Una vez más Marruecos, o, mejor dicho, el dictatorial régimen político marroquí, ha dado claras muestras al mundo de cómo entiende la defensa de los derechos humanos, su nulo sentido de la justicia y su prepotencia absurda en el caso del Sahara Occidental. Hay que partir de esta base importante: ninguna de las instancias internacionales ha afirmado jamás que Marruecos tenga algún derecho sobre el Sáhara Occidental. Jamás. El Tribunal de la Haya lo dejó bien claro: Maruecos no tiene ningún derecho sobre el territorio. Lo que ocurre es que los inicuos acuerdos tripartitos de Madrid, que solo se entienden como la última estupidez y canallada de un régimen dictatorial endemoniado, otorgaron increíblemente la administración, que no la soberanía --esto es muy importante-- a Marruecos sobre el Sáhara Occidental, junto con Mauritania.
Fue una decisión española absurda, estúpida, sin ningún fundamento y lesiva en alto grado para el pueblo saharaui. Sí, de acuerdo, el dictador odioso estaba sumido en su larga agonía y los jerifaltes del régimen metieron la pata hasta el corvejón o tal vez se dejaron tentar... Ya sabemos que el régimen autoritario marroquí reparte dinero y prebendas allí donde encuentra apoyos. Una gran parte del pueblo vive en la pobreza, cuando no en la miseria, pero el gran sátrapa reinante, entrega dinero a manos llenas a quienes le hacen el juego.
Mientras tanto el pueblo saharaui sigue con su viacrucis particular. Lo que debía haber sido la última descolonización de África, con un recorrido lógico, que diera al pueblo saharaui el dominio total del territorio que en justicia le pertenece, a través de un referéndum de autodeterminación, se ha convertido en una sangrante pesadilla, cuyo más reciente capítulo se ha vivido en El Aaiún.
Marruecos hace lo que le place: desalojo violento de un campamento pacífico, torturas, mentiras a granel, cárcel para los disidentes, mordaza a la prensa, juicios colmados de injusticia contra los resistentes saharauis... y todo ello mientras el gobierno español y la comunidad internacional mira cobardemente hacia otro lado. Temen, al parecer, a Marruecos, al gran sátrapa de Rabat. ¿Qué demonios hay que temer de un régimen corrupto y obsoleto, que tiene a su pueblo en un puño? ¿Cómo se explica la cobardía ridícula del gobierno socialista español, que ni siquiera protesta cuando son españoles las víctimas de las sevicias de la policía marroquí? ¿No es su primera obligación defender a los españoles y españolas en el mundo? ¿Para qué cuernos queremos allí una embajada ineficaz y que se baja los pantalones ante el sátrapa?
Repito: Marruecos no tiene ningún derecho sobre el Sáhara Occidental. Ninguna instancia internacional se lo ha reconocido. Así que todos los intentos por quedarse con el territorio y explotar sus riquezas son absolutamente ilegales.
Última pregunta: ¿Qué dice Felipe González de lo ocurrido en el Aaiún? El es uno de los principales valedores en el mundo del rey de Marruecos y de su repugnante régimen, miembro destacado de un potente lobby pro marroquí. Ha llegado a decir en foros internacionales que el Marruecos de hoy ¡es una democracia! Si no fuera trágico, sería parta reír a carcajadas. ¿Se lo cree el señor González? O es un cínico de marca mayor o no tiene ni pajolera idea de lo que está pasando realmente en Marruecos. O se lo calla y lo disfraza. ¿A cambio de qué? ¿De una modesta parcelita de terreno en tierra marroquí? Misterio...
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