domingo, 12 de diciembre de 2010

Los zorros del desierto

AUNQUE PAREZCA CONTRAPRODUCENTE, LA ESTRATEGIA DEL EJÉRCITO SAHARAUI SIEMPRE HA SIDO OFENSIVA EL CONOCIMIENTO DEL TERRENO Y LA MOTIVACIÓN FUERON SUS MEJORES ARMAS EN LA GUERRA DEL SAHARA (1975-1991)

DEIA   ZIGOR ALKORTA IÑAKI MENDIZABAL - Domingo, 12 de Diciembre de 2010 - Actualizado a las 08:33h.

EL uniforme verde de camuflaje destaca sobre el fondo arenoso y arcilloso de la geografía del Sahara. El Ejército de Liberación Popular Saharaui (brazo armado del Frente Polisario) lo adoptó tras el cese de las hostilidades, en 1991, sustituyendo el uniforme caqui que habían usado durante todo el conflicto. Lo curioso es que se decantaron por una prenda que apenas sirve para camuflarse en las dunas arenosas del desierto. Mohamed Alal, responsable de logística del 2º Regimiento de la 2ª Región militar, apenas puede explicar ese cambio, pero sus palabras reflejan lo poco que les importa a los saharauis exponerse ante el enemigo: "Aquí lo típico ha sido el color caqui, sí, pero luego se optó por este uniforme. Puede que no sea el más adecuado, pero en el desierto es muy difícil esconderse. Además, para nosotros lo importante es llegar al objetivo, no vamos a la guerra a escondernos. Camuflamos, sobre todo, los vehículos".

La estrategia, que puede parecer suicida, tiene su parte lógica. "Nosotros nunca hemos estado en situación defensiva", añade, "nuestra táctica es siempre ofensiva". "No nos interesa estar quietos, porque en cuanto te localizan estás perdido, y más ante un ejército tan poderoso como el que tiene Mohamed VI". Acostumbrados a las penalidades del desierto, los saharauis basan toda su estrategia en un perfecto conocimiento del terreno que pisan y en la extraordinaria motivación de sus soldados. "El desierto es la gloria de la táctica y el infierno de la logística", explica el oficial del Frente Polisario. "El desierto plantea problemas logísticos importantes, pero si se conoce es un buen territorio para luchar y para llevar a la práctica las diferentes estrategias. En cambio, es más difícil gestionar un ejército clásico en un lugar así. Nosotros podemos mantener unidades pequeñas en activo durante mucho tiempo, la gente se apaña con poca cosa, comen poco y pueden estar sin beber varios días… El saharaui está acostumbrado al sacrificio", apunta Alal, mostrando sagacidad y templanza.

CONTRA TODOS. El ejército saharaui fue creado el 20 de mayo de 1973, y durante años demostró gran pericia en el campo de batalla, intercalando la lucha de posiciones y de guerra de guerrillas. El ELPS tiene un historial impresionante y sus tácticas las han sufrido tanto los ejércitos coloniales (Francia y España) como el propio ejército de Marruecos. Los Tercios españoles padecieron en sus propias carnes el ímpetu casi suicida de estas gentes del desierto, y la mismísima Legión se vio impotente para parar a los osados beduinos, bien organizados y mucho más motivados que las tropas españolas, que estaban pensando más en regresar a casa que en mantener unas posiciones cada vez más lejanas y extrañas.

Después de la retirada española del Sahara Occidental las Fuerzas Armadas marroquíes y las mauritanas invadieron el territorio, pero durante años padecieron las acometidas del ELPS, una tropa que les infligió humillantes derrotas y obligó a los mauritanos a firmar la paz, mientras que los militares alauitas tuvieron que parapetarse tras un muro que fueron construyendo a lo largo del propio territorio saharaui.

