Por Victor M. Carriba Naciones Unidas, 11 de abril de 2011 (PRENSA LATINA) El huracán de varias crisis en que gira hoy la ONU con ojo en su secretario general, Ban Ki-moon, puede aumentar en intensidad por extraños vientos alrededor del añejo reclamo de autodeterminación para el Sahara Occidental.
Las primeras brisas de otra tormenta comenzaron la semana pasada con un supuesto rechazo del titular de Naciones Unidas a sugerencias de sus asesores, a causa de presiones de Marruecos.
Según trascendidos, esas recomendaciones proponen que la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sahara Occidental (Minurso) agregue a sus funciones la supervisión de los derechos humanos en ese territorio bajo ocupación marroquí desde 1975.
Esa idea fue presentada a Ban Ki-moon para ser incluida en un informe sobre el tema que debe presentar esta semana al Consejo de Seguridad y llegó a manos de la prensa acreditada en la sede de la organización mundial en Nueva York.
La veracidad de la versión fue confirmada de manera indirecta por el vocero oficial de la ONU, Martín Nesirky, al lamentar ante los periodistas la filtración y publicación de "documentos internos de trabajo" del organismo.
El portavoz trató de salvar la situación alegando que lo trascendido no es una versión final del informe, ni tiene validez, ni ha sido aprobado por el secretario general.
Hace 10 días, el Frente Polisario, organización que lucha por la autodeterminación y sostiene negociaciones con Marruecos auspiciadas por la ONU, pidió al Consejo de Seguridad la inclusión de los derechos humanos entre los objetivos de la Minurso.
En el mismo sentido se pronunció la semana pasada el presidente de la República Árabe Democrática Saharaui, Mohamed Abdelaziz, quien alertó sobre la grave situación de los derechos humanos en los territorios ocupados.
En noviembre último, fuerzas marroquíes asaltaron un campamento de civiles saharauis en Gdeim Izik, con saldo de varias muertes y el arresto de unos 150 pobladores.
Abdelaziz volvió a exigir la celebración de un referéndum libre, justo e imparcial para la autodeterminación del pueblo saharaui.
Ese ángulo esencial del conflicto ocupa la atención de la organización mundial desde antes de la retirada de España, la antigua metrópoli, y de la ocupación del territorio por parte de Marruecos.
A partir de aquellos momentos de la década de 1970, el énfasis en ese derecho de los saharauis marcó el trabajo de la ONU y hasta el nombre propio de Minurso, creada en 1991 y que todavía mantiene su presencia y objetivos iniciales.
Hace casi tres años, y sin abandonar su férrea oposición al plebiscito de autodeterminación, Marruecos lanzó una iniciativa de reformas y de una pretendida autonomía, recién saludada por Ban Ki-moon.
En igual dirección también comenzó a moverse en los últimos meses el gobierno español, con fuertes vínculos políticos y económicos con Rabat, pero con insoslayables responsabilidades históricas con el pueblo saharaui.
El Sahara Occidental está incluido en la lista oficial de 16 territorios no autónomos reconocidos como tales por el Comité de Descolonización de la organización mundial.
El titular de la ONU recibió aquí el pasado 24 de marzo al ministro de Relaciones Exteriores marroquí, Tahib Fassi Fihiri, a quien expresó que las propuestas de reforma del monarca del país árabe ayudarán a crear una dinámica hacia la estabilidad regional.
Dos días antes, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, había recibido en Washington al canciller de Marruecos y expresó el respaldo de la Casa Blanca al plan de autonomía anunciado por Rabat.
Marruecos y el Polisario celebran desde agosto de 2009, sin resultados concretos, una serie de contactos informales, dispuestos por el Consejo de Seguridad tras el estancamiento de negociaciones oficiales interrumpidas en marzo de 2008.
Las nuevas corrientes sobre el problema saharaui surgen cuando Ban Ki-moon aparece como centro de un huracán de crisis en cuyas bandas giran los serios conflictos de Costa de Marfil, Libia y varios Estados norafricanos y el medio Oriente.
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