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Héctor Delgado. Uno más uno. México
Ahora por el pueblo saharaui
“*Los que mueren por la vida no están muertos”: Ernesto Che Guevara
El colonialismo es un cáncer curable: como se sabe con una cirugía integral. Debe cuidarse que no quede ninguna célula enferma. En el Siglo XXI todavía quedan algunos pueblos que lo padecen. Uno de ellos, más de cuatro décadas, el pueblo de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Hace pocos días estuvo en México el presidente, Mohamed Abdelaziz, invitado por el presidente del pueblo de México a participar en la conmemoración del 15 de Septiembre de 2010.
El pueblo saharaui padece el despojo de su territorio, mediante ocupación genocida de Marruecos, cuyo régimen monárquico saquea riquezas saharauis: fosfatos, petróleo (ha contado con la complicidad del gobierno de Francia desde hace décadas cuya tecnología subsidia), los mantos freáticos que harán florecer oasis, y desde luego la pesca de alta calidad en el mar territorial de la RASD. Para ello se vale de una ocupación/represión de las principales ciudades saharauis, como El Aaiún y Smara.
Hoy mismo existe persecución y encarcelamiento de jóvenes estudiantes, inclusive con allanamientos. Los saharauis han organizado una Intifada (resistencia con piedras), e inclusive el rey de Marruecos, recientemente se tomó una foto inexplicable con el presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, mediante la consigna entre ambos sonrientes “lo importante es la foto”.
La ONU se ha mostrado excesivamente burocrática, porque aunque existe la Resolución/ONU, hace más de 15 años que ordena la realización de un Referéndum, y dotó de un Comisionado Especial que encabece la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), éste no se ha efectuado, porque el interés marroquí ha llegado hasta el “maiceo”, uno de nacionalidad sueca recientemente recusado por la RASD. En otro caso llegó hasta volver accionista de empresas de Marruecos al Secretario General de la ONU, de origen peruano.
Marruecos ha desatado una enésima represión contra los organismos de defensa de los Derechos Humanos, de distintas nacionalidades. Impidió el paso libre de diputados visitantes españoles, quienes anualmente organizan una caravana de solidaridad, precisamente para que se conozca que el pueblo saharaui no está olvidado.
Hay ahí un feroz genocida militarista de Marruecos, que recientemente ha reforzado el Muro de la Vergûenza, que divide el Desierto del Sáhara en una extensión de más de 2000 kilómetros, inclusive con bombas antipersonales alrededor –prohibidas por la ONU-, muro y alambradas electrificadas, realizando ecocidio que interrumpe el libre paso de fauna del desierto. Más aún causan mutilación a quien se acerque al borde de ese muro. Éste supera los de Berlín entre las dos Alemanias de la Guerra Fría, y el moderno de Israel con extensión de 800 kilómetros para aislar a Cisjordania, y construir casas/kibutz en los territorios despojados al pueblo árabe de Palestina. Hecho colonialista de Israel que roba tierras y productos palestinos, como el colonialismo de Marruecos.
La solidaridad de los pueblos del mundo, debiera hacer valer su consenso, porque en unos días más expondrá el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU, varias Resoluciones –con votación, una de ellas sobre la condena al bloqueo genocida de Estados Unidos de América contra Cuba-, precisamente para repudiar esa situación del Sáhara que impone Marruecos con el contubernio de aplastamiento de Francia, España, Estados Unidos e Israel.
Es necesario que los votos de México en el seno del Consejo de los Derechos Humanos prevalezcan como siempre a favor del respeto a la Autodeterminación de los pueblos; la No intervención en los asuntos internos de los Estados, y desde luego el cese de medidas represivas colonialistas, mediante la ocupación y despojo de tierras y productos minerales del subsuelo, que como se sabe pertenecen originariamente a la Soberanía de las naciones.
La esencia del cumplimiento de estos postulados reside, en el caso concreto de la RASD en la realización exacta de la Resolución que da fuerza de ley a la MINURSO, así como una condena al genocidio colonialista de Marruecos, que debe ser sometido a la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra, sin que deba ignorarse lo que en rueda de prensa en México, en el Club de Periodistas declaró el presidente Abdelaziz: “Nuestras armas están resguardadas y engrasadas”.
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