Hassanna Aalia en una imagen de 2013, en San Sebastián. / Manuel Martorell |
El saharaui de 27 años, activista por los
Derechos Humanos, Hassanna Aalia, recibió ayer con indignación el bloqueo que
el Partido Popular llevó a cabo en la Comisión de Interior de Congreso de los
Diputados, con sus 23 votos, a la propuesta de instar al Gobierno a concederle
el asilo político. Se trataba de una proposición no de ley que fue presentada
de forma conjunta por los grupos parlamentarios de la Izquierda Plural, PNV e integrantes del Grupo Mixto como
Amaiur, ERC, BNG, Coalición Canaria-Nueva Canarias y Geroa Bai. En la votación,
la propuesta contó con el voto favorable de estas fuerzas, además de los del
PSOE y CIU. El PP consideró la propuesta como “una arbitrariedad”.
Para el joven saharaui, la postura que
adoptó el PP es “una vergüenza, que no tiene ni pies ni cabeza”, porque
considera que su caso está “muy claro, tal y como ha explicado la Comisión de
Ayuda al Refugiado (CEAR)“, declara a cuartopoder.es. Por su parte, a Bucharaya
Beyún, delegado del Frente Polisario para España, no le sorprende: “La decisión
de denegarle el asilo político la ha tomado el Gobierno y su partido no se va a
poner en contra”. “Un Gobierno que ha tenido siempre una postura contraria al
pueblo saharaui, se opusieron a la propuesta en Naciones Unidas de Estados
Unidos para que la Minurso (Misión Internacional de Naciones Unidas para el
Referéndum en el Sáhara Occidental) vigilara los derechos humanos en las zonas
ocupadas y retiró los cooperantes de los campamentos de refugiados contra el
consenso de otros países para condenar a la pobreza a la población refugiada”,
añade.
Aalia participó en 2010 en el campamento de
la Dignidad, Gdeim Izik, en El Aaiún ocupado, una acampada pacífica donde miles
de saharauis reclamaban derechos sociales y políticos. Cuando al año siguiente
se encontraba en España por estudios, recibió una orden de búsqueda y captura
de Marruecos por la participación en aquella protesta. El joven no regresó a
ese país y fue juzgado en rebeldía, condenado a cadena perpetua, por un
tribunal militar, contra toda garantía procesal, tal y como denunciaron
observadores internacionales. El pasado 19 de enero, el Ministerio del Interior
le denegó el asilo político que había solicitado, de tal modo que tendría que
abandonar España y regresar a Marruecos, donde tendría que cumplir con la
condena.
“Tengo mucha confianza en la Justicia
española y esperamos que cuando llegue a la Audiencia Nacional se produzca una
sentencia favorable, porque es un caso clarísimo“, comenta el saharaui. Para el
representante saharaui, Beyún, es un ejemplo más del comportamiento del
Gobierno hacia su pueblo. “Un Gobierno que abandonó a Baby Hamday, un saharaui
con nacionalidad española que fue brutalmente asesinado por los marroquíes en
el Sáhara ocupado, no va a hacer nada por Aalia. Si abandonó a un español, ¿qué
podemos esperar en este caso?”, se pregunta.
El caso de Aalia llega en un momento
“crucial para la resolución del conflicto” del Sáhara Occidental. Hace dos días
el enviado especial de Naciones Unidas, Cristopher Ross, se encontraba en los
campamentos de Tinduf reuniéndose con las autoridades saharauis. “Marruecos
estaba bloqueando la visita, pero han habido presiones internacionales muy
fuertes para que nos visitara. Nosotros seguiremos cooperando con él en una
hoja de ruta que lleve a una solución mediante un referéndum”, explica el
delegado del Polisario. Y es que el próximo mes de abril el Consejo de
Seguridad publicará una resolución sobre el conflicto que, según el informe del
año pasado, “debe suponer un cambio de estrategia si no hay avances”. “No ha
habido avances, porque Marruecos se niega a acercar posturas, si no cambia la
ONU, estarán obligando a los saharauis a tomar posturas más radicales”, comenta
Beyún. Los saharauis y los movimientos de solidaridad con este pueblo exigen a
España, que este año entró a formar parte del Consejo de Seguridad, que “adopte
una postura acorde con su cualidad de potencia administradora responsable de
cerrar el proceso de descolonización“.
Más tortura en las zonas ocupadas.
Precisamente por la resolución del próximo
abril “se están organizando muchas manifestaciones en las ciudades ocupadas,
las cuales son reprimidas con más tortura, represión y encarcelamientos”,
explica Aalia. ” La semana pasada asesinaron a un niño de seis meses dentro del
vientre de su madre, torturaron y maltrataron a la madre hasta que perdió el
niño”, comenta el activista saharaui. Hace pocos días, el joven Mohamed Lamín
fue asesinado por unos colonos marroquíes. A finales del mes pasado, un preso
saharaui falleció víctima de torturas en una cárcel marroquí. Según
organizaciones saharauis de defensa de los derechos humanos, ya van ocho
saharauis asesinados, sólo en cárceles marroquíes, en el último año y medio.
Las noticias de lo que ocurre en los territorios ocupados por Marruecos salen
con cuentagotas, debido a las restricciones de entrada a los medios y
observadores internacionales. “Mediante la represión militar y policial piensan
que van a conseguir que los saharauis dejen de protestar. Lo que realmente
preocupa no es lo que hace Marruecos, potencia ocupante militarmente, es el
silencio de los países que se llaman democráticos como España, potencia
administradora y responsable legal”, argumenta Beyún. “En los territorios
ocupados, cada vez hay más ganas de salir a manifestarse”, añade Hassanna
Aalia.
(*) Sato Díaz es periodista.
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