EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE ERQUEYEZ. Pablo-Ignacio de Dalmases
El Sáhara, que a ojos del intruso parece un territorio infinito y yermo sin nada de interés es, en realidad, un verdadero universo que guarda numerosos secretos del pasado de nuestro planeta e incluso de la misma existencia humana.
Muchas veces la casualidad acude en apoyo de la ciencia y tal fue el caso ocurrido en 1993 cuando un grupo de estudio de la Universidad de Granada que se desplazaba a Mauritania pasó por el Sáhara occidental y fue alertado por algunos originarios de esta zona de la existencia de ciertos abrigos existentes en las inmediaciones de Tifariti que contenían dibujos que parecían muy antiguos. El hallazgo dio lugar a una primera visita más detenida en 1998 y a un estudio pormenorizado[1] realizado en enero y febrero de 2002 por Teresa Muñoz López, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de dicha Universidad.
UN MACIZO EN FORMA DE ELE
Muñiz detectó hasta 129 abrigos con pinturas, de los que 98 están en el sector oriental y 31 en el occidental y que contienen figuras humanas con escenas de caza, danzas y actividades rituales; fauna con gacelas, antílopes, jirafas, elefantes, rinocerontes, avestruces, etc; motivos geométricos, manos e incluso grafía tifinar, un tipo de escritura cuasi alfabética que habría surgido en tiempos del imperio romano, en los actuales Túnez y Argelia y habría sido elaborada por los nubios, ancestros de los libios. Curiosamente la investigadora advierte que no hay carros, lo que plantea dudas para la datación sobre todo en comparación con las pinturas de otras zonas del mismo continente, como las del Tassili Ajjer en Argelia o las de Akakus en Libia.
Según Muñiz los abrigos localizados pueden datarse entre el paleolítico inferior y el epipaleolítico, conocido también como mesolítico, que es la fase final y postglaciar del paleolítico y el periodo en que el desarrollo de la tecnología humana precede al período neolítico de la edad de piedra). En todo caso y tal como se advierte al hacer referencia a este yacimiento en el Museo de Tifariti “en toda la extensión del Sáhara encontramos huellas de los primeros seres humanos que poblaron este territorio, sobre todo en las terrazas de los antiguos ríos que pertenecen a un momento de un Sáhara húmedo muy diferente del actual. Sin embargo, a diferencia de otros lugares no existe una secuencia clara de estas poblaciones, debido a la escasez de fondos humanos que han aportado los yacimientos y a la insuficiente investigación. Por tanto no podemos hablar de una secuencia similar a la existente en Europa”.
LA DEPREDACIÓN HUMANA
El acceso a Erqueyez está ahora mismo custodiado noche y día por una patrulla militar saharaui y en la entrada hay dos carteles en árabe, español e inglés que advierten categóricamente de la necesidad de obtener un permiso previo en Tifariti y de la obligación de los visitantes de respetar la integridad de este yacimiento. El segundo cartel es aún más explícito y reza:
“El personal militar de las Naciones Unidas está sujeto a la disciplina militar en caso de contravención de esta norma”.
La advertencia no es gratuita porque en 2007 surgieron varios gritos de alarma a consecuencia de haber sido detectados verdaderos expolios de estas riquezas culturales saharauis a cargo de los únicos que tienen el paso franco por estas zonas en litigio: los soldados de Naciones Unidas. El arqueólogo alemán Stephan Kröpelin advirtió de lo que estaba pasando en Leshuat, una zona alejada 800 kilómetros de Tifariti, mientras que Teresa Muñiz denunció lo ocurrido en Erqueyez, donde algunas pinturas habían sido sencillamente robadas aprovechando la facilidad con la que el estrato superior de la piedra caliza puede extraerse. En otros casos se habían dejado inscripciones bizarras del tipo de “yo estuve aquí”, con la fecha y el nombre. La autoría no dejaba lugar a dudas porque las lenguas utilizadas coincidían con las de las nacionalidades de los soldados internacionales. El escándalo fue mayúsculo y obligó a adoptar severas medidas por parte de los mandos militares de la misión de Naciones Unidas.
FLORES EN EL DESIERTO
Después de haber girado visita a uno de los sectores de este impresionante testimonio de nuestros ancestros descendemos de nuevo de los abrigos situados en la montaña en busca del vehículo detenido en la zona baja, junto al cauce seco de uno de los ríos y nos sorprende la floración espontánea que han producido las lluvias. Los inesperados y fecundos chubascos caídos recientemente han fecundado el desierto y han producido la aparición de una notable e insólita abundancia de flores de vivos colores.
------------------
[1] Muñiz, Teresa, Los abrigos con pinturas rupestres de Erqueyez, Prospección, arqueológica: diseños y resultados, @rqueología y territorio, nº 2, 2005. Universidad de Granada
*Ver expolio de los yacimientos arqueológicos saharauis
No hay comentarios:
Publicar un comentario