sábado, 19 de noviembre de 2011

"En Sahara Occidental hay una catástrofe humanitaria en la sombra”



Hach Ahmed, el ministro de Sahara Occidental para América Latina, le reveló a Semana.com la dramática situación que atraviesa su pueblo, ocupado desde hace 36 años por Marruecos.

El conflicto de Sahara Occidental es uno de los más antiguos del mundo, pero en América Latina uno de los más desconocidos. En 1975 España abandonó la región, una amplia franja desértica de casi 270.000 kilómetros cuadrados, rica en fosfato y pesca. A los pocos meses, con el dictador Francisco Franco moribundo y una España en pleno debate sobre cómo iba a reemplazarlo, Marruecos lanzó la "Marcha Verde", en la que 50.000 marroquíes cruzaron la frontera y se instalaron en Sahara Occidental.

Unos 200.000 saharauis huyeron y en Sahara Occidental estalló una guerra entre el Frente Polisario de Liberación y el ejército de Marruecos. El conflicto armado duró hasta 1991, cuando las dos partes firmaron un cese al fuego. Desde entonces, a través de varios planes, la ONU busca una solución, pero la situación sigue empantanada.

Semana.com habló con Hach Ahmed, el ministro para América Latina, sobre la situación de Sahara Occidental, que hace unas semanas volvió a ocupar los titulares de las noticias después del secuestro de tres cooperantes europeos.

Semana.com: ¿Cuál es la situación actual del Sahara Occidental?

Hach Ahmed: Las cifras que manejan las organizaciones de derechos humanos muestran que en Sahara Occidental hay una catástrofe humanitaria en la sombra. El territorio está vetado para los observadores internacionales y los periodistas. Han habido episodios bastante trágicos. El 8 de noviembre del año pasado hubo una matanza, por tropas marroquíes, en un campamento donde viven 30.000 saharauis.

La opinión pública ha estado consternada, pero cuando se trató el tema en el Consejo de Seguridad, Francia se opuso a mandar una comisión a investigar. Y se opuso a que los Cascos Azules vigilen los derechos humanos. Se limitan a separar las fuerzas enfrentadas y observar el alto al fuego. La posición de Francia la vuelve cómplice de la violación de los derechos humanos.

Semana.com: ¿Cuál es la solución?

H.A.: Le seguimos apostando a una solución pacífica, auspiciada por la Onu. Tenemos fe en un proceso de mediación, creemos que no solo la razón está de nuestro lado, sino la legalidad internacional. Creemos que la solución tiene que ser democrática, hay que consultar el pueblo saharaui, quien determinará el desenlace. Lo lamentable es que Marruecos pone trabas a este proceso. Se niega a celebrar un referéndum.

Semana.com: ¿Cómo se llegó a esta situación?

H.A.: Sahara Occidental tienen 285.000 kilómetros cuadrados. A raíz de la invasión marroquí en 1975, miles de saharauis huyeron de sus casas y se fueron a la frontera con Argelia, donde tenemos grandes campos de refugiados. Estuvimos en guerra con Marruecos hasta 1991 y liberamos casi 70.000 kilómetros cuadrados que están bajo control del Ejército saharaui. Marruecos, para impedir una debacle militar, construyó una muralla defensiva de 2.500 kilómetros, detrás de cual atrincheró a sus tropas. El muro divide el territorio en dos parte, la parte que controlamos y la parte ocupada.

Semana.com: ¿Cómo vive la gente a un lado y otro del muro, las familias?

H.A.: Nadie lo puede atravesar. Hay familias que nunca se han visto. Hace tres o cuatro años la Onu se inventó un programa de visitas, desde los dos lados del muro, par las familias separadas. Se registraron 40.000 familias, pero apenas han viajado 4.000 personas. Marruecos mantienen la zona ocupada en estado de sitio, nadie puede salir, las manifestaciones son aplastadas.

Semana.com:¿Cómo es la vida en los campamentos de refugiados?

H.A.: Es organizada, dependemos de ayudas del exterior, de las agencias humanitarias y de la cooperación internacional. Son casi 40 años, ahí está organizada la vida, los servicios, la salud, el orden. Es la situación de la población exiliada. Hay cerca de 200.000 personas divididas en cuatro grandes campos.

Semana.com: ¿Y en la zona ocupada, cuánta gente vive?

H.A.: En la zona ocupada es difícil, Marruecos la invadió y la repobló, la colonizó. Las cifras son desconocidas. Además han habido muchos choques entre colonos y saharauis. Es una población que el poder marroquí incita a ser violenta contra los saharauis. Y luego hacen intervenir las fuerzas armadas para presentarse como mediadores.

