La policía marroquí y los
paramilitares que patrullan en El Aaiún airean en la prensa alauita su visión
de la muerte del saharaui Hamdi Etarfaoui. Hablan de estrangulamiento, ajuste
de cuentas, diferencias personales y de que fue enterrado en un patio cortado
en pedazos. La comunidad saharaui denuncia que el verdugo nunca se declarará
culpable si es el que dirige la investigación. Los argumentos policiales, los
mismos que cuando asesinaron a Said Dambar.
La prensa marroquí ha aireado
este fin de semana las explicaciones que ha dado la policía sobre la sospechosa
muerte de Hamdi Etarfaoui en El Aaiún, capital del Sahara Occidental. Según Les
Echos, por ejemplo, se argumenta que la muerte se produjo en “circunstancias
dudosas”. Según este medio de comunicación, murió “estrangulado” dentro de una
habitación que alquilaba junto a su “verdugo” y vincula su muerte a las
“diferencias personales con su presunto asesino” apostillando que “ya ha sido
detenido” y da la investigación por terminada, en base a fuentes de la policía
marroquí que patrulla en El Aaiún.
Otro rotativo, Liberation,
apunta también a que la víctima, que ubica dentro de la tribu “Azerguiyine”,
fue “estrangulada en una fiesta que fue por el mal camino” y cita fuentes
policiales de El Aaiún para determinar que el móvil fueron “las diferencias
personales”. Además añade lo que ha denunciado la familia de Etarfaoui, que
“fue mutilado antes de llevarlo a su casa y enterrarlo en el patio”.
Fuentes saharauis ubicadas en
El Aaiún apuntan al crimen político, sin embargo, y coinciden en destacar que
si la investigación “la hace el verdugo, evidentemente se va a exculpar” y
añaden: “Por mucha gente que asesinen nunca se señalarán como culpables”.
Los hechos ubican la muerte de
Etarfaoui tras la cena con varios altos cargos del Gobierno marroquí en la que
se encontrarían hasta dos ministros. De la reunión hay constancia, porque la
televisión local grabó parte de la misma y en ella, según distintas fuentes, el
ahora fallecido habría acusado de corrupción a la administración marroquí en el
Sahara Occidental. Además, el asesinado había sido muy crítico con la
administración marroquí en un congreso agrícola celebrado en Méknes.
A priori, Etarfaoui había
desaparecido y no había ni rastro de él, pero la presión de la comunidad
saharaui ante la administración ocupante de Marruecos ha hecho que el caso no
caiga en el olvido, por el momento.
Los saharauis denuncian el
asedio a su comunidad por parte de la policía marroquí y de los paramilitares
desplegados en El Aaiún, por el régimen que lidera Mohamed VI. En el territorio
está la MINURSO, pero no puede velar por los Derechos Humanos, porque Francia
vetó esta posibilidad en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.