Durante este mes de Ramadan, la Causa saharaui, ha obtenido dos victorias en dos cadenas de TV del Golfo Pérsico, a cargo de sendos programas de TV, dirigidos por telepredicadores de cierta relevancia mediática.
Veamos lo que ha sucedido.
Primero.- El telepredicador Ahmed Shukeiri, saudí de nacionalidad, que dirige el popular programa “Ideas” de la cadena MBC. Al igual que la cadena de noticias Al Arabiya TV, la cadena MBC es una cadena de varios canales que pertenece al emporio propiedad de Walid Al Ibrahimi, el hermano de Jauhara Al Ibrahimi, la viuda del difunto Rey Fahd Ben Abdelaziz, Rey de Arabia Saudí.
En esta ocasión el programa versaba sobre el deporte y se hacía una comparación entre las medallas conseguidas por Finlandia, que aparecía en un mapa, y las medallas conseguidas por todos los países árabes, que también aparecían en otro mapa. En este otro mapa, el Sahara Occidental y Mauritania no aparecían. Eso hizo que algunos entendieran tal ausencia como una afrenta a Marruecos, como un intento de dividir el mapa de Marruecos. Ese pequeño ‘desliz’ convirtió al popular presentador en el objetivo de una feroz campaña, tanto en Arabia Saudí como en Marruecos.
La crítica feroz le ha obligado a presentar sus disculpas en Facebook, Twitter y por escrito. Pero, además, le ha obligado a reaparecer en otro programa de la MBC disculpándose. En sus disculpas, ha dicho: “He sido víctima de una feroz campaña marroquí, cuando no era mi intención herir la sensibilidad de nadie. Yo no entiendo el problema del Sahara, no tengo opinión al respecto”.
Segundo.- El telepredicador Tariq Sweidan, kuwaití de nacionalidad, que preside el Centro para el Desarrollo de las Relaciones entre el Mundo Árabe y Occidente y, al mismo tiempo, es el Director General de un canal de TV vía satélite llamado Risala (El Mensaje). Este canal de TV forma parte del holding televisivo Rotana propiedad del emir saudí Walid Ben Talal (el mismo tipo que promueve el que va a ser el mayor rascacielos del mundo, que se levantará en Yida, junto al mar rojo y destronará a Burj Khalifa actual ‘Techo del Mundo’). En esa cadena de TV, Tariq Sweidan, dirige un programa llamado: “los vientos del cambio”, en el que aborda toda la cuestión de la denominada primavera árabe.
En esta ocasión, el programa versaba sobre la economía de los países árabes y aparecía un mapa en que el Sahara Occidental no aparece dentro de Marruecos. Ese mapa hizo que el telepredicador recibiera un sinfín de críticas hasta el punto de verse en la necesidad de dar explicaciones. Y dice en sus explicaciones:
"No creo en las fronteras entre los países árabes. Las fronteras las trazaron dos borrachos, uno inglés y el otro francés. Y yo, y vosotros también, somos ya bastante mayorcitos para creer en eso. Yo creo profundamente en el derecho de los pueblos a la autodeterminación. Creo firmemente en la unión de los pueblos árabes. Pero no soy partidario de la imposición de esa unión. La deseada unión de los pueblos árabes tiene que ser por convicción, nunca, por imposición. Creo que la mejor solución a esta cuestión es que se haga un referéndum. La ONU ha tardado ya demasiado en resolver este conflicto……"
Resumiendo. Los dos telepredicadores, han terminado disculpándose ante Marruecos, pero, curiosamente, ninguno de los dos comparte la tesis marroquí. El primero, confiesa abiertamente su ignorancia del tema. El segundo declara sus convicciones íntimas sobre el derecho a la autodeterminación. Los amos de las respectivas cadenas de TV les obligan a disculparse, pero ellos, no terminan de mostrar ese entusiasmo promarroquí que hubiera disipado todas las dudas.
Esa resistencia de los telepredicadores a anunciar públicamente su adhesión a las tesis marroquíes, su resistencia a reconocer públicamente la ‘marroquinidad del Sahara’ es lo que nos hace pensar que algo se está moviendo en las élites culturales e intelectuales del Golfo Pérsico en relación con la cuestión saharaui.
Ambos casos revelan que la posición marroquí empieza a perder adeptos dentro de las elites culturales e intelectuales del Golfo Pérsico. Y es este punto lo que me ha puesto en la necesidad de escribir este post. Porque, ciertamente, la tesis marroquí se sustenta en un único punto (que por cansancio el Sahara termine cayendo en sus manos). Y al transcurrir más de 35 años sin que los saharauis den señales de cansancio, la tesis empieza a perder adeptos en los círculos intelectuales del Gorlfo Pérsico que, por otra parte, cada vez tienen mejor información sobre la cuestión saharaui.
La pregunta es: ¿Sabrán los saharauis aprovechar los vientos favorables a su causa que parecen emerger en el Golfo Pérsico? ¿Las designaciones en Exteriores se hacen pensando en estas cuestiones o pensando en otras mucho menos honrosas?
¿Dónde están nuestros arabófonos para estar presentes en esos foros cibernéticos árabes donde los marroquíes campan a sus anchas?
Haddamin Moulud Said.
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