sábado, 22 de mayo de 2010

Sidi Mohamed Dadach: "Cada día esperaba que me pegaran un tiro"




El activista saharaui Sidi Mohamed Dadach, "el Mandela del norte de África", pasó 25 años en prisión w Hmad Hamad ha sido detenido en varias ocasiones por Marruecos y sometido a brutales torturas

DEIA Marta Martínez - Sábado, 22 de Mayo de 2010 Bilbao. Sidi Mohamed Dadach ha pasado 25 años encarcelado en prisiones marroquíes. Su delito: luchar por la independencia de su pueblo, el Sahara. Conocido como el Mandela del norte de África, pasó dos años menos en prisión que el famoso líder sudafricano. Entonces tenía pasaporte y documentación española. Durante su tiempo de cautiverio fue sometido a brutales torturas y, durante 14 años, estuvo condenado a muerte. "Cada noche esperaba que llegara mi momento, que me pusieran un fusil en la cabeza y me pegaran un tiro", recuerda. Dadach salió de prisión en 2001 tras una larga campaña internacional para su liberación. Actualmente preside el Comité de Defensa del Derecho a la Autodeterminación del Pueblo del Sahara Occidental (Codapso). Esta semana ha estado en Bilbao junto al vicepresidente de la organización, Hmad Hamad, buen conocedor también de la situación en las cárceles marroquíes y los métodos de represión del reino alauí.

Ambos residen en El Aaiún, en los territorios ocupados del Sahara Occidental. Y aunque han dejado atrás los días en prisión, no han alcanzado aún la libertad. Por eso siguen luchando. "Mi día a día es bajo vigilancia absoluta. Normalmente tenemos asignados tres o cuatro policías secretas y cuando viene alguna visita institucional a la zona se convierten en cuarenta o cincuenta que pasean por las calles de forma intimidatoria", explica Dadach. "Si Marruecos no es presionado va a seguir haciendo lo que le dé la gana en los territorios ocupados, va a seguir cometiendo violaciones a los derechos humanos", advierte, por su parte, Hamad. Violaciones que se traducen en secuestros, desapariciones y torturas.

Torturas Al igual que Dadach, Hamad conoce de primera mano los métodos de represión marroquí. "Durante los interrogatorios me arrancaron las uñas, me colgaron con el método del avión -de los pies-, me arrastraron con coches, con cargas eléctricas en todas las partes de mi cuerpo sensible, también me aplicaron lo que llaman la gallina -atar a una persona "como un pollo y, en ocasiones, colocan en la boca un trapo con ingredientes químicos con lo que la víctima pierde el conocimiento-", relata. Hamad todavía sufre secuelas de esas torturas en la columna, motivo por el cual tiene que someterse a revisiones periódicas en el Estado español. "Yo soy sólo una gota en el mar de todos lo que han sido torturados", apunta, al señalar también que "las cárceles marroquíes siguen llenas de presos saharauis".

Este destacado activista ha pasado en varias ocasiones por prisión desde 1976. En un acto desesperado, en 1991 entró en la embajada española en Rabat para solicitar asilo político, pero "el embajador me entregó a la Policía". Con el inicio de la llamada Intifada saharaui de la independencia, en 2005, Hamad denuncia haber sido de nuevo sometido a torturas durante días tras llevar a Aminatu Haidar, gravemente herida, al hospital. "Me torturaron dentro del mismo hospital", señala. Durante la Intifada, y ante las violaciones a los derechos humanos que la población saharaui y él mismo estaban sufriendo, Hamad ingresó en la Casa de España "en un intento por atraer la atención internacional". Sin embargo, fue de nuevo detenido y condenado a dos años de cárcel.

