Andoni SÁENZ DE BURUAGA, (e-mail: andoni.buruaga @ ehu.es) Euskadi-Sahara Kultur-Bilakaera Erakundea / Instituto Vasco-Saharaui de la Evolución Cultural
Investigaciones arqueológicas vasco-saharauis en la región del Tiris: una experiencia científica y de cooperación humana en la búsqueda del pasado cultural del Sahara Occidental (II/II)
Planteamiento general del Proyecto
En los primeros meses del año 2004 concebimos la idea de llevar a la práctica un proyecto arqueológico, y por extensión cultural, en el Sahara Occidental entendido como un medio de cooperación social, patrimonial y científica entre la sensibilidad humanitaria del Pueblo Vasco y del Pueblo Saharaui. Comprendíamos estas tres respuestas como interdependientes, resultando, por lo tanto, indisociables, y debiéndose desarrollar todas ellas conjunta y simultáneamente. La apuesta patrimonial era, pues, inseparable de la actividad investigadora y ambos estímulos consustanciales con su conveniente y necesaria proyección social.
Nuestro planteamiento de Proyecto se sustentaba en tres enunciados teóricos esenciales:
1) la investigación: es decir, su conducción conforme a las exigencias y requerimientos de la ciencia y orientado objetivamente hacia el descubrimiento y enriquecimiento de la cultura saharaui;
2) la cooperación, entendida bajo una doble perspectiva:
- la social: un proyecto comprendido junto a y para los saharauis: con lo que ello supone de concepción paritaria de equipos de investigación, de compromiso de una oferta de formación técnica, de reforzamiento de los lazos de solidaridad con el Pueblo Saharaui, y de conocimiento y transmisión a ese colectivo de los procesos y dinámicas socio-culturales del Sahara Occidental; y,
- la científica: entendido ese marco como un espacio de colaboración o compenetración pluridisciplinar, de común reflexión y estudio interdependiente entre las ciencias naturales y las socio-humanísticas;
3) el estudio del pasado cultural: una aproximación a cómo se han desarrollado las sociedades hasta nuestro presente, cómo han evolucionado sus modos y formas de vida, cómo y qué incidencia han desempeñado los ecosistemas de subsistencia en la dinámica de los procesos sociales. El reconocer la existencia de unos marcos de costumbres y creencias tan diferentes de las actuales nuestras. Y todo ello por la necesidad de tener consciencia de nuestra propia situación y entender de forma más objetiva el cómo y el porqué somos de esta manera. En otras palabras, de dotar de sentido trascendente al pasado comprendiéndolo, dinámicamente, como instrumento de orientación pertinente y eficaz hacia el futuro.
Y todos estos propósitos en un marco muy específico, el Sahara Occidental: la realidad, denuncia y difusión de una injusticia histórica, de un conflicto bélico presente, de una identidad de pueblo y territorio fracturados y de una realidad social estremecedora de una población aglutinada en torno a los Campamentos de Refugiados de Tindouf (Argelia), efectuadas solidariamente desde las “tierras liberadas” del desierto, al lado de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Por consiguiente, hablamos, en términos generales de un Proyecto científico-cultural de información, formación, conocimiento y transmisión: es decir, de organización e interpretación de unas informaciones; de comunicación y divulgación con rigor de unas enseñanzas; de construcción y enriquecimiento del patrimonio cultural saharaui; y, de difusión social y científica de una problemática humana.
Hay, por lo tanto, como afirmábamos en las primeras líneas del texto, conjunta e indisociablemente, en toda esta apuesta:
- un objetivo “patrimonial”: orientado a la recuperación, conservación restauración, estudio y difusión del patrimonio arqueológico y cultural saharaui;
- un objetivo “científico-investigador”: destinado a la localización, identificación, contextualización y estudio analítico de las formas y procesos de evolución socio-cultural del pasado y la profundización en el conocimiento científico de las antiguas poblaciones humanas en este marco trascendental del África septentrional; y,
- un objetivo “didáctico-pedagógico”: centrado la propia y actual sociedad saharaui y orientado a contribuir a la formación técnica y al conocimiento intelectual de las manifestaciones y dinámicas culturales.
