martes, 28 de diciembre de 2010

Sidahmed Lamjayed



Podríamos empezar diciendo que Sidahmed es un defensor de los derechos humanos, presidente del Comité de Apoyo de las Naciones Unidas para el Plan de Arreglo y las Riquezas Naturales del Sahara Occidental, pero a través de estas líneas debemos intentar entender quien es Sidahmed y porque fue detenido por la policía marroquí el pasado 25 de diciembre El Aaiún, la capital ocupada del Sahara Occidental.

Conocí a Sidahmed en febrero de este año en los Campamentos de Refugiados y Refugiadas Saharauis, en Tinduf (Argelia). Junto con nueve activistas saharauis más se encontraba haciendo una visita a sus hermanos saharauis de los campos de refugiados, para demostrar al mundo que a pesar del Muro de la Vergüenza que divide el territorio del Sahara Occidental en dos, que a pesar de la ocupación marroquí de su país, y el silencio cómplice de la comunidad internacional que sólo se manifiesta para expoliar sus recursos naturales, el pueblo saharaui está más unido que nunca. A pesar de sus palabras de ánimo para sus hermanos saharauis en los campamentos de refugiados, había algo desconcertante en su mirada. Tal vez fuese la certeza de los que le esperaba al volver a los territorios ocupados del Sahara Occidental.

Una semana después a través de las imágenes que nos llegaban por Internet, pudimos comprobar que era lo que estos saharauis sabían pero no decían. Su incertidumbre no era más que la certeza que da la experiencia de muchos años. A su llegada a los territorios ocupados fueron agredidos cruelmente por la policía marroquí, con una inhumanidad difícil de imaginar para un ser humano.

En mayo lo invitamos a Córdoba para que nos hablase de la situación en el Sahara occidental ocupado. Aun cojeaba por el recibimiento que le habían brindado las fuerzas opresoras marroquíes. Aunque siendo sincero, lo que más nos sorprendió a todos aquí no fueron las secuelas de la tortura sino la alegría, la esperanza y humanidad que derrocho durante su estancia.

Un mes después acompañamos en su regreso al Sahara Occidental ocupado, como observadores de derechos humanos a otro grupo de saharauis que habían visitado los Campamentos de refugiados Saharauis en Tinduf. Al llegar al aeropuerto de El Aaiún, entre la mirada de odio de cientos de policías, militares y paramilitares (que en el Sahara Oc. se llaman policía secreta), encontramos la sonrisa de nuestro amigo Sidahmed.. El nos visitó en Córdoba y ahora le devolvíamos en cierta manera la visita. A sabiendas de cuales serían las consecuencias nos ofreció su casa, su familia y su cariño. Cuatro días en un barrio saharaui de El Aaiún, una casa humilde y una familia unida, donde compartimos con ellos su día a día bajo la ocupación. Cuatro días con sus 24 horas de hostigamiento, agresiones, persecuciones, y una seria de vulneraciones de los derechos más fundamentales de las personas que no se pueden escribir con palabras; eso sí, cuatro días acompañados de la dulce palabra de Sidahmed, la sincera palabra de quien habla con el corazón y desde el corazón (imposible olvidar el respeto y la coherencia con el que tuvo la entereza de hacernos de traductor frente a la policía marroquí para que nos devolviese nuestro pasaporte, y como cuando estuvimos solos nos miró fijamente y nos dijo que ese individuo era un torturador, que lo decía por experiencia).

Hace unos días Sidahmed fue detenido por la policía marroquí. Un saharaui más detenido. Tal vez sea torturado, desaparecido, la semana pasada un saharaui fue asesinado con un disparo en la cabeza por la policía marroquí (estúpida incertidumbre, que nos consuela de no querer aceptar la realidad). Su delito ser saharaui. Acaso ¿alguien lo duda? No seamos cómplices del silencio, él nunca lo fue, a sabiendas claro. Su único delito es no ser complice del injusto silencio. Su único delito, como el de todos los saharauis, no es sólo ser saharaui, va mucho más allá, su único delito es ser una persona con voz. Él como todos puede evitar la tortura, la detención, la muerte con algo tan simple como apagar su voz. ¿Pero que es un ser humano sin voz, sin palabra, sin dignidad? Cada cual debe asumir su papel y decidir quien es. ¿Quiénes somos? ¿seres humanos sin voz? Sidahmed no lo es. ¿Y tú?

Damián López López. Grupo Jaima

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