En 2007, este activista pudo salir por primera vez del "infierno" de los territorios ocupados. Ahora, aprovecha sus revisiones médicas para realizar giras de denuncia, aunque sabe que por ello se convierte "en objetivo de Marruecos". Allí donde va, Hamad denuncia "La muerte de cientos de saharauis en las cárceles, los 500 desaparecidos reconocidos por Amnistía Internacional, aunque hay más". Hace apenas dos semanas, desapareció otro activista. "Nuestro delito es ser saharauis", se lamenta.

A pesar de las adversidades, estos activistas no cesan en la lucha. "Nuestro reclamo y nuestra causa es simplemente por el derecho a la independencia del pueblo saharaui. Ningún país, ni siquiera el aliado de Marruecos -Francia-, reconoce que el Sahara es marroquí, y simplemente porque el pueblo se manifiesta diciendo eso es perseguido, oprimido", se queja Dadach. Ambos activistas destacan la importancia de la celebración de un referéndum como única solución al conflicto. "El pueblo ha luchado de forma pacífica, pero tiene sus armas, y si Naciones Unidas apoya que no se celebre el referéndum, puede volver a la lucha armada", advierte Dadach.



"Marruecos está empezando a usar a los colonos contra los saharauis"

Los activistas denuncian una nueva política del reino alauí para reprimir a la población saharaui

DEIA M. Martínez - Sábado, 22 de Mayo de 2010 - Bilbao. Según los activistas Sidi Mohamed Dadach y Hmad Hamad, presidente y vicepresidente de Codapso, Marruecos está llevando a cabo una nueva política en los territorios ocupados para intimidar y reprimir a los saharauis: la utilización de los colonos. "Esto es muy peligroso, si no paran de utilizar a los colonos contra los saharauis, los territorios ocupados se van a convertir en el segundo Timor", advierte Hamad. "Los usan, sobre todo, contra las delegaciones que vienen de los campos de refugiados, como le pasó a la activista Ghalia Eljimi". "Fueron recibidos en el aeropuerto con palos y piedras. Allí estaba la Policía marroquí y no hizo nada. Los colonos son transportados directamente desde El Aaiún al aeropuerto, protegidos por la Policía, y cuando baja el grupo del avión empiezan a darles palos, piedras y a insultarles, a llamarles traidores", denuncia Hamad, quien asegura que es un fenómeno nuevo en los territorios ocupados.

"La prensa marroquí cercana a las instituciones pone constantemente nuestra foto en los periódicos diciendo que hay que encerrarnos, que hay que privarnos de más libertades, que somos unos separatistas, alborotadores, terroristas. Ponen nuestras fotos, nombres, direcciones en los periódicos, sabiendo que la mayoría del Sahara está ocupado por marroquíes", explica, por su parte, Dadach.

También son cada vez más habituales las detenciones de activistas que visitan los campamentos de refugiados saharauis. Es el caso del Grupo de los siete, arrestados por las autoridades marroquíes en octubre después de visitar a sus familiares en los campamentos. Se les acusa de conspiración con el enemigo y alta traición, aunque todavía no se les ha sometido a ningún juicio. Tres de ellos fueron liberados el martes tras siete meses en prisión y 41 días en huelga de hambre.

Para el presidente de la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis (Afapredesa), Abdeslam Omar Lehsen, "cuando se trata de una acusación tan grave, castigada por la pena capital y al menos 20 años de cárcel, una liberación provisional demuestra que Marruecos no tiene la intención de hacer este juicio". Los tres presos políticos liberados el martes -Yahdid Terruzi, Rachid Sgayer y Saleh Labidi- explicaron ayer que su liberación se debió "a la presión internacional". "Nuestra liberación no es un regalo de Rabat, sino producto de su incapacidad para convencer a la opinión pública internacional sobre los argumentos de esta detención arbitraria", señalaron. Asimismo, respecto al resto de grupo -Ali Salem Tamek, Brahim Dahan y Hamadi Nasiri-, indicaron que la liberación de los presos por separado "es una maniobra para impedir movimientos espontáneos de entusiasmo del pueblo saharaui".

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