lunes, 7 de mayo de 2012

Fatma Mehdi (UNMS) en Argentina


Entrevista con Fatma Mehdi el programa “Visión 7 Internacional” de la TV Pública argentina



Una lucha cotidiana por la libertad
“La Liga Argentina por los Derechos del Hombre fue la primera organización en abrirnos la puerta” fueron las palabras del embajador Bachir. Desde entonces, la Liga junto a otros organismos de derechos humanos, sociales y políticos lograron conformar el Comité de Amistad con el Pueblo Saharaui, que el jueves 19 organizó un encuentro en la Federación de Entidades Gallegas.
Estuvieron presentes Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, de Madres de Plaza de Mayo L.F, representantes de la Cámara de Diputados de la Nación, quienes trabajan en la formación de un Grupo Parlamentario de Amistad y por el reconocimiento de la RASD por parte del gobierno argentino, una delegación del Partido Comunista, entre otros. Al tiempo que se recibieron adhesiones como la de Adolfo Pérez Esquivel.
El Comité de Amistad que también acaba de conformarse en La Plata invitó a Fatma Mehdí y a Salem Bachir a un encuentro con el rector de la Universidad Nacional de esa ciudad quien resolvió apoyar la formación de una Cátedra Libre de Estudios Saharauis en esa Universidad, que ya cuenta con el respaldo de destacados docentes de distintas facultades.
Fatma Mehdí es la secretaria general de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (Unms) y llega a Buenos Aires luego de participar del Congreso de la Federación Democrática Internacional de Mujeres celebrado en Brasil. Sus palabras, tan resueltas como el quiebre de su voz en ciertas honduras del relato, nos brindan una síntesis sobre la mujer saharaui: “La situación de las mujeres en las zonas ocupadas es muy crítica. No tenemos mucha información por el bloqueo informativo que existe en esas zonas, pero lo poco que nos llega es que las mujeres son las primeras víctimas, porque son ellas las que están en las calles, son ellas las que tienen los familiares desaparecidos y por hablar de estas cosas son las primeras que van a las cárceles. Hace poco se dio a conocer por un estudio que el 35 por ciento de las mujeres habían sido desparecidas en algún momento de su vida. También sufren la violación sexual. Hay testimonios de jóvenes a las que las meten en las cárceles, las violan y luego las tiran a las afueras de las ciudades. Las mujeres tampoco tienen trabajo, existe una ayuda, creo de cuarenta dólares al mes y está muy condicionada a la política, porque se les corta el día que salen en las manifestaciones. Ellas no tienen estudio porque en el Sahara Occidental no hay universidades; es una política que Marruecos ha hecho desde el principio para dejar al pueblo muy ignorante, aunque los varones sí pueden trasladarse adentro de Marruecos para acceder a los estudios universitarios, pero en cambio las mujeres, como son responsables de los hijos, padres y madres, no tienen esta posibilidad. Son las más ignorantes, las que tienen menos estudios en la zona ocupada. Ellas están intentando organizarse, aunque no tienen ese derecho, sobre todo si trabajan para objetivos que Marruecos no vea que son necesarios. Ahora está la organización de las madres, es una Asociación de Madres de Hijos Desaparecidos que está luchando para conseguir información sobre ellos. También han podido organizarse para crear comisiones de derechos humanos donde pueden hablar del tema, pero solo desde el exterior, no pueden hacerlo en Marruecos. En las zonas ocupadas las mujeres saharauis no participan en la política porque el gobierno allí es marroquí y no tienen derecho a participar”.
“En los campamentos están viviendo más de 200 mil personas y la mayoría son mujeres. Ellas dirigieron las escuelas y gobernaron los campamentos; todo lo hicieron solas porque los hombres estaban en las zonas de conflicto, de guerra. Cuando ellos se reincorporaron a la política al iniciarse el proceso de paz en 1991, las mujeres tenían un 34 por ciento de representación que fue respetada. Sabemos que en situación de crisis la mujer desempeña un papel muy importante. Aunque cuando se supera hay una tendencia a retornar a su papel tradicional”.
“Los campamentos dependen de la ayuda de carácter humanitario, y uno de los problemas que todavía las agencias de las Naciones Unidas no han podido solucionar es respecto a la situación de nuestros refugiados, los saharauis no son refugiados de crisis sino que son refugiados políticos, y no se les considera el tiempo que llevan en los campamentos para la aplicación de políticas de desarrollo.