Con todo, bien pudiera concluirse diciendo que este Proyecto general de «Recuperación, conservación y estudio científico del patrimonio arqueológico del Sahara Occidental», que bajo este epígrafe se presentaba, en la forma en que se ha concebido, contribuirá, sin la menor duda, al desarrollo patrimonial, cultural, científico, didáctico y social del Sahara Occidental. Una forma de ver y entender la cultura fuera de lo anecdótico o, más oportunistamente, de lo aparente, sino como una verdadera y sólida herramienta de progreso social.
Objetivos de actuación y líneas de investigación
Desde el comienzo de esta experiencia en el Sahara Occidental nuestros esfuerzos se han orientado hacia la región meridional del Tiris. En este sentido, tras la labor de reconocimiento y valoración territorial del año 2004, estamos trabajando desde el 2005 de forma sistemática en esa región saharauri de cara a considerar y valorar científicamente su riqueza cultural y patrimonial.
El Tiris iba a constituir nuestro primer sujeto y marco geográfico práctico de investigaciones. Ello respondía, entre otras, a una necesidad operativa de conducir estratégicamente el proceso de conocimiento racional a través de contextos espaciales específicos: avanzar desde lo particular hacia lo general.
La primera aplicación de la filosofía del Proyecto general se iba a centrar en este marco territorial meridional saharaui. En consecuencia, el derivado y adecuado proyecto específico respondería al enunciado de «El proceso de evolución socio-cultural y ambiental de la región del Tiris, en el Sahara Occidental».
Conforme a la generosísima encomienda que el mismo año 2005 nos realizó el Ministerio de Cultura de la RASD, dos son en estos momentos nuestros grandes objetivos prioritarios de actuación:
1) La realización del futuro Catálogo-Inventario del Patrimonio Arqueológico del Tiris.
Se trata de la elaboración de un archivo informatizado de fichas analíticas cumplimentadas directamente sobre el terreno y acompañadas de su correspondiente tratamiento cartográfico-geográfico. Esta ficha incluye cuatro grandes campos:
a) la denominación y situación del sitio controlado
b) los datos arqueológicos básicos: emplazamiento, tipología, cronología, depósito, descripción del lugar y referencia del material arqueológico constatado
c) la conservación-restauración: su estado de conservación y la necesidad de medidas de restauración
d) la ilustración fotográfica digitalizada del contexto analizado
Conviene precisar, por otra parte, que la confección de un catálogo-inventario patrimonial no sólo constituye una forma de conocer y controlar la riqueza arqueológica de una región, sino que, además, se trata de un riguroso instrumento metodológico de base de cara a dirigir la dinámica de investigación futura en un área concreta.
Y piénsese, simultáneamente, en su contribución como medio científico de aproximación a la definición de los patrones de asentamiento de los grupos humanos prehistóricos, en función de la distribución espacial de los yacimientos y de la ubicación y significación de los recursos de subsistencia en ese territorio.
2) La progresiva aproximación al conocimiento del proceso de Evolución socio-cultural y ambiental del Tiris.
El inicio de un programa de estudio del pasado cultural planteado desde un prisma integral y pluridisciplinar de la cultura, es decir, valorando las diversas manifestaciones y temas socio-culturales interdependientemente entre sí y, evolutivamente, en relación con el medio ambiente concurrente.
Se trata de entender la cultura como una adaptación o consecuencia evolutiva de la subsistencia, de la capacidad de adaptación de los grupos humanos al medio natural, y, desde esa perspectiva dinámica, comprender sus diferentes aspectos consustanciales en mutua interrelación con los ecosistemas ambientales. Una resultante de sucesivos ensayos adaptativos: lo que encierra la asimilación de los diferentes sujetos, temas y manifestaciones de los que participa en mutua interrelación con el medio ambiente y de subsistencia.
Lógicamente, hablar de evolución significa hablar de proceso, luego cualquier lectura consecuente de la cultura implicará necesariamente su asimilación como proceso cultural, precisando y determinando su significación en el tiempo. Dicho de otra forma, en nuestro caso, el procurar una aproximación científica y rigurosa a la historia evolutiva del Tiris.
Por su parte, hablar de interdependencia equivale a establecer una relación causal entre los propios elementos de análisis, en determinar un espacio correlativo y compartido: el comprender, por consiguiente, a la cultura como una integridad de temas y sujetos de estudio mutua y recíprocamente entrelazados.
