La ONG critica el uso desmesurado de la fuerza por parte de las autoridades marroquíes en el asalto al campamento saharaui de El Aaiún
PÚBLICO.ES Madrid 26/11/2010 12:57
"Las fuerzas de seguridad marroquíes abusaron y propinaron palizas de manera repetida a los detenidos después de los disturbios el 8 de noviembre en El Aaiún". La ONG Human Rights Watch (HRW) ha emitido este viernes un informe demoledor en el que acusa a Marruecos de torturar a los saharauis arrestados en el Campamento de la Dignidad a principios de mes.
El documento se basa en los testimonios recogidos por sus enviados a la zona, que se han entrevistado con activistas, abogados, miembros del Gobierno y las propias víctimas y familiares.
La mayoría de los detenidos denuncian palizas y uno de los saharauis que aún está en la cárcel, incluso dice afirma haber sido violado. Marruecos niega todas las alegaciones, anuncia una investigación independiente y sigue justificando el uso de la fuerza en defensa propia.
En realidad, el informe presentado por HRW trata de desmontar cualquier comunicación oficial marroquí con testimonios directos de los implicados. La ONG afirma que los días posteriores al asalto cientos de personas fueron detenidas en sus casas y aún quedan en la cárcel más de 100.
Asimismo asegura, citando a activistas por los derechos de los saharauis, que nueve de ellos han sido transferidos a un penitenciario en Rabat donde se enfrentan a un tribunal militar.
El documento explica que tras el desalojo del campamento, la policía marroquí atacó a civiles saharauis y quemaron sus casas y negocios, además de impedir el acceso al tratamiento médico de los heridos.
Rabat justificó el uso de la fuerza al verse amenazado por una revuelta, pero para la enviada de HRW a Oriente Medio y el Norte de África, Sarah Leah Whitson, "las fuerzas de seguridad no pueden justificar de ninguna manera someter a palizas a los presos".
Investigación independiente
La ONG critica el apagón informativo al que sometió Marruecos a los medios extranjeros y cuestiona la cifra oficial de 13 muertos. "Un Gobierno que dice no tener nada que esconder, la mejor manera de demostrarlo es permitiendo a todos los medios y organizaciones no gubernamentales recoger la información que vean necesaria sin ningún tipo de obstáculos", afirman
Pero las investigaciones de HRW indicaban lo contrario, así que, se lo hicieron ver a las autoridades marroquíes.
En una conversación con Interior el 18 de noviembre, la ONG explicó que tenía evidencias fundadas de que las fuerzas de seguridad marroquíes abrieron fuego de manera indiscriminada contra los civiles en el campamento y de que los detenidos fueron torturados. La respuesta por escrito de Rabat fue que el desmantelamiento del campamento se llevó a cabo "cumpliendo con todos los procedimientos legales y sin disparar una sola bala".
Los responsables de la ONG aseguran que en ese mensaje, el Gobierno marroquí comunicó la apertura de una investigación para aclarar los sucedido" y llamando a los testigos y víctimas a que vayan al juzgado a denunciar los hechos. Al parecer, siempre según HRW, la Corte de Apelación de El Aaiún abrió dicha investigación, dirigida por la fiscalía.
"Nos subieron a los camiones como si fuéramos ganado"
Después de los acontecimientos del día 8, HRW entrevistó a siete personas que fueron detenidas y puestas en libertad posteriormente. Según la ONG todos tenían heridas y moratones que indicaban los malos tratos recibidos en la cárcel.
Es el ejemplo de Ahmed Jadahlou Salem, de 34 años: "Los gendarmes nos subieron a la parte trasera de un camión a 30 ó 40 de nosotros. Todos íbamos esposados y con las manos en la espalda. Nos tiraron dentro del furgón como si fuéramos ganado; algunos teníamos heridas en la cabeza y estábamos sangrando. Estábamos amontonados unos encima de los otros y nos dejaron así durante cerca de dos horas, obligándonos a mirar siempre al suelo".
Según Jadahlou, cuando el camión llegó a El Aaiún, los gendarmes sacaron a todos los presos arrastrándolos por los pies mientras les pegaban y daban patadas hasta una sala de interrogatorios.
"En la sala había unos seis gendarmes, pero iban y venían varios más. No había sillas y cada pregunta iba seguida de una patada o de una bofetada. Me preguntaron muchas cosas: qué hcía en el campamento, porque queríamos la independencia. Me preguntaron sobre muchas personas por su nombre y me amenazaron con violarme allí".
Sesiones de palizas
Otro de los detenidos, Laassiri Salek, de 38 años, explicó a la ONG que la policía lo detuvo en su casa de Columina Nueva el 9 de noviembre: "Me llevaron a una comisaría esposado y con la cabeza cubierta". Según él, se trataba de la comisaría principal donde fue golpeado durate cinco horas con palos dejándole inconsciente dos veces.
Según Salek, que estaba en silla de ruedas cuando fue entrevistado, los detenidos eran obligados a cantar el himno marroquí y recibían golpes si no se sabían la letra.
Además, denuncia que los tuvieron sin comer durante dos días y que el 10 de noviembre por la noche los colocaron a todos de pie y en fila con las cabezas tapadas mientras los agentes tomaban carrerilla y corrían hacia ellos dándoles patadas.
Como Salek, Leila Leili, activista de 36 años, fue detenida cuando se dirigía a casa de su padre en Lacheicha el pasado día 9. Los agentes la llevaron primero a un edificio donde permaneció durante varias horas recibiendo golpes en la cara.