Gracias a las organizaciones y la solidaridad de los pueblos, principalmente de España, es que existen proyectos de solidaridad por medio de movimientos solidarios con el Sahara y en ellos están incluidos proyectos de mujeres. En una situación tan difícil, con tantas prioridades sin resolver, la gente intenta primero sobrevivir, por lo que no es posible pensar en otras políticas, como la emancipación de las mujeres. Nosotras estamos intentando que este tipo de lucha también sea considerado como prioridad en el ámbito nacional, intentar todas las políticas paralelamente”.
Palabras del embajador
Salem Bachir es embajador en misión de la República Saharaui. Radica en Buenos Aires y recorre toda la región para dar a conocer la situación de su país y sumar apoyos políticos y humanitarios. En su testimonio reúne la situación que atraviesa actualmente el pueblo saharaui y el origen del problema.
“El ex Sahara Occidental, ex Sahara español, está ubicado en el norte de África, tiene frontera con Marruecos, Mauritania, Argelia e Islas Canarias. Fue una colonia española hasta 1975 cuando Marruecos la invadió militarmente, después de los tristemente famosos Acuerdos de Madrid, que dividieron el territorio en dos partes, una parte fue cedida para Mauritania y otra para Marruecos. Luego, Mauritania abandonó el territorio y firmó un acuerdo de paz con el frente Polisario (Frente por la Liberación de la Saguia, El Hamra y Río del Oro) y reconoció posteriormente a la Rasd Marruecos extendió la ocupación y construyó el llamado Muro de la vergüenza, de 2.700 km, que divide en dos el territorio, en el que se colocaron siete millones de minas antipersona, las que provocan todos los días víctimas inocentes, mujeres, niños y también animales. Es el muro más minado y militarizado del mundo, cada diez o veinte km hay bases militares con armamento súper sofisticado para mantener la ocupación. Se habla de la prisión a cielo abierto más grande del mundo, la del Sahara Occidental, donde no se permite a ningún observador, periodista o parlamentario ingresar al territorio.
En la actualidad después de siete años de lucha armada el frente Polisario ha firmado con Marruecos un plan de paz supervisado por la ONU que entró en vigor en 1991. Llevamos veintitantos años esperando que se concrete este plan de paz y Marruecos sigue violando sistemáticamente los derechos humanos en territorio ocupado. En la actualidad estamos en una fuerte campaña internacional para que la ONU prolongue la misión llamada Minurso, integrada también por oficiales argentinos, y que se le confiera un mecanismo de supervisión en materia de derechos humanos, ya que es la única misión que no tiene esa competencia porque Francia la veta. Por eso se lanzó esta campaña internacional pidiendo a Francia que no obstaculice la supervisión de los derechos humanos en el Sahara Occidental.
El pueblo saharaui, aproximadamente un millón de personas, vive dividido en dos partes, una, en la zona ocupada, bajo terror, bajo represión, y la otra parte vive en la zona liberada sobreviviendo con la ayuda internacional. Se habla un mismo idioma, el hassanía, y el español como segundo idioma. Tenemos hermanamientos firmados con centenares de ayuntamientos, provincias y comunidades españolas que ayudan materialmente. Hay una solidaridad extraordinaria de todo el pueblo español.
El Consejo de Seguridad de la ONU discute en estos días la cuestión saharaui y debe tomar una decisión antes del 30 de abril. Esperamos que otorgue a la misión de la ONU la competencia de vigilar los derechos humanos en el territorio y que se lleve a cabo este plan de paz que tiene veinte años. Estamos en negociaciones con Marruecos, pero no hay progresos concretos. Hemos optado por la vía pacífica, por la vía diplomática. Nuestra cuestión sigue inscripta con las Islas Malvinas en la Cuarta Comisión de la ONU pendiente de la descolonización.
Como pueblo saharaui somos víctimas de nuestras propias riquezas, como bien lo dijo Eduardo Galeano cuando nos visitó hablando del muro nuestro y de los muros en el mundo; la maldición es nuestra riqueza, el pillaje, el robo que está perpetrando Marruecos con la complicidad de las empresas multinacionales y sobre todo de Francia que complica la solución.
El pueblo saharaui espera una solución justa y merecida para un pueblo que sufrió muchísimo por recuperar la paz con Marruecos, nuestros hermanos y vecinos de casa, pero también con Mauritania, Argelia y formar juntos un Magreb para que vivamos en paz, en armonía y cooperación.”
