El actor Javier Bardem y el
director Álvaro Longoria acaban de estrenar el documental Hijos de las nubes,
la última colonia, que trata sobre la dura e inaceptable realidad que vive el
pueblo saharaui. De entrada, mi enhorabuena a ambos, en un tiempo en que casi
todo el mundo se pone de perfil en los temas polémicos y delicados frente a los
poderes establecidos, ellos han dado un paso adelante, firme, decidido y
comunican a través del cine lo que muchos quieren ocultar: la realidad.
En los campamentos de
refugiados del pueblo saharaui se vive en unas condiciones infrahumanas, los
derechos humanos, el interés superior del menor, la dignidad de las personas,
el derecho internacional, ceden y se quiebran ante los intereses económicos y geoestratégicos,
la diplomacia internacional de Marruecos, Francia y Estados Unidos, la
pasividad de España y el resto de la comunidad internacional. Allí se refleja
la soledad de un pueblo generoso, hospitalario, libre y abandonado por todos,
una verdadera vergüenza para todos aquellos que nos llamamos demócratas y
permitimos y toleramos lo intolerable.
El Sahara occidental es la
última colonia que queda en el continente africano, ante la pasividad e
indiferencia de Naciones Unidas. Recordemos que el Sahara occidental hasta 1975
era España (desde 1885 y provincia española desde 1958) y los que allí vivían
eran españoles, según figuraba en su documento nacional de identidad. En los
últimos años el pueblo saharaui ha adoptado una postura no violenta ante la injusticia
internacional que vive, es una resistencia pacífica, defienden sus razones, que
son poderosas, pero estratégicamente no están obteniendo resultados, a
Marruecos le beneficia el actual status, que todo siga como está, pues su
invasión ilegal del Sahara persiste y el referéndum para la autodeterminación
del pueblo saharaui, al que según Naciones Unidas tiene derecho el pueblo del
Sahara, no se produce. Es curioso que con la denominada Primavera Árabe algunos
regímenes dictatoriales del Norte de África han caído, como Túnez, Egipto o
Libia, sin embargo Marruecos se mantiene firme en su impunidad internacional en
la vulneración de los derechos humanos del pueblo saharaui. Es curioso que en
la esfera internacional se apoye al vulnerador de los derechos humanos y del
derecho internacional (Marruecos) y se abandone y desprecie a quien respeta las
normas internacionales (el pueblo Saharaui). Quizás con la marcha de Sarkozy y
la llegada de Hollande, la situación mejore para el Sahara occidental, también
sería bueno que Rajoy no fuera tan tibio como Zapatero, ya veremos…
Lo que hoy es el Sahara
occidental perteneció en su día a España y Francia. En el año 1975 la Marcha
Verde del Rey Hassan II de Marruecos entra en el Sahara. De forma resumida
están por un lado Marruecos y Mauritania queriendo hacerse con el territorio y
por el otro el Frente Polisario -el pueblo saharaui que lucha por su
independencia desde 1973, primero contra España, luego contra Marruecos- y el
apoyo de Argelia. España opta por quitarse de en medio, a pesar que a nivel
administrativo es internacionalmente la responsable del Sahara occidental, poco
después -1979- Mauritania hace lo propio. Quedan por tanto luchando por el
Sahara occidental Marruecos, que lo controla por la fuerza, y el Frente Polisario
que defiende a la naciente en 1976 República Árabe Saharaui Democrática. En
1985 ONU insta a una negociación entre Marruecos y el Frente Polisario para que
se celebre un referéndum y previamente se retiren las tropas marroquíes. En
1988 se llega a un acuerdo de paz con alto el fuego, que el territorio lo
controle ONU y se celebre un referéndum para decidir el futuro del Sahara
occidental. No hay que olvidar que en 1949 se descubre en su territorio
-Bucraa- el mayor yacimiento de fosfatos del mundo. Hay problemas con el censo
a utilizar. El 29 de abril de 1991, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas,
en su Resolución 690, decide crear la misión para el referéndum MINURSO (Misión
de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental), que se
despliega con dos objetivos, el alto el fuego entre las tropas del Polisario y
Marruecos y preparar la consulta.
Sin embargo, la realidad es
que hasta hoy nada se ha hecho, los refugiados saharauis siguen en el desierto,
principalmente argelino, en la provincia de Tinduf. En noviembre de 2010 la
policía marroquí disolvió violentamente un campo de protesta a las afueras de
El Aaiún. Básicamente esta es la realidad que denuncian Bardem y Longoria.
Tienen razón en su denuncia, como la tiene el pueblo del Sahara occidental y
sus 200.000 refugiados en que se cumpla el derecho internacional y se celebre
el referéndum aprobado ya hace más de dos décadas.