A finales de 2010 se reunieron miles de saharauis en los campamentos para protestar contra la ocupación marroquí. Los primeros signos de la primavera árabe fueron reprimidos brutalmente por las fuerzas de seguridad. Brahim Dahan, activista saharaui de derechos humanos, galardonado con el premio sueco Per Anger en 2009, llama la atención internacional para evitar una nueva guerra.
Conflicto del Sáhara Occidental
Después de España dejó el control de la ex colonia a mediados de 1970 el país fue dividido entre Mauritania y Marruecos. Después de luchar contra el movimiento independentista Frente Polisario, Mauritania se retiró del país, pero el conflicto continuó con Marruecos. Un alto el fuego en 1991, mientras que se celebre un referéndum sobre la independencia del Sáhara Occidental. No ha ocurrido aún porque las partes no pueden ponerse de acuerdo sobre quién es elegible para votar.
Mientras tanto, Marruecos controla alrededor de dos tercios del Sahara Occidental, y una tercera parte es controlada por el Frente Polisario. Ambos territorios están separados por un sistema de muros en el desierto de más de 2.200 kilómetros de largo que Marruecos ha construido. Cientos de miles de colonos marroquíes se han trasladado al Sáhara Occidental, mientras que la mayor parte de los saharauis viven en campos de refugiados en Argelia. Amnistía Internacional informa sobre cómo se viola la libertad de expresión y la libertad de reunión y cómo los activistas saharauis han sido objeto de acoso. Hay testimonios de tortura y otros abusos.
Hace casi exactamente hace un año de que el tunecino Mohammed Bouazizi se prendiera fuego. Fue la chispa que condujo al gobierno del país a presentar su dimisión. Las revoluciones que siguieron en un país tras otro, ocuparán un lugar seguro en los libros de Historia en el capítulo titulado La primavera árabe.
Pero ya un mes antes, en la mañana del 8 de noviembre de 2010, fuerzas de seguridad marroquíes irrumpieron en un campamento de las afueras de El Aaiún, la capital de la parte del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos. El campamento de Gdeim Izik había sido levantado un mes antes por los saharauis en protesta contra la discriminación social, y a favor de la libertad de expresión y la democracia. Brahim Dahane es presidente de una organización de derechos humanos saharaui, la ASVDH, Asociación Saharaui de la Víctimas de graves violaciones de los Derechos Humanos cometidas por el estado marroquí. Él describe cómo el campamento fue evacuado y demolido de manera brutal.
- Marruecos creó un círculo alrededor del campamento de protesta con vehículos y soldados armados. Ellos abrieron fuego y mataron a un joven e hirieron a otros antes de que desmantelaran el campamento. Gdeim Izik fue el comienzo de la primavera árabe. La gente habla mucho sobre la plaza Tahrir pero no tanto acerca de Gdeim Izik, donde se levantaron unas 8.000 tiendas de campaña con más de 30.000 personas y que duró 29 días, dice Brahim Dahan.
- ¿Por qué la gente se levantó Gdeim Izik?
- Para protestar contra la situación que viven los saharauis desde hace muchos años. Lo hicieron por el derecho a la libre expresión y a la libertad de pensamiento. Las reivindicaciones que pedíamos eram vivir con dignidad y participar de nuestros recursos naturales. Estas reivindicaciones son similares a las planteadas en el resto del mundo árabe, además de la necesidad de autodeterminación para el Sáhara Occidental.
Señala que la protesta fue pacífica. El campamento se estableció en el desierto, a las afueras de la ciudad de El Aaiún, para evitar enfrentamientos con las autoridades marroquíes y los colonos.
- Gdeim Izik fue una forma nueva y creativa de protesta. Fue una forma de auto-organización, se formaron grupos para las negociaciones con las autoridades marroquíes, y otros para la limpieza y la seguridad. También se organizaron grandes reuniones para discutir sobre lo que ocurría, para formular peticiones. Fue una protesta civilizada y de corazón.