Pero hay que remontarse al principio de la guerra para entender tan extraño fenómeno, la victoria de un pastor llamado David ante un Goliat dotado de mucho más poder. La acción del Janga, una de las primeras emboscadas que el Polisario preparó a los marroquíes, fue un pequeño ejemplo de lo que iba a suceder durante toda la Guerra del Sahara. En aquella ocasión unos pocos combatientes saharauis, armados con un par de fusiles antiguos de cerrojo, tomaron un puesto enemigo y les arrebataron las armas y los medios de transporte que tenían. Durante 16 años los saharauis se batieron sobre un terreno de más de un millón de kilómetros cuadrados, en su mayoría desértico. Lo hicieron con pocos medios y mucha voluntad. Y lo que para el rey Hasan II iba a ser un "paseo militar" y una "operación policial" se convirtió en un fiasco. Los marroquíes se desinflaron en largas batallas de desgaste, acosados en todos los frentes por pequeños grupos de guerrilleros que actuaban de una forma cada vez más arriesgada. El Ejército alauita, mejor preparado pero mucho menos motivado, se desangró. En esa época los saharauis también tuvieron que hacer frente a ataques de militares franceses, que ayudaron con aviación y fuerzas especiales al rey alauita, y también los derrotaron.

Para muestra un botón. Sólo en la batalla de Lebuerat, que se prolongó durante diez días, el ejército marroquí perdió a 562 efectivos y 45 tanques, mientras que los soldados del Frente Polisario capturaron 57 blindados, 125 automóviles, 495 piezas de artillería y 105 toneladas de municiones.

JUGAR AL ESCONDITE. En la actualidad el Ejército de Liberación Popular Saharaui (ELPS) está estructurado en 7 regiones militares, 6 de combate y 1 de logística y asuntos administrativos. Lo gestionan el Ministerio de Defensa y el Estado Mayor. Las unidades de combate, por su parte, se organizan en batallones de infantería, batallones de artillería y artillería antiaérea y otras pequeñas compañías que asumen diferentes funciones de logística. El presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Abdelaziz, es a la vez el jefe supremo de las Fuerzas Armadas.

En total las fuerzas que aguardan fuera del Muro marroquí no suman más de 15.000 hombres, aunque el Polisario cuenta con otros tantos en la reserva. "No merece la pena tenerlos a todos aquí", asegura Mohamed Alal, experto en logística: "es un gasto innecesario y un engorro para todos los soldados; cuando nos hagan falta los llamaremos". Los saharauis cuentan con pocos blindados y no tienen fuerza aérea. Ante este panorama cualquier analista militar deduciría que el ejército del Polisario poco o nada tiene que hacer ante un ejército como el marroquí, mucho más sofisticado y nutrido, tanto en medios como en efectivos. Pero el historial del ELPS y las palabras de sus mandos ponen en jaque la hipótesis.

Habuha Braica es comandante de artillería del ejército saharaui, y además de tener amplia experiencia en el combate, es un teórico en su especialidad.

"Nosotros hemos ampliado las teorías clásicas de la artillería, y sabemos lo que hay que hacer en cada momento. No estamos locos, no nos vamos a enfrentar a un ejército como el de Marruecos de frente, eso no nos interesa. Nuestra guerra es una guerra de desgaste". Y explica cómo llevar esta táctica al terreno árido en el que se ubican: "Nosotros montamos un batallón de piezas de artillería en doce minutos, disparamos y nos movemos. Ellos tienen que localizarnos primero y responder después. Además, en la respuesta lanzan más proyectiles que nosotros, por lo que el gasto de munición es mucho mayor. Nosotros podemos mantener esa estrategia durante 72 horas sin parar. Nuestros cañones pueden disparar cada 40 segundos, si es preciso". Pero para que la estrategia funcione el comandante necesita de soldados adiestrados. Y los tiene: "Un soldado saharaui sabe hacer lo que hacen cuatro y cinco marroquíes. El soldado saharaui es abnegado, instruido y está siempre muy motivado. Esa es nuestra gran baza, además del conocimiento exacto del terreno que pisamos".

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