miércoles, 7 de marzo de 2018

8 de marzo: La mujer saharaui en lucha por la igualdad y la independencia


Las mujeres saharauis, que apoyan la huelga del 8 de marzo en el día internacional de la mujer, luchan por la igualdad en una situación especial: la ausencia del derecho a la autodeterminación de su país, el Sáhara Occidental, ocupado por Marruecos.
Por ello, las mujeres saharauis trabajan para conseguir la libertad y la independencia del territorio que tuvieron que abandonar hace 42 años al ser entregado a Marruecos por España; ellas fueron las artífices de los campamentos de refugiados en Tinduf (Argelia) y  se convirtieron en un pilar de la resistencia.
En febrero pasado, el día 18, en los campamentos de refugiados celebraron  el Día de la Madre Saharaui, pues en esa fecha, pero en 1976, los miles de saharauis que huían por el desierto fueron bombardeados por la aviación marroquí con napalm y fosforo blanco en Um Dreiga y una de las muchas víctimas fue una madre que atendía a los refugiados.
Jira Bulahi, la primera mujer delegada en España del Frente Polisario, el movimiento de liberación saharaui que lucha por la independencia del Sáhara Occidental,  y otras mujeres saharauis relatan a Contramutis las difíciles condiciones de su lucha como mujeres y como saharauis.
Ingeniera electrónica y madre de dos hijos, Jira Bulahi afirma que a las trabas que subsisten en las diferentes sociedades se añade a la mujer saharaui otro obstaculo: “La falta de autodeterminación de todo un pueblo por la política anexionista del régimen de Marruecos”.
Las reivindicaciones de la mujer saharaui coinciden con las de cualquier mujer: “Quiere igualdad de oportunidades  en el  proyecto  común de todos los saharauis, que viven en circunstancias muy difíciles, tanto en las zonas ocupadas por Marruecos como en los campamentos de refugiados, los territorios liberados y en la diáspora”.
Señala que en las zonas ocupadas por Marruecos la mujer saharaui es marginada y objeto de represión, mientras que en los campamentos de refugiados su situación ha avanzado: “Aún queda mucho, siempre queda; cada vez que se llega a una meta se visualizan todos los obstáculos que subsisten”.
La delegada del Polisario comenta que aunque la sociedad saharaui se encuentra en el contexto del mundo árabe musulmán y que “muchas veces hay estereotipos que marcan y mentalidades retrogradas que arrastran”,  “la mujer saharaui ha sabido romper y dista mucho de ese marco limitado; es parte en la confección y consolidación de las instituciones del estado saharaui, que garantiza el estatus que la mujer saharaui quiere”. 
Una lucha tridimensional
Para la abogada saharaui Fatima Fadel, la lucha mundial por la igualdad de derechos y oportunidades entre hombre y mujeres es una labor global, pero  en el caso de la mujer saharaui “es una lucha tridimensional: la ocupación ilegal de su pueblo, el exilio y la propia lucha por la igualdad”.
Cofundadora de la Asociación Profesional de abogados saharauis en España (APRASE), Fadel dice que las circunstancias de su propio destino han hecho de la mujer saharaui un ejemplo de resistencia: “El símbolo de todo un pueblo, su lucha para imponer sus derechos en una sociedad árabe y musulmana han contribuido a un reconocimiento no solo a nivel nacional sino internacional, unos hechos que la hacen responsable de conservar los logros conseguidos”.
Desde Tinduf, Hareira Mohamed Hayarm, directora de Cooperación de la Unión de Juventudes Saharauis (UJSARIO),  reseña lo dura que es la vida para una joven en los campamentos de refugiados, y lo que sufren las que están en  los territorios ocupados por Marruecos: “Tenemos un país lleno de recursos naturales que nos roban y podríamos vivir como cualquier joven del mundo, eso da mucha rabia y dolor, pero seguiremos luchando, no queremos que lo esto lo vivan nuestros hijos”.
“Aquí no tenemos futuro- añade- ; si estudias no tienes donde trabajar y para estudiar tienes que viajar a otro país, lejos de tu familia, de tu sociedad, es muy difícil. Queremos estar como mujeres jóvenes libres en nuestro país; aquí no hay empleo, no hay trabajo, no hay centros donde pasar el tiempo libre. Nuestro sueño, y el de todos los saharauis, es la libertad, que consigamos la independencia; esta lucha nos hará estar un día en nuestro El Aaiún liberado”.
Jadiya Beyun, secretaria del sindicato UGTSario del campamento de  Bojador, afirma que la mujer saharaui trabaja día y noche para conseguir la libertad de su pueblo: “Es madre, ama de casa, hace escuelas…, su huella está en todo”.
Pero asegura que hay algo que prevalece en su vida: “Luchar hasta conseguir la libertad y la independencia”, lo que enseñara a las siguientes generaciones.

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