martes, 27 de noviembre de 2012

Inés Miranda: “El pueblo saharaui perdió el miedo al miedo”




Madrid, 25 Noviembre 2012.
*Texto y fotos: Ebbaba Mohamed
En conmemoración con el día internacional contra la violencia de género, la Asociación de Mujeres Saharauis en España (AMSE) organizó un acto el pasado viernes 23 de noviembre, en la calle Mayor, calle central de la capital.
La mesa de ponentes la componían Zahra Nas, presidenta de AMSE, Milagros Hernández, concejala de Izquierda Unida del Ayuntamiento de Madrid, y la abogada Inés Miranda, quien protagonizó el evento. La conferencia, de una hora y media de duración, abarcó la violencia que sufre la mujer saharaui en los Territorios Ocupados (Sáhara Occidental), teniendo en cuenta que no es la única víctima, ya que es todo el pueblo saharaui quien sufre esta violencia por parte del Reino Marroquí.
Zahra Nas, como presidenta de la una ONG de mujeres saharauis, realizó la apertura de la conferencia, expresando su agradecimiento a los asistentes, para dar paso a lo que fue la posición saharaui en este tema: la mujer saharaui no sufre ningún tipo de violencia de género. A pesar de desarrollarse en una sociedad árabe musulmana, está emancipada en la vida sociopolítica de su pueblo, sin embargo sí que se da violencia en la generalidad del pueblo, sometidos a una atroz represión por parte de Marruecos.
Tras dicha exposición, se pronunció Inés Miranda, licenciada en derecho y experta en los Territorios Ocupados, haciendo un recorrido por su actividad en el denominado territorio no autónomo. En España, a lo largo de este último año, más de cuarenta mujeres han sido asesinadas por sus parejas. En el Sahara esté fenómeno no existe, porque sufre una violencia mayor por parte del colonizador que marca la vida de los oprimidos. Culpable de todo esto es también la comunidad internacional, que muestra indiferencia ante estas situaciones. La abogada expuso su trabajo en el territorio no autónomo del Sahara Occidental. Desde 1975, cuando se produjo la invasión ilegal del Reino Marroquí y por consecuente, la división del pueblo saharaui entre los exiliados en los campamentos de refugiados y los que se han quedado en el Sáhara Occidental, las víctimas de esta desafortunada situación, siguen luchando, ya que se lleva más de un siglo en busca de la ansiada libertad. Hasta finales de la década de los noventa no se recibieron noticias sobre los territorios ocupados; se solía hablar de los campamentos de refugiados, del movimiento solidario en España, Caravanas, Vacaciones en Paz, etc. Pero nada acerca de la zona ocupada, que se encontraba en un completo bloqueo informativo.
Esta situación hizo que un grupo de juristas, entre los que estaba Miranda, decidieran ir al territorio como observadores internacionales, con la intención de transmitir la información recogida al mundo, presentándose además en varios de los juicios que se dieron, entre los que estaba el de Sidi Mohamed Dadach, desaparecido tras participar activamente en una manifestación: “vimos que eran juicios nulos”, afirmó la abogada. Los juristas españoles partieron de una base jurídico-política del dictamen de la Haya, tribunal de las Naciones Unidas, por la que hay un territorio aún pendiente de descolonización, territorio no autónomo cuya potencia administradora es España, pero sobre la que la potencia ocupante tiene unas obligaciones, dictamen que Marruecos no respeta. Se dieron numerosos casos de apaleamiento y detención por presuntos delitos sin pruebas por parte del gobierno marroquí a integrantes del Sáhara Occidental, tras la manifiesta aprobación del Frente Polisario por parte de éstos, quedando así tácitamente prohibida la manifestación de sus reclamaciones a nivel internacional. Elemento común en todos los juicios, exponía la abogada, era la actuación directa por parte de la policía en contra de los saharauis, con el silencio absoluto del presidente del tribunal: “Vimos como los saharauis sufrían mucha violencia, heridas y torturas. La policía les maltrataba, ni el fiscal ni el presidente del tribunal dijeron nada. Les obligan a firmar documentos, aceptando su condena por delitos comunes”. En los juicios, a los abogados saharauis no se les admite. El 2005 fue un año decisivo, los jóvenes saharauis se lanzaron a las calles, exigiendo vivir en paz. Muchos, fueron los detenidos de junio a septiembre. Los colonos marroquíes, incitados por la policía defendían la marroquinidad del Sahara. La única mujer que se juzgó por aquel entonces en fue Aminatu Haidar. Muchos fueron luego liberados en abril del 2009, a modo de indulto sin registro aparente de un cambio de acuerdo a la conducta de los liberados en la cárcel. También estuvieron en los juicios del grupo de los Siete y del Gdeim Izik, detenidos por haber preparado un campamento de protesta pacífico a las afueras de El Aaiún. Este último grupo consiguió mejoras en el tratamiento de los encarcelados como respuesta a sus numerosas huelgas de hambre.
Concluyendo Inés Miranda, expuso la existencia de la violencia de género, que no solo sufren las mujeres, sino que también los hombres, por parte de Marruecos, como fue el caso de Hayat Ergueibi y Elwali Amaidan, que por denunciar públicamente haber sido violados, se vieron doblemente fustigados, tanto ellos como sus familias. Denuncia también la abogada, las continuas torturas y desapariciones en la zona ocupada, ante la pasividad de la policía marroquí o la actuación directa de ésta, dándose casos de tortura infantil así como violaciones y robos. Deja patente en su discurso, que la violencia es el arma que utiliza Marruecos para ganar en esta guerra. Pero también clarifica, que esto no consigue apagar la llama de lucha de este pueblo y que sin cansancio, sigue luchando por su autodeterminación: “El pueblo saharaui ha perdido el miedo al miedo, hay muchísimas Aminetus en los Territorios Ocupados, convencidos de que su única voz y único representante es el Frente Polisario.”