El pasaporte de la activista saharaui Aminatu Haidar, requisado por Marruecos.
Concederle el estatuto de refugiado a la activista le impidiría volver a El Aaiún
Tampoco el pasaporte español le garantiza que Marruecos le deje entrar
EL MUNDO. Ana del Barrio Madrid Tercera semana en huelga de hambre y Aminatu Haidar no encuentra una salida al callejón en el que se encuentra desde que fuera expulsada de El Aaiún por las autoridades marroquíes el pasado 14 de noviembre.
El ayuno no ha hecho mella en la voluntad de hierro de esta conocida defensora de los Derechos Humanos, que ha recibido prestigiosos galardones internacionales. Aminatu Haidar sólo quiere regresar a El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental donde reside, pero no puede hacerlo porque carece de pasaporte, un documento que le fue arrebatado por las autoridades marroquíes.
Una a una, la activista saharaui ha ido rechazando las soluciones ofrecidas por el Gobierno español, que, en su entorno sólo han sido consideradas como "una trampa" y una salida por la puerta de atrás para complacer a Marruecos. Para ella, la única posibilidad es que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero logre que el Reino alauí le devuelva el pasaporte que le requisó, algo que ya está negociando el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
Pero, ¿por qué? ¿cuáles han sido sus motivos para no aceptar las ofertas del Gobierno español?
Pedir asilo político
El estatuto de refugiado se concede a aquellas personas que están perseguidas en su país de origen por su raza, su religión, su nacionalidad, sus opiniones políticas o su pertenencia a un determinado grupo social.
Esta medida se otorga para que la persona perseguida tenga una protección legal en el país de acogida. Una vez concedido asilo político,
-cuyos trámites pueden durar meses e incluso años- se retiene el pasaporte del refugiado en la Oficina de Asilo y se le concede una tarjeta de residencia específica. Además se le dispensa como título de viaje un pasaporte válido para entrar en todos los países, salvo en el suyo, ya que si regresase su vida correría peligro.
Por tanto, esta oferta del Gobierno no permite a la activista saharaui volver a su país, como es su deseo. "Si Aminatu pidiese asilo nunca podría regresar a El Aaiún. La oferta es un sinsentido legal que no le facilita nada. Si tú estas perseguido, se supone que no quieres volver a tu lugar de origen", afirma Arsenio Cores, abogado de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear).
Solicitar un nuevo pasaporte
La opción de que Aminatu Haidar acuda al Consulado de Marruecos a pedir un nuevo pasaporte le fue transmitida por el ministro de Exteriores marroquí, Taieb Fassi Fihri, a Moratinos durante el encuentro que mantuvieron en Rabat para tratar el tema de la activista saharaui.
Sin embargo, Marruecos no se ha comprometido a concederle el citado pasaporte. El embajador de Marruecos en España, Omar Azziman, lo único que ha asegurado es que "quizá si Aminatu Haidar reconociera su nacionalidad marroquí se le devolvería el pasaporte, aunque en el momento actual es imposible".
Tampoco la defensora del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui parece dispuesta a acudir al Consulado a pedir un nuevo pasaporte, porque ya tiene uno y porque lo considera "una humillación". Además, no va a reconocer que su nacionalidad es marroquí, porque ella se siente saharaui y, de hecho, ése fue el motivo de su expulsión de El Aaiún cuando puso 'saharaui' en la casilla de la nacionalidad en la tarjeta de desembarque.
Conceder la nacionalidad española
Aminatu Haidar tiene derecho a solicitar la nacionalidad, puesto que su madre es española, pero nunca la ha reclamado. Si se la concediesen, la activista acabaría teniendo una nacionalidad extranjera en El Aaiún y ella quiere seguir siendo saharaui, según ha asegurado su abogada Inés Miranda. Además, nadie le garantiza que con el pasaporte español, Marruecos le permite entrar en el Sáhara.
"La nacionalidad española no es la solución y sólo sirve para confundir a la opinión pública. Aminatu tardó 15 años para que Marruecos le concediera un pasaporte y España nunca colaboró. Sólo se lo otorgaron gracias a la intervención de Estados Unidos", explica Miranda.
A su juicio, la activista saharaui no necesita ningún documento para salir del país, ya que el Reglamento de la Ley de Extranjería permite su partida del territorio sin pasaporte. "Si la salida se hiciera con documentación defectuosa, sin documentación o con documento de identidad en el que no se pueda estampar el sello de salida, el extranjero cumplimentará, en los servicios policiales de control, el impreso previsto para dejar constancia de la salida", reza el artículo 19.3 del Reglamento.
Por este motivo, la conocida defensora de los Derechos Humanos ha rechazado estas tres ofertas y sólo acepta una cuarta, apuntada ayer por Moratinos: que Marruecos le devuelva el pasaporte que le requisó. Con este documento podría volver a El Aaiún y lograr el sueño de reencontrarse con sus dos hijos.
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