Brahim Dahane visitó Suecia durante dos semanas en noviembre, invitado por Emaús Estocolmo, el Centro Internacional Olof Palme y el Movimiento por la Cristiano por la Paz. Como uno de los activistas más reconocidos de la lucha por la independencia saharaui se reunió con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia, políticos y parlamentarios y diversos grupos de interés. Durante el levantamiento del campamento de Gdeim Izik Brahim Dahan se encontraba en una cárcel marroquí, arrestado después de visitar los campamentos de refugiados de saharauis en Argelia. Bajo la presión de diferentes organizaciones pro derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional, fue liberado en abril de 2011, después de 13 meses de prisión.
- ¿Me puede definir la ocupación para los saharauis?
- Se puede decir en una palabra. La ocupación es una forma de esclavitud. No se puede tomar la iniciativa y empezar algo. No se puede desarrollar la vida. N se puede disponer de las riquezas de los recursos naturales, y todo lo demás. Se puede ver en la vida de nuestros compatriotas personas dispuestas a trabajar pero que no pueden trabajar. Si deseas dedicarte a la pescar en el mar o conducir un taxi, necesitas un permiso de trabajo. Nosotros no somos tratados como un pueblo que puede tomar sus propias decisiones. También hay un nivel tangible, práctico, como las ciudades asfixiadas por la presencia militar. En casi todas las calles se ven vehículos militares. Se siente cómo el ejército y la policía superan en número a la población.
- ¿Cómo ha cambiado la situación después de Gdeim Izik?
- Se ha incrementado la vigilancia. También, entre otras cosas, se ha prohibido levantar tiendas de campaña, hay una gran tradición entre los saharauis de llevar a sus hijos a la playa y montar sus jaimas. Tradicionalmente también se ha ido al desierto y se levantan sus tiendas , pero ahora no se puede hacer. Si vas al desierto para hacer té, te verán desde algunos de los helicópteros, e inmediatamente tendrás un coche de los gendarmes allí. También han rodeado la ciudad con miles de soldados.
El conflicto del Sáhara Occidental es un polvorín. El ciclo de violencia que siguió al asalto de Gdeim Izik es un ejemplo de esto – el desmantelamiento del campamento dio lugar a graves disturbios en El Aaiún, donde los saharauis atacaron e incendiaron los edificios que se veían como signos de la ocupación marroquí. Las acciones de venganza por parte de los colonos marroquíes ocurrieron, según los testigos, en parte con la ayuda de las fuerzas de seguridad. Aún no se sabe exactamente cuántas personas murieron en ambos bandos.
Existe una tregua desde 1991 entre Marruecos y el Polisario, el movimiento saharaui de liberación. Muchas voces se han alzado en el Sahara Occidental con el fin de reanudar la lucha armada. Brahim Dahane espera que la atención internacional pueda evitar que la guerra comience de nuevo.
- Espero que haya una presión internacional para que se respeten los derechos de los saharauis, y que podamos ver los resultados sobre el terreno, para que nuestra gente pueda sentir que el mundo ve y entiende el sufrimiento que están pasando, y que hay indicios de que el mundo va a reaccionar y tratar de cambiar la situación.
República Árabe Saharaui Democrática, o RASD, es el nombre del Estado saharaui que fue proclamado por el Frente Polisario en 1976. Más de 80 países, principalmente del el sur, ha, reconocido el Estado saharaui. Ningún país europeo lo ha reconocido, y Brahim Dahane quiere que Suecia lidere el camino a través de un cambio de rumbo.
- Espero que Suecia reconozca a la RASD. Desde el punto de vista del derecho internacional, está claro. Lo que necesitamos es una red diplomática, y desde esa perspectiva, creo que Suecia tiene una alta capacidad. Hay varios ejemplos en que la diplomacia sueca ha sido brillante.
- ¿Cree usted que el Frente Polisario respetará los derechos humanos si ellos tienen el poder de gobierno en el Sáhara Occidental?
- Es un tema muy importante. Tras esta etapa de ninguna manera vamos a permitir salir de la represión y entrar en una nueva opresión. Se respeta al hombre por sus acciones. Y esto también se aplica a los dirigentes del Polisario.
Micke Hanås
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