Conforme a esta concepción dinámica, reflexiva e integradora, nuestro estudio del pasado cultural del Tiris conllevará la apertura progresiva de diferentes campos de investigación compartida: Arqueología, Geología, Biogeografía, Paleontología, Lingüística, Paleohidrografía, Antropología, Sociología,... En el momento presente estamos desarrollando simultáneamente tres líneas de investigación esenciales:
a) El control y registro del patrimonio arqueológico y la investigación de los datos socio-culturales del pasado.
b) La determinación de los diferentes paleoecosistemas ambientales y la organización, distribución y significación de los recursos de subsistencia en el espacio.
c) La búsqueda de informaciones paleosociales a partir de la aproximación etnoarqueológica.
Con todo, se comprenderá que, merced al muy importante y denso contenido de estos dos objetivos prioritarios de estudio que venimos de explicitar, el plan de investigación para el futuro inmediato se oriente esencialmente en torno a esos sujetos y consecuentes vías de estudio emprendidas, centrándose en ellos las diversas actuaciones científicas y didácticas a desarrollar en estos próximos años.
Andoni SÁENZ DE BURUAGA, (e-mail: andoni.buruaga @ ehu.es) Euskadi-Sahara Kultur-Bilakaera Erakundea / Instituto Vasco-Saharaui de la Evolución Cultural
Investigaciones arqueológicas vasco-saharauis en la región del Tiris: una experiencia científica y de cooperación humana en la búsqueda del pasado cultural del Sahara Occidental (I/II)
Marco geográfico de estudio: la región del Tiris
El Tiris constituye una región con entidad geográfica propia que se extiende por las zonas oriental y meridional del Sahara Occidental, llegándose a prolongar por los territorios inmediatos de la vecina Mauritania.
Se trata de una inmensa penillanura granítica, allanada y nivelada por la erosión, conformada por materiales precámbricos del viejo escudo cristalino norteafricano. Su altitud media ronda los 300-350 msnm y su extensión espacial supera los 250.000 km².
Sus extensísimas planicies amarillentas, salpicadas, eventualmente, por algunos negruzcos relieves montañosos volcánicos —comúnmente en forma de espectaculares montañas aisladas (o gleibats), a veces, más o menos agrupadas, y, en casos, llegando a configurar considerables alineaciones montañosas (o khidias) de perfiles marcadamente discontinuos y aserrados y de pendientes escarpadas y abruptas—, junto a una importante red de profundas o más ligeras depresiones, asiento de sebjas, antiguos paleolagos y otros diversos soportes hidrográficos, constituyen probablemente los accidentes geográficos más determinativos de este imponente espacio saharaui.
Este denso y amplísimo territorio mineral aparece, esporádicamente, salpicado por algunas manchas dispersas vegetales de herbáceas, junto con aislados ejemplos arbóreos de taljas o acacias y alguna otra diseminada y rara especie adaptada.
Dentro de los actuales “territorios liberados” del Sahara Occidental, el Tiris aglutina una superficie de terreno próxima a los 30.000 km², quedando limitado al N por las montañas de Rish, al W por el “muro de Marruecos” y al E y S por la línea de frontera con Mauritania. En consecuencia, toda la mitad meridional del actual Sahara Occidental Libre forma parte íntegramente del Tiris: extendiéndose, en términos geográficos, aproximadamente, desde los paralelos 21º 20’ N a los 24º 35’ N, y desde los meridianos 12º 00’ W a los 14º 40’ W.
Campañas de investigación
Tres campañas de actuación arqueológica se han realizado hasta el momento coincidiendo con el desarrollo del Proyecto a lo largo de estos tres últimos años:
1. Primera campaña de investigaciones arqueológicas: exploración científica del 29 de Mayo al 12 de Junio de 2004.
Tuvo como objetivo el reconocimiento contextual de la región del Tiris de cara a valorar la idoneidad de un programa de investigación arqueológica sistemática y, simultáneamente, de la puesta de medidas de control, protección, estudio y difusión de los bienes patrimoniales saharauis.
2. Segunda campaña de investigaciones arqueológicas: exploración científica del 29 de Marzo al 23 de Abril de 2005.
Estuvo orientada, por una parte, al reconocimiento contextual de la región septentrional del Zemmur, y, por otra, centrado ya en el Tiris y dirigido a la puesta en marcha de un primer programa de actuación arqueológica más intensiva en algunas áreas de esa misma región (especialmente en la franja más meridional, en torno a Zug y a las áreas de Duguech y Agüenit) por medio de la prospección sistemática del terreno.