Semana.com: ¿Hay unos cables de Wikileaks que dicen que los recursos que hay en Sahara Occidental son muy escasos y la ocupación le sale a Marruecos muy caro. Qué intereses tendrían entonces de ocupar?

H.A.: Es una falacia, los recursos existen y de manera abundante. Y Marruecos los exporta de manera ilícita. Por ejemplo vende fosfatos de manera ilegal en Colombia, los están importando a través de la empresa Monómeros. Los barcos salen de la ciudades ocupadas y van al puerto de Barraquilla. También hay hidrocarburos y pesca.

Semana.com: ¿Entonces la ocupación es para acaparar los recursos?

H.A.: Evidentemente, nunca se han librado batallas y ocupaciones que no hayan tenido esa causa fundamental. Lo cierto es que los gastos militares han sobrepasado la capacidad del reino de Marruecos, que es un país pobre. No producen más que naranjas y tomates.

Semana.com: ¿Cuánto le cuesta a Marruecos la ocupación?

H.A.: Hay cerca de 160.000 soldados atrincherados en Sahara Occidental. El gasto diario supera los cuatro millones de dólares.

Semana.com: En Estados Unidos, el costo de la guerra ha sido uno de los argumentos para tratar de poner fin a las guerras en Irak y Afganistán. ¿No pasa lo mismo en Marruecos?

H.A.: La libertad de opinión en el mundo árabe es algo relativo. Las dictaduras siempre sacan 90 por ciento de los votos. En una monarquía de corte feudal como Marruecos no hay comparación con otras opiniones públicas. Somos concientes de que una de las principales causas de la pobreza en Marruecos es el dinero invertido en una guerra absurda. Pero los opositores son brutalmente reprimidos. A medida que la opinión marroquí se abra cauces, seguro va a haber un pronunciamiento abierto contra este proyecto colonial.

Semana.com: ¿Qué concesiones están ustedes dispuestos a hacer?

H.A.: Podemos compartir las riquezas, hacer una unión regional. La propuesta es “Saquen sus tropas, acepten la independencia, el resto es negociable”. Al ser una monarquía feudal, su filosofía se basa en grandezas nutridas por proyectos colosales, expansionistas. Es lo que ha impedido que se encuentren soluciones pacíficas.

Semana.com: ¿A finales de octubre Al Qaeda secuestró en Tinduf dos cooperantes españoles y un italiano. Cuál es la situación de seguridad en los campos de refugiados?

H.A.: Este acto terrorista, es un hecho sin precedentes. Evidentemente nos ha sorprendido y las primeras apuntan a Al Qaeda. Debo decir que no tenemos la certeza absoluta de que es Al Qaeda. El propósito, la acción en si, es idéntica a Al Qaeda.

Semana.com: ¿Pero era necesario tener complicidades en los campamentos para hacer ese secuestro?

H.A.: No, es un territorio limpio, no tenemos elementos que apunten a complicidades. Pero es un territorio desértico, vasto, el control es imposible. En el espacio que tenemos bajo control nunca ha operado Al Qaeda, ni siquiera simpatizantes

Semana.com: ¿No piensa que para algunos de sus compatriotas, desesperados por la ocupación, el islamismo radical pueda ser una opción?

H.A.: No, lo único que sabemos es que el propósito del secuestro es ahuyentar a los cooperantes. Y a la hora de valorar a quien favorece y a quien desfavorece esta acción, el principal favorecido es Marruecos. Les interesa que no haya cooperación internacional, les interesa establecer vínculos entre los saharauis y los terroristas. Y evidentemente, el argumento que han contado con complicidades, es un elemento que ha manejado la propaganda oficial marroquí.

Aún estamos en la fase de investigación, pero tenemos la certeza de que se van a desvelar datos que vinculan a la monarquía marroquí y a los servicios secretos marroquíes.

Semana.com: ¿Hay denuncias de corrupción en los campos de refugiados, que están desviando recursos de la cooperación internacional?

H.A.: Las denuncias de corrupción, los vínculos de saharauis con Al Qaeda, con el integrismo o con Gadafi son las notas de una sinfonía construida por los servicios de propaganda marroquíes y los servicios de inteligencia para tratar de desprestigiar a los saharaui.

Semana.com: ¿Cuáles son las relaciones diplomáticas entre el Sahara Occidental y Colombia?

H.A.: No existen relaciones oficiales, teníamos hasta 2001 cuando fueron suspendidas de manera unilateral por el presidente Andrés Pastrana. Ahora estamos tratando de desbloquearlas. Sigue habiendo cierta resistencia en la Cancillería, creo que por presiones de la embajada de Marruecos.

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