Estado español contrajo con el pueblo saharaui, y creemos que es una asignatura
pendiente de nuestro país. Ningún gobierno de la democracia ha asumido la
responsabilidad que todos tenemos hacia ese pueblo, y ha completado la
descolonización que dejamos sin concluir; siendo responsables, en parte
importante, de su dolor y sufrimiento durante todos estos años.
Además de esta responsabilidad histórica,
moral y política con el pueblo saharaui, tiene una responsabilidad jurídica por
su consideración en Naciones Unidas como potencia administradora de iure, de un
territorio no autónomo pendiente de descolonizar. Además nuestro país es
firmante de la Convención de Ginebra sobre el estatuto de los refugiados, y del
Protocolo de Nueva York, que nos obliga doblemente
Por el contrario ¿qué es lo que se ha hecho
en estos años?: Mirar hacia otro lado ante la violación de los derechos
humanos; Participar en el saqueo de la riquezas naturales del Sahara Occidental
sin beneficiar a los saharauis; negar el asilo político cuando se lo reclaman
ante la persecución por parte de Marruecos, y el derecho a la nacionalidad;
recortes en la cooperación al desarrollo hacia un pueblo que depende en gran
medida para subsistir en el refugio de la ayuda internacional, evitar la las
ayudas descentralizadas para evitar el contacto de otras Instituciones y
personas con esta injusta realidad.
El drama del Sahara Occidental es
"cosa" nuestra, es nuestra responsabilidad, como españoles
directamente y también como europeos, y es algo que no podemos decir, que lo
solucionen ellos, el conflicto del Sahara Occidental encontrará una vía de
solución si desde aquí, no desde allí, que hacen ya todo lo que pueden, desde
España, desde la Europa democrática, se cambia el rumbo de la política respecto
a Marruecos, la forma de actuar ante la intransigencia de Marruecos en la
búsqueda de una solución justa y definitiva. Sin presionarle para que respete
los derechos humanos, y no se antepongan los intereses económicos políticos
ante la justicia y el derecho internacional, no habrá solución, y existirá cada
vez un mayor peligro de desestabilización en la región.
José Taboada Valdés. Presidente
de CEAS. Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (SPS)
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