Posteriormente fue trasladada a una comisaría, donde quiso denunciar los malos tratos y el hecho de que la policía estuviera deteniendo a todos los saharauis que encontraban a su paso. "Empezaron a pegarme en la cabeza y en la espalda con palos, también me daban patadas. No sé cuántos eran porque tenía la cabeza cubierta. Me ordenaron esperar en el pasillo y cada vez que pasaba un agente me golpeaba".
"También me ordenaron que gritara eslóganes pro marroquíes como 'Larga vida al rey' y me pidieron que dijera que soy marroquí. Entonces les dije que respetaba al rey de Marruecos y a los marroquíes, pero que yo no era marroquí", aseguró.
El informe de Human Rights Watch denuncia torturas de presos, saqueos de domicilios y agresiones a civiles en la capital saharaui
PUBLICO TRINIDAD DEIROS 26/11/2010 22:26
"Las fuerzas de seguridad marroquíes golpearon reiteradamente y cometieron abusos contra los personas detenidas tras los disturbios del 8 de noviembre de 2010 en la ciudad de El Aaiún, capital del Sáhara Occidental(...) Las autoridades marroquíes deben acabar inmediatamente con estos atropellos y efectuar una investigación independiente sobre dichos abusos".
La organización internacional de vigilancia de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), la única que ha podido llevar a cabo una investigación fiable sobre lo sucedido en El Aaiún tras el desmantelamiento del Campamento Dignidad, ha dejado poco resquicio a la duda sobre la actuación de las fuerzas de seguridad marroquíes desde el 8 de noviembre. En el documento titulado Sáhara Occidental: palizas y abusos de las fuerzas de seguridad marroquíes, HRW documenta que los miembros de estos cuerpos de seguridad, que "atacaron directamente a los civiles", impidieron luego que varios heridos saharauis recibieran tratamiento.
Las normas internacionales de derechos humanos, empezando por el artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, establecen que todo ser humano tiene derecho a recibir asistencia médica. Máxime si está herido, como era el caso de los saharauis que se acercaron al hospital Moulay Hassan Ben Meh-di el día del desalojo. Pero al llegar allí, según los testimonios que ha recogido la organización, se encontraron con agentes marroquíes que les cerraron el paso.
"Los policías impidieron el acceso al principal hospital civil en El Aaiún durante casi todo el 8 de noviembre [el día del desalojo]. En algunos casos, asaltaron a los civiles saharauis que habían acudido para recibir tratamiento para sus heridas. Un trabajador del hospital relató a HRW que presenció un ataque en el que los policías rompieron las ventanillas de un taxi que había transportado al hospital a tres saharauis heridos. "Los agentes golpearon después a los heridos y al taxista, al que al final dejaron ir, mientras que los tres hombres fueron detenidos", precisa el informe.
Sin cifra de muertos
La policía detuvo a tres heridos que habían llegado al hospital en taxi
El miedo a que la policía hiciera de los hospitales una trampa hizo que "varios saharauis que habían sido golpeados declararan que no habían acudido al hospital para recibir tratamiento por temor a los policías que estaban allí".
"Las fuerzas de seguridad tienen derecho a usar una fuerza proporcionada para prevenir la violencia y proteger la vida humana", admite Sarah Leah Whitson, directora para Magreb y Oriente Próximo de Human Rights Watch.
Pero "bloquear el acceso de saharauis heridos en busca de tratamiento médico", o que "las fuerzas de seguridad marroquíes participaran con civiles marroquíes en ataques de represalia contra civiles y sus domicilios", prosigue el documento, "no puede ser visto como un uso legítimo de la fuerza para prevenir o detener los actos violentos de algunos manifestantes".
En su informe, algunos de cuyos datos ya fueron adelantados la semana pasada, HRW no se pronuncia sobre la posible cifra de muertes en la capital saharaui. La organización se limita a subrayar que no ha hecho un cálculo propio de miembros de las fuerzas de seguridad marroquíes y de civiles muertos. Luego se remite al número de once agentes marroquíes y dos civiles saharauis (uno es el español Baby Hamday Buyema), precisando que se trata de cifras de "las autoridades marroquíes".
Lo que sí queda claro en el documento es que los abusos de las fuerzas de seguridad marroquíes no cesaban ni cuando alguno de los detenidos perdía la conciencia.
Los abogados de un detenido han denunciado que su cliente fue violado
Durante su investigación, HRW entrevistó a siete saharuis que fueron detenidos, de los que sólo cuatro aceptaron que se revelara su identidad: "Todos alegaron que la policía les sometió a maltratos mientras estaban detenidos y que, en algunos casos, los golpearon hasta dejarlos inconscientes, les arrojaron orina y los amenazaron con violarlos", asegura HRW. La organización ha hablado con los abogados de un detenido que sigue bajo custodia, que han denunciado que su cliente fue violado.
"Las familias de los detenidos dijeron a HRW que las autoridades marroquíes no les avisaron de que sus allegados habían sido detenidos durante varios días y que, el 23 de noviembre, aún no les habían permitido visitarlos, mientras que los abogados tuvieron acceso a ellos por primera vez ese día", deplora el informe.
Entre las alegaciones de muchos saharauis que ahora confirma este documento destaca también una: que las fuerzas de seguridad participaron, junto con marroquíes, en saqueos de casas saharauis. En una de ellas, encontraron a siete hombres escondidos. Según su relato, uno de ellos resultó herido de bala en una pierna. También aseguran que los policías les agredieron con material antidisturbios e incluso con una bombona de gas. Cuando el representante de HRW visitó la casa, "el techo y los muros estaban manchados de sangre".
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