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“La Liga Argentina por los Derechos del Hombre fue la primera organización en abrirnos la puerta” fueron las palabras del embajador Bachir. Desde entonces, la Liga junto a otros organismos de derechos humanos, sociales y políticos lograron conformar el Comité de Amistad con el Pueblo Saharaui, que el jueves 19 organizó un encuentro en la Federación de Entidades Gallegas.
Estuvieron presentes Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, de Madres de Plaza de Mayo L.F, representantes de la Cámara de Diputados de la Nación, quienes trabajan en la formación de un Grupo Parlamentario de Amistad y por el reconocimiento de la RASD por parte del gobierno argentino, una delegación del Partido Comunista, entre otros. Al tiempo que se recibieron adhesiones como la de Adolfo Pérez Esquivel.
El Comité de Amistad que también acaba de conformarse en La Plata invitó a Fatma Mehdí y a Salem Bachir a un encuentro con el rector de la Universidad Nacional de esa ciudad quien resolvió apoyar la formación de una Cátedra Libre de Estudios Saharauis en esa Universidad, que ya cuenta con el respaldo de destacados docentes de distintas facultades.
Fatma Mehdí es la secretaria general de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (Unms) y llega a Buenos Aires luego de participar del Congreso de la Federación Democrática Internacional de Mujeres celebrado en Brasil. Sus palabras, tan resueltas como el quiebre de su voz en ciertas honduras del relato, nos brindan una síntesis sobre la mujer saharaui: “La situación de las mujeres en las zonas ocupadas es muy crítica. No tenemos mucha información por el bloqueo informativo que existe en esas zonas, pero lo poco que nos llega es que las mujeres son las primeras víctimas, porque son ellas las que están en las calles, son ellas las que tienen los familiares desaparecidos y por hablar de estas cosas son las primeras que van a las cárceles. Hace poco se dio a conocer por un estudio que el 35 por ciento de las mujeres habían sido desparecidas en algún momento de su vida. También sufren la violación sexual.. Hay testimonios de jóvenes a las que las meten en las cárceles, las violan y luego las tiran a las afueras de las ciudades. Las mujeres tampoco tienen trabajo, existe una ayuda, creo de cuarenta dólares al mes y está muy condicionada a la política, porque se les corta el día que salen en las manifestaciones. Ellas no tienen estudio porque en el Sahara Occidental no hay universidades; es una política que Marruecos ha hecho desde el principio para dejar al pueblo muy ignorante, aunque los varones sí pueden trasladarse adentro de Marruecos para acceder a los estudios universitarios, pero en cambio las mujeres, como son responsables de los hijos, padres y madres, no tienen esta posibilidad. Son las más ignorantes, las que tienen menos estudios en la zona ocupada. Ellas están intentando organizarse, aunque no tienen ese derecho, sobre todo si trabajan para objetivos que Marruecos no vea que son necesarios. Ahora está la organización de las madres, es una Asociación de Madres de Hijos Desaparecidos que está luchando para conseguir información sobre ellos. También han podido organizarse para crear comisiones de derechos humanos donde pueden hablar del tema, pero solo desde el exterior, no pueden hacerlo en Marruecos. En las zonas ocupadas las mujeres saharauis no participan en la política porque el gobierno allí es marroquí y no tienen derecho a participar”.
“En los campamentos están viviendo más de 200 mil personas y la mayoría son mujeres. Ellas dirigieron las escuelas y gobernaron los campamentos; todo lo hicieron solas porque los hombres estaban en las zonas de conflicto, de guerra. Cuando ellos se reincorporaron a la política al iniciarse el proceso de paz en 1991, las mujeres tenían un 34 por ciento de representación que fue respetada. Sabemos que en situación de crisis la mujer desempeña un papel muy importante. Aunque cuando se supera hay una tendencia a retornar a su papel tradicional”.
“Los campamentos dependen de la ayuda de carácter humanitario, y uno de los problemas que todavía las agencias de las Naciones Unidas no han podido solucionar es respecto a la situación de nuestros refugiados, los saharauis no son refugiados de crisis sino que son refugiados políticos, y no se les considera el tiempo que llevan en los campamentos para la aplicación de políticas de desarrollo.
