sábado, 9 de junio de 2012

Fallece en Dajla ocupada la madre coraje saharaui Salka Mint Emneisir, tras 37 años separada de parte de su familia


*Dedicado a Rubio por Poemario por un Sahara Libre
En la ciudad ocupada de Dajla antiguo Villa Cisneros, Sahara Occidental falleció esta madrugada del sábado 9 de junio a las 05 de la madrugada, Salka Mint Mohamed Uld Abdelhay, familia  de Ahel Emneisir. Nacida en Tichla, región de Tiris en el año 1940. Salka militó en las primeras células clandestinas del Polisario en la ciudad de Dajla durante los años setenta, movilizando y cohesionando a muchas otras mujeres entorno a las filas del Polisario durante la presencia española en el territorio. Tras el abandono español al Sahara Occidental en el 1976, y la ocupación marroquí mauritana, su marido Mohamed Lefdayel  y uno de sus hijos, conocido como  Ahmed El Rubio, se incorporaron a las filas de las primeras unidades militares del Frente Polisario cayendo su marido Mohamed Lefdeyel en combate en el año 1982, estando ella en la ciudad de Dajla ocupada por las fuerzas marroquíes.
Salka falleció después de vivir y sufrir en su propia carne los años de plomo de la ocupación marroquí durante 37 años sin poder salir de la ciudad, y cuando lo intentó una vez, las autoridades marroquíes les dijeron en el aeropuerto “eres una marroquí y no puedes salir a Mauritania”. Esta singular mujer ha muerto con el mismo sueño de aquel joven universitario que junto a otros fundaron el Polisario, Luali Mustafa, quien cayó el mismo día que ella, un 9 de junio.
Conocida por su carácter rebelde contra los marroquíes, aconsejaba a sus hijos una muerte digna entre los suyos recordándoles el proverbio saharaui “الموت اف عشر انزاه” (“Caer entre diez que comparten los mismos principios de lucha es una delicia”). Frase en la que Salka Mint Emneisir instaba a sus hijos a no traicionar su gente ni sus principios de lucha. Su hijo Ahmed, conocido como Rubio, decía que murió esperando el reencuentro de patria entre hijos y madre, y que ella mantenía intactas las pertenencias de Ahmed en su casa, un magnetofón de los años setenta, discos de vinilo de música, álbumes de fotos y muchos libros que el Rubio dejó en su cuarto cuando huyó de la ciudad para incorporarse junto a su padre a la lucha contra la invasión marroquí al territorio. El escritor español premio Alfaguara 2007 Luis Leante recoge esta historia hace referencia en su blog “Los murmullos de la tribu”.
Ahmet el Rubio volvió a ver a su madre treinta años después. Regresó a Villa Cisneros con un grupo de la ONU y se dio de frente con su pasado. Su madre conservaba aún sus pantalones vaqueros de campana, sus zapatillas de deporte, los libros del instituto y un magnetófono que Ahmet compró con sus ahorros. Todas las noches, antes de acostarse, la mujer entraba a la habitación de su primogénito y contemplaba esos objetos que mantenían viva la memoria de su hijo. Me lo cuenta susurrando, como si temiera que el viento del desierto se llevara sus palabras.
Descanse en paz esta gran mujer y madre coraje saharaui.