martes, 4 de octubre de 2011

Bardem: 'El Gobierno español aborda la cuestión del Sáhara por la puerta de atrás'. Que hable el pueblo del Sáhara Occidental




EL MUNDO   Eduardo Suárez (corresponsal) | Nueva York 04/10/2011

De negro y como vestido para un estreno. Así se presentó este martes Javier Bardem en Nueva York. Se trataba de defender en la ONU los derechos de los saharauis y exigir a España que ayude a desbloquear un problema enquistado desde hace dos décadas. "El Gobierno español está haciendo lo mismo de siempre", dijo Bardem, "abordar el asunto por la puerta de atrás".

El actor español se presentó acompañado por el productor Álvaro Longoria, con el que rueda desde hace años 'Hijos de las nubes'. Un documental que incluye más de 60 entrevistas y en el que Bardem pone la voz en off. La idea surgió durante una visita a los campamentos saharauis y aspira a ofrecer un recuento equilibrado del problema. Pero sus autores admiten que por ahora no han logrado entrevistar a ningún portavoz del Gobierno marroquí.

Bardem y Longoria se dirigieron a la Comisión de descolonización de la ONU con tres objetivos nítidos: exigir a la ONU que su misión examine las violaciones de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, promover la convocatoria del referéndum que establecen los acuerdos de paz e inscribir el problema saharaui en el marco de los eventos de la 'Primavera Árabe'. La comisión escuchará esta semana también los argumentos de una delegación española entre cuyos miembros está el ex lehendakari Juan José Ibarretxe.

Bardem fue muy crítico con el papel de Francia y EEUU pero también con el Gobierno español. "Ningún Gobierno ha hecho nada por los saharauis porque el Sáhara es una patata caliente", explicó, "todos llegan al poder con muchas palabras prometedoras. Pero en cuanto llegan al Gobierno se dan cuenta de que no pueden hacer nada. Yo quiero recordarle al Gobierno que aquí hablamos de derechos humanos. Y los derechos humanos deberían pesar más que cualquier relación con Marruecos y estar por encima de cualquier consideración estratégica o económica".

Comparecencia en Moncloa y Ginebra

Bardem conoce la indiferencia del Gobierno de primera mano. El año pasado se presentó en La Moncloa con 230.000 firmas en favor de los derechos de los saharauis y el presidente Zapatero no le recibió. Desde entonces, ha llevado el problema a Ginebra y Nueva York y se ha implicado en la causa saharaui. "Eran más de 200.000 firmas", decía este martes Bardem, "yo creo que era un número suficiente para prestar atención. Las llevamos a este Gobierno y no quisieron darnos la bienvenida. Pero es lo que esperaba. Es lo que ha ocurrido con todos los gobiernos".

A Bardem le molesta también la hipocresía de otros países occidentales. "Es inaceptable que la misión de la ONU en el Sáhara sea la única desde 1978 que no examine los derechos humanos. Países que declaran bien alto su respaldo a los derechos humanos y a la democracia no pueden seguir mirando hacia otro lado en el asunto del Sáhara. Si la ONU no puede proteger a un pueblo bajo ocupación, ¿quién puede?".

Bardem cree que los intereses estratégicos y económicos de Francia y EEUU retrasan la solución del problema y cree que ambos gobiernos deberían hacer ver a Marruecos lo que ganaría solucionando este problema. "Es obvio que a Francia y EEUU les interesa ayudar a Marruecos. También España tiene muchas razones para llevarse bien con Marruecos, que puede abrir sus fronteras y dejar pasar inmigrantes a nuestras costas".

La tensión ha crecido en los últimos días en el Sáhara Occidental. Según el Frente Polisario, los soldados marroquíes reprimieron las protestas pacíficas de los saharauis a finales de septiembre en la localidad sureña de Dajla. El Polisario denuncia la muerte de un joven de 28 años y explica que hay siete heridos graves y 25 personas desaparecidas, presumiblemente en manos de las fuerzas marroquíes.

Así lo denunció el martes Mohamed Sidati, delegado para Europa del Frente Polisario, que subrayó la importancia de los sucesos de Dajla y solicitó la intervención inmediata de Naciones Unidas y los países de la Unión Europea. "Esto tiene lugar lejos de los ojos de la comunidad internacional", dijo Sidati, "las fuerzas marroquíes han vuelto a cerrar el Sahara Occidental a los observadores independientes, los periodistas y las ONG. La UE debe enviar una misión a Dajla para investigar estos eventos trágicos y no dar crédito a las distorsiones marroquíes".


EL PAIS  JAVIER BARDEM 04/10/2011

La primavera árabe nos ha dejado un mensaje muy claro: el pueblo debe hablar. En el norte de África y en Oriente Próximo, el pueblo clama por su derecho a elegir sobre su futuro.