3. Tercera campaña de investigaciones arqueológicas: exploración científica del 4 al 25 de Marzo de 2006.
Se ha desarrollado exclusivamente en el Tiris, trabajándose a lo largo de ella, por un lado, en la prosecución del programa de prospecciones arqueológicas ya iniciado, y, por otro, en la puesta en funcionamiento de nuevas vías de investigación complementarias en el estudio de contextos ambientales y de recursos de subsistencia y en el campo de la etnoarqueología.
Balance sumario de resultados y perspectivas de futuro del Proyecto
Hasta la fecha es muy notable la cantidad de datos e informaciones que estamos obteniendo en estas dos campañas de investigaciones sistemáticas en el Tiris. Especialmente en el dominio de la Arqueología: donde superan ya el centenar los nuevos y diversos yacimientos descubiertos y catalogados, y alcanzan un buen número de centenares los túmulos funerarios controlados.
Ese elevado efectivo de registros y la amplia variedad, funcional y cronológica, de situaciones reconocidas (hábitats, talleres de explotación de materias primas, estaciones artístico-rituales, monumentos funerarios...) nos están ya sólidamente procurando una perspectiva geográfica, ambiental y poblacional antagónica con el ecosistema hiperárido allá vigente y la geografía física y humana de su paisaje actual. Ayudándonos a obtener una imagen retrospectiva sorprendente, en especial, de los episodios avanzados de la Prehistoria reciente del Tiris, esencialmente durante las fases inicial y plena del desarrollo climático del Holoceno (entre ca. 10000-4000 bp), y a explicarnos los factores y mecanismos que han intervenido y orientado su proceso de ocupación humana. Proyectándonoslo como un espacio densamente poblado por aquellas comunidades prehistóricas, de hábitos progresivamente sedentarios, merced a su exhuberancia en muy diversos recursos de subsistencia, coincidiendo en gran parte con el desarrollo social y técnico del Neolítico.
En aquellos precisos momentos, y en términos generales, el Tiris resultaba ser una verdadera estepa de gramíneas salpicada de árboles dispersos o, más eventualmente, concentrados junto a lagos, áreas pantanosas y múltiples ríos: un ecosistema biológico, animal y vegetal de tipo subtropical. Cabría figurarlo como una densa manta esteparia arbustiva, pasando en ciertos momentos y áreas geográficas específicas al piso vegetal de sabana, que concentraba una importante biomasa animal de grandes vertebrados y especies gregarias (elefantes, rinocerontes, antílopes, bóvidos...), uno de los objetivos preferentes, sin duda, de la subsistencia de aquellos grupos humanos.
Además, estamos comenzando a controlar en ese mismo espacio geográfico otras situaciones arqueológicas, de mucha mayor antigüedad, a partir de las que se empieza a atisbar el rastro de un rico horizonte de presencia humana durante algunos episodios del Pleistoceno medio, coincidiendo culturalmente con el desarrollo de los complejos industriales del Achelense superior (ca. 500000-300000 bp) y final (ca.300000-200000) africanos. Con ello se nos está abriendo la posibilidad, en un futuro nada lejano, de poder aproximarnos científicamente a un conocimiento de las condiciones climáticas, de los recursos y ecosistemas medioambientales y de los patrones de ocupación humana en ese marco territorial del Tiris en unos episodios cronológicos tan remotos como los señalados del Pleistoceno medio.
Las previsiones de futuro inmediato nos hacen augurar, a partir de la práctica de la prospección sobre el terreno, un cada vez más ingente volumen de hallazgos arqueológicos, a lo que lógicamente deberá de añadirse el incremento de datos e informaciones desde las líneas de investigación igualmente abiertas (áreas medioambiental y etnoarqueológica) y el que muy probablemente pueda derivar de la apertura de nuevos campos de investigación y estudio sobre el terreno (como, por ejemplo, la Paleogeografía, la Paleontología, la Antropología, la Toponimia y Lingüística histórica...).
Hemos venido contando, afortunadamente, en estos dos últimos años con el soporte económico de la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco: lo que nos ha permitido, puntualmente, cubrir el desarrollo de la campaña regular de investigación de campo en el Sahara.
