Marruecos expulsa nuevamente a políticos vascos pertenecientes a distintas instituciones, entre los cuales se encontraban representantes de las diputaciones y los ayuntamientos, cuando intentaban visitar a la población saharaui en El Aiún capital del Sáhara Occidental.
La actitud del Gobierno marroquí al retener y expulsar a la diputada alavesa de Política Social y Servicios Sociales Covadonga Solaguren, el concejal de Asuntos Sociales en el Ayuntamiento de Vitoria, Peio López de Munain, y la concejala donostiarra Ainhoa Beola es una muestra más de la difícil situación que vive el pueblo saharaui asediado por la policía y el ejercito sin ninguna capacidad jurídica ni legal para denunciar la difícil situación que ha surgido a raíz del desmantelamiento violento del campamento de Agdeyem Izik el pasado 8 de noviembre por parte de Marruecos.
Momentos duros y complicados como éste acaban definitivamente con la esperanza de una solución pacífica y dialogada al conflicto del Sáhara Occidental. Si persiste el bloqueo al territorio y prevalece la violación y la impunidad, delante de la misión de las Naciones Unidas, la negociación informal entre Marruecos y el Frente Polisario adquiere menos significado y su contenido cada vez se aleja de los hechos y los problemas básicos de la población, que son el derecho a la libertad de movimiento, expresión, asociación e información.
Sin el respeto de los derechos civiles de los saharauis, la negociación será una farsa para prolongar el conflicto y seguir de forma indefinida con el 'status quo'.
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