El Frente Polisario cree que los hombres armados que el sábado pasado por la noche secuestraron a dos cooperantes españoles y una italiana en Rabuni, al suroeste de Argelia, ya han cruzado con ellos la frontera para adentrarse en Mali. La llegada a este territorio complicaría enormemente la liberación, ya que la zona supone un fácil escondite para los secuestradores. Agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) están investigando el secuestro sobre el terreno.
Las víctimas del secuestro son Enric Gonyalons, de la ONG Mundubat y que probablemente esté herido; Ainhoa Fernández del Rincón; de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Extremadura; y la italiana Rosella Urssu, del Comité de Cooperación Italiano para el Desarrollo de los Pueblos.
Reivindicar y especular
Al cierre de esta edición, ningún grupo había reivindicado todavía la acción, aunque el Frente Polisario ha apuntado desde un primer momento a Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI). De ser así, los tres cooperantes podrían haber caído en manos de Mokhtar Belmokhtar, responsable de secuestrar en noviembre de 2009 en Mauritarnia a tres cooperantes catalanes que participaban en una caravana solidaria.
Sin embargo, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, afirmó ayer que atribuir los hechos directamente a Al Qaeda era una "mera especulación". La ministra, que tiene previsto un viaje hoy a Rabat (Marruecos) se reunió por la tarde con la Coordinadora de ONGs de España (CONGDE), que agrupa a la mayoría de las organizaciones del sector.
Mirando el contexto
La coordinadora emitió un comunicado en el que asegura que está "reevaluando el contexto" en el que trabajan las entidades para"determinar si es necesario extremar al máximo las medidas de seguridad existentes en la zona y reforzar los protocolos de seguridad. Pero, de momento, las ONG no se plantean evacuar a su personal: "Mantenemos nuestro trabajo en la zona para garantizar el imperativo humanitario y continuar realizando de manera efectiva la labor de apoyo al pueblo saharaui".
Sobre la seguridad de los cooperantes, Exteriores publica directivas generales con recomendaciones para cada país, que va modificando en función de la situación política. Sin embargo, algunas ONG se rigen por sus propios protocolos de seguridad, como en el caso de Médicos Sin Fronteras, donde se definen las actuaciones de sus trabajadores una vez evaluados los riesgos de la misión humanitaria.
Voces y medidas
Son varias las voces oficiales y también de ONGs que han pedido reforzar la vigilancia de la ayuda. Por ejemplo, la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, aseguró ayer que lo sucedido debe acarrear un aumento de las medidas de seguridad de los cooperantes en zonas conflictivas. Rodríguez apeló a la prudencia y aseguró que su departamento no dispone de datos nuevos sobre el suceso.
El secuestro se produjo en Rabuni, el centro de protocolo de los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia). En esta zona, donde viven 160.000 personas en unas durísimas condiciones marcadas por las inclemencias del desierto, trabajan unos 200 cooperantes. Algunos, como hacían los tres secuestrados, duermen en Rabuni y otros en los propios campamentos. Expertos en terrorismo islamista señalaron a este diario que alguien de dentro de los campamentos debió de facilitar información a los secuestradores, ya que estos entraron directamente a por su objetivo y salieron con facilidad, informa Óscar López Fonseca.
Pero esta teoría fue rechazada de pleno por las organizaciones españolas de ayuda al Sáhara, que ven en ella un intento de desprestigiar al pueblo saharaui. "La única responsabilidad de lo sucedido recae sobre la banda criminal que ha perpetrado el secuestro y en sus instigadores, sin que ni la población refugiada ni las autoridades saharauis tengan nada que ver", advirtió en un comunicado la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS).
Centro de paso
En la misma línea también se pronunció Bucharaya Beyun, delegado del Frente Polisario en Madrid. "Rabuni es un centro de paso, las puertas están abiertas, la gente entra y sale, no hay controles. Por ahí pasan saharauis, mauritanos, gente de Mali...", afirmó Beyun a este diario. Este representante saharaui agregó que, después del suceso, el Polisario ha reforzado la seguridad de los expatriados. "Antes no eran necesarias tantas medidas, pero ahora sí. Estamos pendientes de todos los cooperantes y tienen un saharaui acompañándoles en todos sus movimientos. A los expadtriados no les gusta, pero es totalmente necesario", señaló Beyun.
Este portavoze del Polisario aseguró que continúa el dispositivo de persecución que se puso en marcha nada más conocerse el secuestro y pidió a la cooperación española que no abandonen la zona. "El objetivo de los terroristas es dejar mal al pueblo saharaui y meter miedo a los cooperantes, por eso no deben amedrantarse y tienen que seguir trabajando con nosotros", concluyó.
La activista saharaui Aminatou Haidar también condenó el secuestro de los cooperantes, "cuya única cupla ha sido ofrecer su apoyo humanitario y solidaridad al pueblo saharaui". Haidar, através de un comunicado, hizo un llamamiento "a las Naciones Unidas, a todos los países y a las organizaciones internacionales de derechos humanos a condenar este acto terrorista y a tomar medidas inmediatas para salvar las vidas de nuestros amigos secuestrados".
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