domingo, 3 de junio de 2012

Marruecos se priva de la "benevolencia" de la ONU


Por la investigadora Khadija  Mohsen-Finan politólogo e investigadora  asociada al IRIS
*Traducción: Malainin Bagada
Marruecos  acaba de “retirar su confianza" a Christopher Ross, enviado personal  del  Secretario General de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, acusándolo de llevar a cabo "un trabajo parcial y desequilibrado." Esta no es la primera vez que un enviado es desautorizado   por cualquiera de las partes.  En 2004, después de haber  propuesto  dos planes de paz rechazado por el Frente Polisario el primero y por parte de Marruecos el  segundo, James Baker presentó su dimisión  Fue reemplazado por el holandés Peter van Walsum. Tres años más tarde, el Frente Polisario pidió  su retirada por haber declarado al diario El País que "la independencia del Sáhara es una opción poco realista." Su falta de imparcialidad ha llevado al Secretario General de  las Naciones Unidas de no renovar su mandato. En enero de 2009, y fue reemplazado por Christopher Ross, un diplomático experimentado que pasó toda su carrera en el Departamento de Estado como  especialista del mundo árabe, se desempeñó como embajador en Siria y Argelia. Al aceptar su misión en el Sáhara Occidental, este arabista que domina  varios dialectos del Magreb  quería  lograr "una solución justa y duradera del conflicto".
En el fondo como en la forma, el Informe Anual del Secretario General de las Naciones Unidas del  2012 es  bien diferente de los anteriores. Sin rodeos ataca los  obstáculos que frenan el buen funcionamiento de la Misión de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental (MINURSO) por parte de Marruecos. Pero contrariamente a la dimisión de James Baker o la  no renovación del mandato de Peter Van Walsum, el diplomático  Ross goza,  esta vez abiertamente  del apoyo de Ban Ki-Moon, un apoyo que da un carácter inédito  a las relaciones entre Marruecos y las ONU. El plan de paz propuesto por Marruecos en 2007 fue alabado por la ONU y Rabat  utilizó  constantemente este apoyo tan  valioso.  
Mucho más que un relato detallado de los acontecimientos que han caracterizado el año  en la región, el informe plantea de hecho cuestiones   de fondo relacionadas con la libertad de acción de la Misión de las Naciones Unidas: "Yo presenté en mi  informe una serie de desafíos que demuestran que la MINURSO no posee la capacidad  de ejercer plenamente sus funciones  de supervisión, de mantenimiento de la paz y de la observación, ni tampoco dispone de toda la autoridad para contrarrestar la erosión. "
En el informe de 26 páginas, Marruecos es el objeto de dos tipos de cargos: dificulta la labor de la Misión de las Naciones Unidas  hasta la puesta en tela de juicio su credibilidad y mezcla la legibilidad  del conflicto, actuando en el Sáhara, un territorio en el que la ONU no ha fallado, como  sobre el territorio marroquí. Como prueba, el referéndum sobre la enmienda de la Constitución de Marruecos, el 1 de julio de 2011 (cuyo  texto contiene disposiciones relativas a la regionalización del Sahara), como las elecciones legislativas de noviembre, ambas elecciones se llevaron a cabo en el Sahara "a pesar de  que su legalidad  no se ha establecido", aclara el informe. En cuanto a la ambigüedad entre Marruecos y el Sahara el informe también menciona la obligación de imponer a los vehículos de la MINURSO llevar placas diplomáticas marroquíes y el despliegue de banderas marroquíes en torno al cuartel general  de la Misión,  creando así  “ un aspecto que plantea dudas sobre la neutralidad de la ONU. "  Sin embargo, Marruecos se  defiende de estas acusaciones, considerando que las actividades de la Misión de la ONU se desarrollan “ en los límites de la practica establecida” ha negado estas acusaciones, mientras que las actividades de la Misión de la ONU lleva a cabo" dentro de la práctica establecida. Sin embargo, el informe precisa " es precisamente la práctica establecida  que se encuentra en el epicentro  de las dificultades que enfrentan las actividades de la MINURSO (...) el desarrollo las dificultades a lo largo de los años  impide  cada vez más la MINURSO  de cumplir su mandato de manera creíble.” En realidad, es en esta confusión entre el Sahara y Marruecos que reside el  punto focal  del aspecto  intratable del  conflicto: ¿cómo Marruecos puede involucrarse en la búsqueda de una solución de un conflicto que se trata de la soberanía de un territorio que considera como suyo y que administra desde 1976  y  en el que  gestiona el personal y los recursos?
