Bojador; campamentos de
refugiados saharauis, 31-03-2013.
Bachir Ahmed Omar
Maldito seas mil veces. Te
odio profundamente porque utilizas tu asquerosa mano para abofetear a gente
inocente. Recuerdo tu cara de perro rabioso golpeando sin piedad a una
indefensa mujer. Te retengo en mi retina para enfrentarme a ti cuando llegue el
momento oportuno. Vi la sonrisa dibujada en tu cara cuando cometías las
tropelías y escuché tu risa cargada de insultos al patear sin piedad el cuerpo
inerte de la joven caída. Seguiré acumulando odio mientras sigan llegando
imágenes de lo que haces. Cada golpe dado será vengado mil veces. Cada gota de
sangre derramada la sufrirás en tus carnes. Te golpearé con tanta saña, que
recordarás aterrorizado cada minuto que dedicaste a la tortura. Mi orgullo no
me permite soportar tanta injusticia. Mi dignidad se rebela ante la
arbitrariedad de tu podrido cerebro de asesino a sueldo. Escupo toda mi rabia
en tu cara y te maldigo por los siglos de los siglos.
Espero que mi mensaje llegue a
tus oídos maldita serpiente venenosa. Cada vez que golpees a una mujer saharaui,
no olvides que estás aumentando mi odio hacia ti. Controlaré tus pasos para que
llegado el momento pueda recordarte porqué te hago sufrir. Sufrirás tanto, que
me rogarás que acabe con tu vida.
Es difícil borrar las imágenes
vividas estos días. Los llantos, lágrimas, gritos, sangre y desnudez de
nuestras hermanas se mezclan en mi cerebro y me producen mucho dolor. Mi otra
mejilla no está dispuesta a recibir más castigo. El perdón y el olvido no están
dentro de mi lenguaje.
No quiero odiarte, pero mereces
ser odiado. Lo poco que te quedaba de humano lo has perdido en las ciudades
saharauis. Con tu actitud, has logrado quitarme parte de mi humanidad. Ahora, te
aborrezco y siento pena por ti. Tengo miedo de convertirme en una alimaña sin
sentimientos, repitiendo tus mismos errores. No quiero ser odiado por imitarte
cometiendo tus pecados. Sentiría una gran pena si me condenaran igual que yo
hago ahora. No me convertiré en un perro rabioso, prefiero que vivas condenado
por tu conciencia.
Maldito torturador, siempre
que golpees o hagas sufrir a una mujer saharaui, no olvides que miles de
nosotros nos sentimos ultrajados y te odiamos profundamente.