El eurodiputado de Izquierda
Unida, Willy Meyer, ha visitado esta mañana a Lefkir Kaziza, joven saharaui que
comenzara el pasado 1 de junio una huelga de hambre indefinida por la
liberación de los 22 presos políticos saharauis.
Meyer ha presentado esta
semana una batería de iniciativas ante la Alta Representante de Política
Exterior de la UE, Catherine Ashton, para instarla a que se comprometa a
realizar gestiones ante Marruecos por la liberación de los presos políticos
encarcelados sin juicio desde el desmantelamiento del Campamento de Gdeim Izik
en noviembre de 2010.
El Vicepresidente del
Intergrupo de Solidaridad con el Pueblo Saharaui en el Parlamento Europeo, ha
trasladado a Kaziza el apoyo de 42 eurodiputados de 14 países y diversos grupos
políticos que respaldan la lucha del joven y de su pueblo y que exigen a Marruecos
"la liberación inmediata de los 22 presos políticos saharauis de la cárcel
de Sale, la apertura inmediata de los territorios saharauis a los observadores
de derechos humanos y el fin a la ocupación del Sahara Occidental".
Willy Meyer ha conversado con
Kaziza, quien se encuentra ya bastante debilitado, y, ante el deterioro del
estado de salud del joven, y el recrudecimiento de la represión de los
saharauis en los Territorios Ocupados, el vicepresidente de la Comisión de
Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo exigió a la Unión Europea "a
asumir la responsabilidad de la descolonización y del fin de la ocupación del
Sahara Occidental, teniendo en cuenta que España elude hacerse cargo de la
misma".
Además, el Responsable de
Política Internacional de Izquierda Unida, denunció ante la Unión Europea el
brutal asesinato del joven saharaui Hamdi Tarfaoui y el entierro de Said
Dambar, quien recibió un disparo mortal por parte de las fuerzas de ocupación
marroquíes, sin la autorización de su familia.
Asimismo, Meyer ha recordado
que el Parlamento Europeo aprobó en abril una resolución que "denuncia la
continua persecución que sufren los saharauis bajo la ocupación marroquí, por
lo que exige a Marruecos la liberación de los 80 prisioneros políticos saharauis,
en particular de las 23 personas detenidas sin juicio desde noviembre de 2010
en la prisión de Salé tras el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik, y
solicita la adopción de un mecanismo internacional de vigilancia de los
derechos humanos en el Sáhara Occidental".
"Ahora corresponde a
Ashton trasladar estas exigencias de la Eurocámara a Marruecos, para que cumpla
de una vez con sus obligaciones de respeto al Derecho Internacional y de los
Derechos Humanos", concluyó Meyer.