Fuente: El Pais, formato suscripciones
ARTICULO DE OPINION/SAHARA OCCIDENTAL
Muy recomendable
“El pueblo saharaui no tiene miedo a la burla”,
el intelectual saharaui Larosi Haidar
El rotativo español de mayor tirada en el
Estado Español, El País, publica hoy jueves 24 de diciembre en su formato de
suscripciones un denso artículo del profesor e intelectual saharaui Larosi
Haidar. Trabajo en el que ha desmigado la euforia y espejismo que Marruecos está
lubricando tras el “autógrafo tuiter” que el saliente presidente de Estados
Unidos, Donald Trump, confirió al régimen de Mohamed VI reconociéndole su soberanía
sobre el Sahara Occidental a cambio de reconocer el Estado Sionista de Israel y
traicionar la causa del pueblo palestino. La lectura de este articulo merece
una reflexión al son de un buen té o un café para entender la motivación de la
vuelta de los saharauis al camino de lucha de liberación que nunca debieron haber
dejado por espejismos de las infructíferas teorías de las NNUU para resolver el
conflicto saharaui.
“La decisión de Trump y la estrategia de
Marruecos incumplen las resoluciones adoptadas por la ONU
El pasado 10 de diciembre y como bomba fétida
caída del cielo, irrumpía en la escena saharaui marroquí la declaración
irresponsable de Trump. En ella, ofrecía generoso y risueño su reconocimiento
de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, uno de los 17 Territorios
No Autónomos reconocidos por la ONU y, desde 1975, ocupado ilegal y militarme
por Marruecos. El hecho en sí mismo y viniendo de donde venía no podía ser una
sorpresa, pues el mundo ha sufrido a lo largo de los últimos años no pocos insultos
a la inteligencia proferidos y ordenados por el individuo en cuestión.
Piénsese, por ejemplo, en la vergüenza ajena que todos sentimos al verle reírse
de un reportero que padecía artrogriposis; en sus rabietas infantiles que
dieron lugar al abandono unilateral del pacto nuclear con Irán, o en la
ignorancia supina expuesta con pelos y señales al ofrecernos, a los terrícolas,
su ingeniosa cura de la covid-19 mediante una inyección de lejía.
Desde el punto de vista de la legalidad
internacional, el lamentable reconocimiento no es más que una ocurrencia de mal
gusto que, eso sí, viola los fundamentos del derecho internacional e incumple
las resoluciones de la ONU. Precisamente, esta flagrante violación del derecho
internacional es lo que ha sido destacado y deplorado unánimemente por muchas
personalidades internacionales, pero también estadounidenses como son John
Bolton, exasesor de seguridad nacional de EE UU; James Baker, exsecretario de
Estado y enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental (1997-2004); el
ínclito Noam Chomsky, o James Inhofe, presidente del Comité de Defensa del
Senado de EE UU.
Por otra parte, es bien cierto que, una vez
abierta la veda por Trump, seguramente muchos países de dudosa valía
democrática y coherencia institucional aprovecharán la ocasión para apuntarse
un tanto y repetir fielmente los ademanes de su perro ovejero, lo que de seguro
será aprovechado por el reino alauí para reforzar su discurso interno y
mostrarse todavía más, si cabe, desafiante y desdeñoso con las resoluciones de
la ONU y las legítimas reivindicaciones del pueblo saharaui. Teniendo en cuenta
todo esto, debemos recalcar algunas verdades que, aun siendo perogrulladas,
conviene recordar de vez en cuando.
La cuestión del Sáhara Occidental es una
cuestión clara e incuestionable desde el punto de vista del derecho y la
justicia internacionales. Su descolonización no se llevó a cabo en su momento
debido a que la potencia administradora del territorio, es decir, España, no
cumplió con su deber y sus compromisos con el pueblo saharaui y con la
comunidad internacional. Ese incumplimiento, considerado por muchos una
traición vergonzosa que España lleva arrastrando nueve lustros, es lo que
engendró una guerra fratricida durante 15 años, más otros 30 de paz nominal supervisada
por la ONU para celebrar, supuestamente, un referéndum de autodeterminación.
Desde el alto el fuego de 1991, Marruecos, el
país agresor, ha estado minando sistemáticamente todos los esfuerzos de la
comunidad internacional para celebrar un referéndum en el Sáhara Occidental.
Tras años de maniobrar y marear la perdiz, con la aquiescencia de Naciones
Unidas y la complicidad de algunos miembros del Consejo de Seguridad, logró en
2007 convertir la razón de ser de la Minurso [Misión de Naciones Unidas para el
Referéndum del Sáhara Occidental] en agua de borrajas. Su intención era imponer
una autonomía para los saharauis dentro de Marruecos. Desafortunadamente, así
se confirmaban las palabras pronunciadas en 1995 por Frank Ruddy, subdirector
de Control del Censo de la ONU para el Sáhara: “La influencia marroquí en la
Minurso, está demasiado arraigada para ser anulada. La Minurso (...) como
institución creíble no es salvable”. En los últimos 13 años, el majzén marroquí
ha usado todo tipo de malas artes con las que ha chantajeado y comprado a
políticos e intelectuales de muchos países. Incluso recicló engendros
anteriores para crear una formación pseudopolítica llamada Movimiento Saharauis
por la Paz que, curiosamente, está respaldada por personalidades políticas de
Francia y España. Inesperadamente, Marruecos acabó rompiendo el alto el fuego
en la brecha ilegal de Guerguerat, lo que obligó a los saharauis a comenzar una
segunda guerra de liberación. Para algunos, esto es un suicidio. Otros, ya
llevaban tiempo invitando a los saharauis a aplazar la utopía y defender la
dignidad. Ignoraban que para los saharauis eso equivalía a “aplazar la dignidad
de la independencia y defender la utopía de la integración en Marruecos” y
esto, para una mayoría aplastante de los saharauis, es algo rotundamente
inaceptable.
Si al final se confirma la continuidad de la
guerra, probablemente la fase inicial de duelos artilleros dará paso a acciones
bélicas de gran envergadura. Con los avances tecnológicos y el gran salto de la
industria militar de las dos últimas décadas, es obvio que este segundo
enfrentamiento será muy diferente del primero, además de que siempre cabe la
posibilidad de que nuevos actores participen en la contienda. Y a pocas horas
de reunirse el Consejo de Seguridad sobre el Sáhara Occidental, lo que sí es
seguro es que David seguirá siendo David, y Goliat seguirá siendo Goliat”.
Larosi Haidar es profesor de la Universidad de
Granada, intelectual del exilio saharaui en Europa. Miembro del Observatorio
Universitario Internacional OUISO.
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