En un triste otoño que dura ya
demasiado, hasta a nuestros poetas se les ha ido la voz. ¿Alguien recuerda cuál
es el poema más escuchado en los últimos tiempos?
La tristeza ha durado
demasiado. Demasiado lejos quedan aquellos ecos de las tempranas canciones que
han marcado, con hierros candentes, la conciencia de todo joven saharaui nacido
y criado en el regazo de esta gloriosa Revolución que, en este año, se dispone
a celebrar su 40 Aniversario.
Hace ya bastantes años que la
creación artística no consigue hacer vibrar al pueblo, como lo hacían nuestros
cantantes en los años setenta y ochenta. Diríase que, al igual que ha ocurrido
con algunos de nuestros pozos de agua, que se han secado, también, nuestros
cantantes y artistas atraviesan un periodo de sequía insufrible.
Y, sin embargo, ha vuelo a
llover. Um Dleila ha vuelto a cantar. Esta vez lo ha hecho en la capital vasca,
Gasteiz.
Si hubiera que establecer
algún ranking de personas que han dado el mayor empuje a esta Causa. Um Dleila
va justo por detrás de El Uali Mustafa Sayed. Ella, al fin y al cabo, ha sido
la argamasa que ha permitido engrasar toda la ideología revolucionaria del
Polisario. En nuestras líneas de combate más avanzadas, la voz de Um Dleila, se
escuchaba en las trincheras para aumentar la moral de nuestras unidades. Y, allende
los mares y las fronteras, en aquellas escuelas llenas de niños saharauis, las
canciones de Um Dleila, se escuchaban todos los días. Esa voz, ha ligado la
existencia y la trayectoria de cada uno de nosotros a una Causa común. Quedando,
así, marcada con hierros candentes, desde la más tierna infancia, en nuestros
corazones. O, por decirlo de otra manera, ningún comunicado oficial ni ningún
boletín de noticias, ha llevado tan lejos los éxitos de la batalla de Lemsaiel
como lo ha hecho Um Dleila con su voz.
Cuesta rendir un homenaje a un
personaje de semejante talla. Pero agradeciendo esas gotas para el oído (inaccesibles
en las farmacias), y aprovechando los festejos del 40 Aniversario, es de rigor
escribir estas palabras.
Haddamin Moulud Said.