lunes, 1 de abril de 2013

Maldito…



Bojador; campamentos de refugiados saharauis, 31-03-2013.
Bachir Ahmed Omar
Maldito seas mil veces. Te odio profundamente porque utilizas tu asquerosa mano para abofetear a gente inocente. Recuerdo tu cara de perro rabioso golpeando sin piedad a una indefensa mujer. Te retengo en mi retina para enfrentarme a ti cuando llegue el momento oportuno. Vi la sonrisa dibujada en tu cara cuando cometías las tropelías y escuché tu risa cargada de insultos al patear sin piedad el cuerpo inerte de la joven caída. Seguiré acumulando odio mientras sigan llegando imágenes de lo que haces. Cada golpe dado será vengado mil veces. Cada gota de sangre derramada la sufrirás en tus carnes. Te golpearé con tanta saña, que recordarás aterrorizado cada minuto que dedicaste a la tortura. Mi orgullo no me permite soportar tanta injusticia. Mi dignidad se rebela ante la arbitrariedad de tu podrido cerebro de asesino a sueldo. Escupo toda mi rabia en tu cara y te maldigo por los siglos de los siglos.
Espero que mi mensaje llegue a tus oídos maldita serpiente venenosa. Cada vez que golpees a una mujer saharaui, no olvides que estás aumentando mi odio hacia ti. Controlaré tus pasos para que llegado el momento pueda recordarte porqué te hago sufrir. Sufrirás tanto, que me rogarás que acabe con tu vida.
Es difícil borrar las imágenes vividas estos días. Los llantos, lágrimas, gritos, sangre y desnudez de nuestras hermanas se mezclan en mi cerebro y me producen mucho dolor. Mi otra mejilla no está dispuesta a recibir más castigo. El perdón y el olvido no están dentro de mi lenguaje.
No quiero odiarte, pero mereces ser odiado. Lo poco que te quedaba de humano lo has perdido en las ciudades saharauis. Con tu actitud, has logrado quitarme parte de mi humanidad. Ahora, te aborrezco y siento pena por ti. Tengo miedo de convertirme en una alimaña sin sentimientos, repitiendo tus mismos errores. No quiero ser odiado por imitarte cometiendo tus pecados. Sentiría una gran pena si me condenaran igual que yo hago ahora. No me convertiré en un perro rabioso, prefiero que vivas condenado por tu conciencia.
Maldito torturador, siempre que golpees o hagas sufrir a una mujer saharaui, no olvides que miles de nosotros nos sentimos ultrajados y te odiamos profundamente.