Marruecos ha manifestado su
rechazo a la mediación desarrollada por Christopher Ross enviado especial del
secretario general de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, tachando
su gestión de parcial al referirse a la necesidad de que la Minurso tenga
contacto con la población saharaui.
Ross ha intentado a lo largo
de estos años desarrollar reuniones informales entre las partes para buscar una
salida real al conflicto del Sáhara Occidental que emane de la voluntad del
pueblo saharaui y tenga en cuenta los derechos del pueblo saharaui sobre su
tierra, pero Marruecos acusa al enviado especial de injusto, cuando en el
último informe se hace referencia al control de la sede de la ONU en El Aaiún
por parte de este país que controla el acceso y el movimiento de sus
funcionarios.
Christopher Ros probablemente
renuncie a su cargo al igual que lo hizo Peter van Walsum y James Baker en su
momento, pero el conflicto del Sáhara sigue enquistado a pesar de los cambios
que ha traído la primavera árabe y el lenguaje de los derechos humanos que
empieza hablarse por parte de los pueblos frente a sus gobernantes.
El conflicto del Sáhara se
encamina hacia el estancamiento y la larga espera que agota la paciencia de un
pueblo que lleva décadas en busca de un camino hacia la esperanza y la
solución.— Alí Salem Iselmu. Periodista y escritor saharaui.