CANARIAS SOCIAL - CRISTÓBAL D. PEÑATE/FOTOS: RAFA AVERO
Deya Sid Ahmed, secretario general de la Confederación Sindical de Trabajadores Saharauis desde 2002, se encuentra actualmente en Las Palmas de Gran Canaria, convaleciendo tras pasar por el Hospital Insular tras ser atendido de los golpes recibidos por liderar una manifestación para reivindicar derechos laborales en El Aaiún. Su organización sindical defiende a 10.000 trabajadores saharauis.
-¿Ser el máximo representante de los trabajadores saharauis en El Sahara es doblemente complicado?
-Muy complicado, mucho, porque estamos en las zonas ocupadas. Es difícil ejercer de sindicato fuera de la administración. Ya de por sí el trabajo es difícil.
-¿Cómo se ha formado en su lucha sindical?
-Al principio yo entré en un sindicato marroquí para aprender. Tiempo después los trabajadores me nombraron a mí como su representante en Fosbucráa. Yo empecé a trabajar duramente con el sindicato para reivindicar nuestros derechos.
-La Administración española los dejó a ustedes a los pies de los caballos.
-Sí, nosotros nos quedamos de un día para otro sin ninguna cobertura laboral ni sindical porque la Administración española se desentendió del conflicto. Hemos venido a España y hemos celebrado reuniones en Casablanca con la confederación internacional de sindicatos. Hemos tenido mucha solidaridad de los trabajadores al estar subyugados por la administración marroquí.
-Pero necesitan más apoyo.
-Los trabajadores saharauis hemos perdido por todos lados porque no tenemos un país reconocido por todos. Queremos que nos den cobertura, que nos articulen. Los trabajadores saharauis debemos estar todos unidos.
-¿Cuántos trabajadores pertenecen a su sindicato?
-Unos 10.000. Son muchas las familias que están representadas en nuestro sindicato. Hemos visto los expedientes de los trabajadores uno por uno. Hemos sido sus representantes en la convención internacional de sindicatos en París en 2004. En Francia constan todos los afiliados.
"CCOO nos ha ayudado mucho, se ha portado como un hermano"
-¿Han encontrado respaldo en España?
-Sí, Comisiones Obreras se ha portado con nosotros como hermanos. Hay mucha colaboración. Hemos tenido reuniones en Madrid con los sindicatos españoles CCOO y UGT y con los empresarios, además de con los ministerios de Trabajo y Asuntos Exteriores. Hablamos cuatro o cinco días y explicamos que España dejó a los trabajadores de los fosfatos en El Sahara sin ninguna cobertura social, completamente vendidos.
-La Administración española dejó fuera de juego a muchos trabajadores saharauis.
-Hay mucha gente que no cumple la cotización de la Seguridad Social. Cuando se entregó el Sahara a Marruecos dejaron a los trabajadores colgados, sin indemnización, sin jubilación, sin trabajo, y así hasta ahora. Esto afecta a 10.000 personas actualmente porque mucho han fallecido en estos años.
-¿Nadie da la cara, se lavan las manos?
-Sí, se lavan las manos. Marruecos pasa y España también. España tiene una responsabilidad en todo esto. Por eso estamos buscando que se cubran esas responsabilidades paran con los trabajadores saharauis.
-Marruecos los deja en una mala posición.
-Marruecos no quiere saber nada de los trabajadores porque dice que es problema de España y España también se lava las manos.
-Debe ser difícil ejercer el sindicalismo en los territorios ocupados por Marruecos.
-Nos están acosando continuamente y nosotros aguantando.
-A usted lo agredieron.
-Sí, los policías me dieron una paliza por parte del gobernador. Nosotros somos trabajadores y lo único que hacíamos era ejercer nuestros derechos laborales.
"Somos un país rico, con pesca, fosfatos, cobre y petróleo, pero no nos dejan vivir de nuestros recursos naturales"
-El Sahara es rico en pesca y fosfatos.
-Claro que sí. Nosotros podríamos vivir muy bien de eso, pero las autoridades ocupantes no nos dejan. La zona es muy rica, pero nuestra gente no se ve beneficiada. No vemos nuestra riqueza porque nos la expolian.