Pero, la complejidad de la situación y la dificultad del conflicto reside en el hecho de que esta confusión no se ha considerado jamás en su justa medida  y tampoco  subrayada , ya sea por las Naciones Unidas o por las Capitales europeas. En la actualidad  ha sido denunciada  por Christopher Ross y sus superiores como una práctica que compromete el buen funcionamiento de la Minurso , que rompe con la buena voluntad de las Naciones Unidas sobre este tema. El informe de 2012  pone en evidencia también otras acciones que obstaculizan el buen funcionamiento de la Misión, ya sea el espionaje por Marruecos sobre  los cascos azules , el compromiso de la confidencialidad de las comunicaciones entre la sede de la MINURSO en   El Aaiún y el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York,  el recurso a los tribunales militares marroquíes  para juzgar a civiles  ...
En realidad, desde 1991, fecha de  la creación de la MINURSO a raíz del acuerdo  del alto el fuego, que preveía la organización  de  un referéndum, todas las misiones de la ONU se enfrentaron  al mismo tipo de dificultades. En septiembre de 1991, cuando la MINURSO fue encargada  de la identificación de los Saharauis nativos  de la región, Hassan II ordenó que los saharauis dispersos, lejos de su patria fueran identificados y movilizados. Teniendo en cuenta estas transferencias de población  en vistas a verificar la identidad,  previo a la organización de un referéndum y antes de dimitir, el jefe de la MINURSO, Johannes Manz  había declarado que estas personas, instaladas por el gobierno marroquí en las provincias saharauis  para hacerles figurar sobre las listas electorales, "no tenía nada que ver con el plan de la ONU." Y que él no sería "el virrey del Sahara. "
Pero  para los marroquíes, ya sea en 1991 o 2012, no hay ninguna injerencia en los asuntos de la ONU. Efectivamente desde la retirada de España en 1976, Marruecos ha decidido integrar gradualmente esta  antigua colonia española en el ámbito de su soberanía. En términos territoriales, la integración ha sido diseñada como una extensión de la administración marroquí y, como una puesta en práctica del gobierno marroquí en lo que Rabat  considera como  "provincias recuperadas." Esta integración fue confirmada regularmente por la extensión de las elecciones nacionales en estas regiones y el ejercicio del Ministerio del Interior. Este hecho rara vez ha sido denunciado por los representantes de la MINURSO, la mayoría  de tiempo  las dos banderas de la ONU y Marruecos fueron izadas una al lado de la otra, pero ninguna de las misiones han sido  llevadas a cabo con eficacia. Hoy en día Marruecos pide continuar con las prácticas  habituales, mientras que Christopher Ross, cree que estas prácticas son inaceptables.
Además de estas restricciones a la labor de la misión de la ONU, el informe también se examinan las dificultades para romper el estancamiento y encontrar una solución a este conflicto. Estas dificultades derivan del hecho de que las partes en conflicto siguen campando en sus posiciones, independientemente de los  cambios en  la región. Cada uno piensa que la “primavera árabe” justifica o refuerza su elección. Para el Frente Polisario, la lógica de la "primavera árabe"  exige que el pueblo del Sáhara Occidental  goce de la libertad de expresión y de reunión para expresar sus opiniones y su derecho a la autodeterminación, mientras que Marruecos considera que la lógica de esa  misma "primavera árabe" fue aplicada en el Sáhara Occidental  porque  las reformas democráticas que ha implementado se han ampliado a ese territorio.
Superar esas lecturas que parecen de actuales, el informe señala que los efectos del medio ambiente regional e internacional, así como desarrollos internos alentará a las partes a considerar "el pueblo del Sáhara Occidental". Al introducir el concepto de las personas, el informe trata de superar la parte estática y rígida de la situación tratando de colocarlo en la dinámica de la primavera árabe.
En el  sentido moderno del término, la gente como entidad libre y autónoma, ya no pueden ser marginada o excluida  de las negociaciones  en curso sobre la soberanía de ese territorio. Es él quien en última instancia, expresará su deseo de vivir de forma independiente o en el marco  de una autonomía en el seno de un Marruecos soberano.
Los viejos  esquemas diseñados por Marruecos y el Frente Polisario están también desfasados al igual  como lo vivido en Túnez o en Egipto el año pasado. Si este contexto, puede proporcionar una fuerza adicional a los saharauis para expresarse; estos no han dejado de hacerlo desde 2005. Las manifestaciones organizadas para la defensa de los derechos humanos se han multiplicado y fueron siempre combatidas por la violencia “legítima”.
El último informe de la ONU sobre el Sáhara Occidental plantea de forma muy precisa lo que es legítimo y lo que es legal en la acción de Marruecos en el Sahara al mismo tiempo que nos interpela  sobre  la credibilidad de la Misión de la ONU en el Sahara.