España y la UE deberían presionar a Marruecos, pero han preferido defender sus intereses comerciales

Pero existe un lugar en el que ese grito desesperado está siendo silenciado. El territorio del Sáhara Occidental, la última colonia de África, se halla bajo ocupación marroquí desde 1975. Hoy, el pueblo saharaui sufre represión, violencia y encarcelamiento si trata de reclamar sus derechos. Esto incluye su derecho fundamental a decidir el futuro de su país. Este derecho ha sido refrendado en repetidas ocasiones por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y, por extensión, por Estados Unidos.

Se han producido manifestaciones y protestas en el territorio desde el pasado mes de noviembre, pero han pasado prácticamente inadvertidas porque el Gobierno marroquí impide el acceso al Sáhara Occidental a toda la prensa internacional. La misión de paz de Naciones Unidas en el territorio no tiene potestad para monitorizar la situación de los derechos humanos. Ningún país en el mundo reconoce la ocupación marroquí del Sáhara Occidental y, a pesar de ello, se permite que continúe.

Hoy estoy en Nueva York para dirigirme a la IV Comisión de las Naciones Unidas como un ciudadano de a pie que, cansado de ver cómo la injusticia perdura ante la pasividad de sus Gobiernos, se siente en la obligación de recordarle a sus líderes sus responsabilidades y para pedirles que:

1. Finalmente se dé la oportunidad al pueblo del Sáhara Occidental de votar libremente sobre su futuro, como garantiza el plan acordado con el respaldo de Naciones Unidas.

2. El mandato de la misión de paz en el Sáhara Occidental incluya la monitorización y protección de los derechos humanos básicos del pueblo saharaui.

Es extraordinario que sea la única misión de paz de Naciones Unidas desde 1978 que no incluya la monitorización de los derechos humanos. La ONU prometió al pueblo del Sáhara Occidental la autodeterminación en 1991, cuando el Plan de Paz acordado entre Marruecos y el Frente Polisario, que representa al pueblo saharaui, fue refrendado por el Consejo de Seguridad de la ONU. El Plan de Paz establecía la organización de un referéndum en un plazo de seis meses para decidir si el Sáhara Occidental debía ser independiente o formar parte de Marruecos. El referéndum nunca se convocó. A pesar de haberlo acordado, Marruecos hoy se niega a tener en cuenta siquiera la posibilidad de llevar a cabo un referéndum en el que se vote la independencia. Han transcurrido décadas de negociaciones en Naciones Unidas, se han adoptado numerosas resoluciones, pero la triste realidad es que el mundo no ha hecho nada para implementar lo que todos habían acordado: que el pueblo pudiera votar de forma libre y justa.

En vez de utilizar su asociación privilegiada con Marruecos para influir en el progreso de la situación del Sáhara Occidental, la Unión Europea elige ignorar la disputa y centrarse en las oportunidades comerciales. Por ejemplo, la UE paga a Marruecos para poder pescar en las aguas del Sáhara Occidental, infringiendo la legalidad internacional. Mi propio país debe hacer un examen de conciencia: como expotencia colonizadora, España debería ser el primero en presionar a la Unión Europea para que busque una solución. En lugar de ello, España elige proteger el acceso de su flota pesquera a las aguas del Sáhara Occidental.

Mientras Marruecos trata de posponer las negociaciones auspiciadas por la ONU e instala a colonos marroquíes en el territorio, 150.000 refugiados saharauis languidecen en campos de refugiados en el desierto del Sáhara, donde buscaron refugio tras la invasión de 1975. He tenido la oportunidad de visitar esos campos. La dignidad y el valor de los refugiados no pueden ocultar el desesperado sufrimiento que soportan, ni la desesperación de un pueblo al que la comunidad internacional prometió una libertad que nunca ha llegado.

Esta situación es vergonzosa. Pero tenemos la oportunidad de cambiarla. El enviado especial Christopher Ross ha estado trabajando para forjar un acuerdo entre Marruecos y el Frente Polisario. Estados Unidos y Naciones Unidas deben decir a Marruecos que ha llegado la hora de permitir que el pueblo saharaui decida su futuro. Marruecos no puede retrasar este proceso indefinidamente, u ofrecer una aparente autonomía al territorio, que sigue estando lejos del derecho a votar por su independencia. En su discurso del 19 de mayo, sobre el futuro de Oriente Próximo, Obama mencionó varias veces la autodeterminación: el pueblo debe poder decidir su futuro. Esto es todo lo que reclama el pueblo saharaui. Se les ha prometido, pero se les ha negado continuamente. Treinta y seis años después, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene la posibilidad de cambiar esta terrible injusticia. Que hable el pueblo.

Javier Bardem, actor, es portavoz de la plataforma Todos con el Sáhara y actualmente rueda con Álvaro Longoria un documental titulado Hijos de las nubes sobre el conflicto del pueblo saharaui.

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