Nuestra obligación, sin embargo, es apostar, defender e intentar llevar a la práctica la idea de Proyecto como un proceso continuado de programas de actuaciones y estudios derivados, tanto allí, en el Sahara, que es donde deben controlarse, identificarse y contextualizarse los datos e informaciones, como fuera de él, aquí, en los centros de trabajo y estudio especializados del País Vasco, que es donde debe consecutivamente tratarse, enriquecerse y profundizarse en esos resultados de campo.
En conclusión, hemos de insistir en el interés bilateral del Proyecto, en lo que nos aporta de bueno conjuntamente a vascos y saharauis, e igualmente debemos manifestar nuestra preocupación por su proyección y estabilidad futuras: necesitamos contar con un mayor y firme compromiso de la Administración en la sostenibilidad de este Proyecto de cooperación e investigación.
Las dos campañas de investigaciones sistemáticas nos han ayudado, eficazmente, a saber percibir y controlar mejor el territorio, a concretar y reforzar más racionalmente nuestras ideas y a proponer unos medios coherentes de actuación de cara a un estudio científico de las manifestaciones arqueológicas y, en general, culturales del Sahara Occidental. Ello nos ha posibilitado una cada vez mejor lectura y comprensión del pasado histórico del Tiris.
Es todavía muy poco el territorio reconocido con cierta intensidad y, sin embargo, son muchas las informaciones que está proporcionando. Es necesario continuar enriqueciendo y avanzar en este conocimiento en exploraciones venideras: con el mantenimiento y consolidación de las líneas de investigación ya emprendidas e impulsando la apertura de otras nuevas, compatibles y concurrentes con nuestra concepción y propósito de estudio cultural pluridisciplinar, que, al fin y al cabo, puedan servirnos eficazmente en nuestro objetivo de aproximación al conocimiento integral, dinámico y reflexivo de los procesos socio-culturales y ambientales en el Tiris.
La necesaria profundización en campos de investigación complementarios es inherente a un planteamiento integrador del conocimiento. En el momento de desarrollo en que nos encontramos se hace ya obligado el trabajar, conforme a una propuesta sólida a medio plazo, en torno a un cronograma en el que concurran, simultáneamente, programas concretos de investigación de campo (Prospecciones arqueológicas; Sondeos/Excavaciones arqueológicos; Medio-ambiente/Recursos de subsistencia; Encuestas paleosocioarqueológicas; Toponimia/Lingüística histórica; Geomorfología), de tratamiento y análisis de laboratorio (Estudios arqueológicos; Analíticas experimentales; Tratamiento GIS; Documentación historiográfico-bibliográfica) y de difusión social y científica del conocimiento.
Estos son los requerimientos, a nuestro juicio, ineludibles de este Proyecto de cooperación e investigación. E incidamos, una vez más, en el hecho que nuestra contribución científica a la evolución cultural e histórica del Tiris, y lo que supone a la ordenación simultánea del patrimonio arqueológico del Sahara Occidental, la hemos sustentado, desde el inicio de la experiencia en 2004, en la cooperación mutua entre estudiosos vascos y saharauis. Sin duda que en esta implicación y complicidad recíprocas residirá gran parte de los logros que puedan alcanzarse en el futuro. Así pues, bajo esta perspectiva, la cooperación, además de gesto solidario, de correspondencia y de respeto, asume una función capital en la dinámica y eficacia científica de nuestro Proyecto.
Continuemos, reforcemos y profundicemos en esta vía de colaboración humana y científica entre la República Árabe Saharaui Democrática y el País Vasco.
Los resultados que estamos alcanzando constituyen la mejor expresión de este planteamiento. Como hemos adelantado, son ya muchas las respuestas que estamos obteniendo en el escaso margen cronológico de que hemos disfrutado. Avanzar significa formular nuevas cuestiones a los sujetos de búsqueda y estudio, comprender progresivamente mejor los contextos y medios que los encierran, contemplar nuevos espacios de análisis y contrastación científica de mayores y complejas informaciones, en breves palabras, incorporar un cada vez mayor número de preguntas a nuestro formulario... Y, no por ello, descuidar el justo juicio del gran arqueólogo M. Wheeler que “es privilegio del inteligente hacer preguntas y es pretensión del no inteligente el tener todas las respuestas”
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