Gracias a las organizaciones y la solidaridad de los pueblos, principalmente de España, es que existen proyectos de solidaridad por medio de movimientos solidarios con el Sahara y en ellos están incluidos proyectos de mujeres. En una situación tan difícil, con tantas prioridades sin resolver, la gente intenta primero sobrevivir, por lo que no es posible pensar en otras políticas, como la emancipación de las mujeres. Nosotras estamos intentando que este tipo de lucha también sea considerado como prioridad en el ámbito nacional, intentar todas las políticas paralelamente”.
Palabras del embajador
Salem Bachir es embajador en misión de la República Saharaui. Radica en Buenos Aires y recorre toda la región para dar a conocer la situación de su país y sumar apoyos políticos y humanitarios. En su testimonio reúne la situación que atraviesa actualmente el pueblo saharaui y el origen del problema.
“El ex Sahara Occidental, ex Sahara español, está ubicado en el norte de África, tiene frontera con Marruecos, Mauritania, Argelia e Islas Canarias. Fue una colonia española hasta 1975 cuando Marruecos la invadió militarmente, después de los tristemente famosos Acuerdos de Madrid, que dividieron el territorio en dos partes, una parte fue cedida para Mauritania y otra para Marruecos. Luego, Mauritania abandonó el territorio y firmó un acuerdo de paz con el frente Polisario (Frente por la Liberación de la Saguia, El Hamra y Río del Oro) y reconoció posteriormente a la Rasd Marruecos extendió la ocupación y construyó el llamado Muro de la vergüenza, de 2.700 km, que divide en dos el territorio, en el que se colocaron siete millones de minas antipersona, las que provocan todos los días víctimas inocentes, mujeres, niños y también animales. Es el muro más minado y militarizado del mundo, cada diez o veinte km hay bases militares con armamento súper sofisticado para mantener la ocupación. Se habla de la prisión a cielo abierto más grande del mundo, la del Sahara Occidental, donde no se permite a ningún observador, periodista o parlamentario ingresar al territorio.
En la actualidad después de siete años de lucha armada el frente Polisario ha firmado con Marruecos un plan de paz supervisado por la ONU que entró en vigor en 1991. Llevamos veintitantos años esperando que se concrete este plan de paz y Marruecos sigue violando sistemáticamente los derechos humanos en territorio ocupado. En la actualidad estamos en una fuerte campaña internacional para que la ONU prolongue la misión llamada Minurso, integrada también por oficiales argentinos, y que se le confiera un mecanismo de supervisión en materia de derechos humanos, ya que es la única misión que no tiene esa competencia porque Francia la veta. Por eso se lanzó esta campaña internacional pidiendo a Francia que no obstaculice la supervisión de los derechos humanos en el Sahara Occidental.
El pueblo saharaui, aproximadamente un millón de personas, vive dividido en dos partes, una, en la zona ocupada, bajo terror, bajo represión, y la otra parte vive en la zona liberada sobreviviendo con la ayuda internacional. Se habla un mismo idioma, el hassanía, y el español como segundo idioma. Tenemos hermanamientos firmados con centenares de ayuntamientos, provincias y comunidades españolas que ayudan materialmente. Hay una solidaridad extraordinaria de todo el pueblo español.
El Consejo de Seguridad de la ONU discute en estos días la cuestión saharaui y debe tomar una decisión antes del 30 de abril. Esperamos que otorgue a la misión de la ONU la competencia de vigilar los derechos humanos en el territorio y que se lleve a cabo este plan de paz que tiene veinte años. Estamos en negociaciones con Marruecos, pero no hay progresos concretos. Hemos optado por la vía pacífica, por la vía diplomática. Nuestra cuestión sigue inscripta con las Islas Malvinas en la Cuarta Comisión de la ONU pendiente de la descolonización.
Como pueblo saharaui somos víctimas de nuestras propias riquezas, como bien lo dijo Eduardo Galeano cuando nos visitó hablando del muro nuestro y de los muros en el mundo; la maldición es nuestra riqueza, el pillaje, el robo que está perpetrando Marruecos con la complicidad de las empresas multinacionales y sobre todo de Francia que complica la solución.
El pueblo saharaui espera una solución justa y merecida para un pueblo que sufrió muchísimo por recuperar la paz con Marruecos, nuestros hermanos y vecinos de casa, pero también con Mauritania, Argelia y formar juntos un Magreb para que vivamos en paz, en armonía y cooperación.”