Javier Otazu (corresponsal de la agencia EFE en Marruecos) / Rabat, 28 agosto de 2012 (EFE).- El Gobierno de
Marruecos ha perdido el pulso que lanzó a la ONU al rechazar al Enviado
Personal de su Secretario General, el norteamericano Christopher Ross, según
los analistas.
El pasado fin de semana, Ban
confirmó a Ross en su cargo y llamó al rey Mohamed VI de Marruecos para
"reafirmar que su Enviado Personal y su nuevo Representante Especial (el
alemán Wolfgang Weisbrod-Weber, nombrado en junio) cumplirán sus mandatos
respectivos para promover el proceso de negociación y animar a una mejora de
las relaciones marroquí-argelinas".
En mayo, el gobierno marroquí
anuncio que "retiraba su confianza" a Ross por "su
comportamiento desequilibrado y parcial" (supuestamente contrario a las
tesis de Rabat), y desde entonces los medios marroquíes daban por seguro su
reemplazo por alguna figura de prestigio internacional, para lo que llegaron a
barajar nombres como el del también estadounidense Colin Powell.
Pese a que los portavoces del
Secretario General dejaron claro, en varias ocasiones, que Ban seguía contando
con Ross, desde el gobierno marroquí siguieron criticando al diplomático, pero
la llamada del Secretario General zanja de una vez la polémica.
"Es una bofetada para
Marruecos", dijo a Efe Ali Nouzla, director del portal Lakome.com y uno de
los pocos periodistas que ha informado sobre el caso más allá de las
interpretaciones de sesgo nacionalista.
"Retirar la confianza a
Ross sin haberlo consultado con los aliados internacionales de Marruecos ni con
las fuerzas dentro del país fue una torpeza y aún estamos pagando las
consecuencias", recordó Nouzla.
Parecida interpretación
comparte el profesor y politólogo Larbi Benotmane, quien no duda en hablar de
"una enorme derrota diplomática" para su país, que en el
"affaire Ross" ha tenido "un comportamiento de aficionado,
alimentado por una excesiva autointoxicación".
Benotmane considera que el
gobierno marroquí "no calibró las consecuencias" al recusar a Ross, a
quien él considera como un político del "establishment"
norteamericano, lo que significa que Rabat ha puesto en su contra a uno de sus
teóricos aliados, los Estados Unidos.
Una de las quejas principales
de Marruecos con respecto a Ross es su insistencia en aferrarse a la
independencia de la misión de la ONU en el Sáhara (la MINURSO, que según él
había sido poco estricta a la hora de reclamar su neutralidad) y su supuesto
intento por hacer que esa misión tuviera un mandato sobre temas relativos a los
derechos humanos.
El gobierno marroquí considera
que su soberanía sobre el territorio que ocupa en el Sáhara es plena y no
admitirá ningún menoscabo ni permitirá que un organismo no marroquí tenga
alguna clase de autoridad por encima de la del gobierno.
Aunque no hay anunciada
ninguna visita de Ross a la zona, es una incógnita saber cómo será recibido en
Rabat en su próximo viaje, después de todo el embrollo diplomático.
Ayer mismo, la agencia oficial
marroquí MAP recogía una entrevista al ministro delegado de Asuntos Exteriores,
Youssef Amrani, en la que éste recordaba que Marruecos "necesita a un
nuevo mediador de la ONU", pero se vio obligada a puntualizar más tarde,
hasta en dos ocasiones, que la entrevista fue hecha en julio, es decir, mucho
antes de la llamada de Ban Ki-moon al rey Mohamed VI.
El profesor Benotmane
considera que el actual ministro de Exteriores, el islamista Saadedín al
Otmani, no es el hombre adecuado para salir de este "impasse"
diplomático, aunque no sea él quien lo haya creado, sino más probablemente
alguien cercano al entorno del rey Mohamed VI.
Mientras tanto, otro actor
estadounidense, aunque sea un organismo no gubernamental como es el Centro para
la Justicia y Derechos Humanos de la Fundación Kennedy, también ha levantado
las iras de las organizaciones y medios pro marroquíes al llevar a cabo en el
territorio saharaui una misión sobre el respeto a los derechos humanos.
Aunque la delegación asegura
que durante tres días se ha reunido "con un amplio espectro" de la
sociedad saharaui (tanto de signo independentista como pro marroquí), ha sido
blanco de ataques puntualmente recogidos por los medios oficiales por su
supuesto alineamiento "con las tesis de los enemigos de la integridad
territorial del Reino", según la versión de la agencia oficial MAP.