-Hay saharauis que tienen que emigrar.
-Sí, aquí a Canarias llegan muchos jóvenes en pateras porque allí se mueren de hambre. Eso no debería ocurrir porque nosotros tenemos allí suficiente riqueza natural, pero se las quedan otros países. Nosotros queremos que la gente se quede, pero nos quitan el trabajo.
-Hay riqueza y trabajo, pero están mal repartidos.
-Están mal repartidos. Además, Marruecos mete a su gente, a su personal, y los saharauis les importan un pito. Solo se preocupan de los que son fieles al régimen marroquí.
-España también es culpable.
-También. Los trabajadores de fosfatos tenían un contrato con la autoridad española. Antes estaban en el INI y ahora en el SEPI. Incluso había aquí en Canarias oficinas de Fosbucráa, aunque ahora están cerradas.
-O sea, que sigue existiendo relación empresarial con España.
-Claro, pero el Estado español no se compromete. Por eso buscamos el apoyo y la solidaridad de los organismos internacionales para resolver de una vez esta situación injusta.
-Ustedes cuentan con la ayuda de otras organizaciones sindicales.
-No tenemos ayuda económica, pero sí relaciones. Tenemos relaciones con Italia, Francia y sobre todo con España.
-¿Con qué sindicato español se relacionan más?
-Más con Comisiones que con UGT porque UGT está más ligado con el partido del Gobierno y está más atado. Hay un partido, Unión, Progreso y Democracia, el de Rosa Díez, que también nos ayuda mucho.
-¿PSOE y PP no ayudan?
-No, pero sí Izquierda Unida. El Gobierno español abandonó al pueblo saharaui y a sus trabajadores, pero éstos tienen unos derechos que deben ser respetados.
-¿La mayoría de los trabajadores de su sindicato son de Fosbucráa?
-Buena parte sí, pero los más viejos son de Cubiertas y Tejados. También hay muchos marineros que tenían contratos con empresas españolas. Los sindicatos necesitamos de los jóvenes para luchar y reivindicar.
-La familia real marroquí está metida en muchos negocios.
-Sí, en negocios y empresas de todo tipo. Por eso no les interesa un sindicato de trabajadores saharauis. Nosotros hemos llevado cartas a los embajadores de Estados Unidos, Francia, España, Italia y Alemania en Rabat, además de otros a los que les hemos explicado la situación para que nos ayuden. Mandamos quince o veinte cartas para que esos países reconozcan públicamente nuestros derechos y presionen internacionalmente.
-Ustedes no cejan en su lucha reivindicativa.
-Nosotros pedimos a todos los organismos internacionales de Europa que presionen a Marruecos para que respete nuestra riqueza del Sahara.
-¿Esos países presionan?
-No tanto como quisiéramos. Necesitamos más ayuda. Agradecemos la solidaridad, pero necesitamos más apoyo. Si no hay presiones, Marruecos no cederá. Marruecos lo quiere todo.
-¿No han tratado de comprarle?
-Sí, muchas veces. Marruecos me ha ofrecido mucho dinero, pero siempre me he negado. No puedo traicionar nuestra causa. Mañana puedo morir y tengo que saldar mis cuentas con dios. Mejor la verdad que la mentira. Yo no engaño a nadie, quiero estar bien con mí mismo. Ellos quisieron comprarme, pero no pueden.
-Quieren descabezar el movimiento.
-Claro, es que nosotros somos organización y la organización presiona más que los activistas. Los trabajadores necesitan cobrar para poder vivir. Es ley de vida. La crisis se nota a la hora de lograr ayudas.
-Si les dejaran vivir de sus riquezas naturales, todo sería distinto.
-Sí, porque tenemos pesca, fosfatos, petróleo, cobre, tenemos todo. Tenemos las mejores minas del mundo y precisamente por eso no nos quieren dejar ser independientes. Marruecos no reconoce nuestro sindicato y nos persiguen porque no pueden controlarnos. Afortunadamente sí nos reconocen otros países democráticos.
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