*Redacción: EIC Poemario por un Sahara Libre,
16 de junio de 2018
El marroquí Mohamed Chaib vuelve a la arena
política ahora a nivel nacional de la mano del PSOE. La renuncia de la ahora
ministra Meritxel Batet a su escaño mete a Mohamed Chaib, político “topo” del
Majzén marroquí, en el Congreso de Diputados español. Tras años “en la sombra”,
la llegada a la presidencia del gobierno español del PSOE de Pedro Sánchez
vuelve a situar a Mohamed Chaib en primera fila, dando el salto a la política
nacional desde su escaño en el Congreso de los Diputados.
Repasemos la historia de este controvertido “político”
que los socialistas se empeñan en aupar a las más altas cimas de la política
española.
Nacido en Tánger (Marruecos) en 1962, Mohamed
Chaib fue la gran apuesta de Pasqual Maragall para atraerse el voto de los
inmigrantes en Cataluña. En 1994 fundó la Asociación Sociocultural Ibn Batuta,
que presidió hasta 2003. Fue miembro del Foro para la Integración de los
Inmigrantes, de ámbito estatal, y también ha formado parte del Consejo Asesor
de Inmigración de la Generalitat de Cataluña. Es afiliado al PSC-PSOE desde
1995, uniéndose a la corriente Ciutadans pel Canvi de Maragall. Fue elegido
diputado en el Parlamento de Cataluña en las elecciones de 2003 y 2006, donde
formó parte de las comisiones de justicia, derecho y seguridad ciudadana, por
una parte, y de bienestar e inmigración. Un ejemplo de su enraizamiento en la
sociedad catalana es su colaboración en la prensa escrita de manera periódica,
sobre todo en el diario La Vanguardia.
Su ascenso al Parlamento catalán con el PSC no
estuvo exento de polémica. En 2003 varias entidades marroquíes asentadas en
Barcelona criticaron duramente su designación por el PSC porque decían que “no
les representaba”. Le acusaban de “incapacidad para satisfacer las
reivindicaciones de los musulmanes catalanes”, y le reprochaban “su ostentosa
cercanía al régimen de Rabat”, y que siguiera cumpliendo la ceremonia del
besamanos al rey Mohamed VI cuando viajaba a Marruecos, preguntándose a quién
había jurado fidelidad el diputado Chaib, si a Cataluña y a España o a
Marruecos.
Su doble misión pasa por su pertenencia,
mientras era diputado en el Parlamento Catalán, a “la dirección del Consejo de
la Comunidad Marroquí en el Extranjero”, presidido entonces por Driss el
Yazami, nombrado en 2007 por el rey Mohamed VI con categoría de ministro. Esto demuestra
que la estrategia de penetración de Marruecos en el Estado español pasa por las
manos de Mohamed Chaib, que sigue jugando un papel clave.
El catedrático Carlos Ruiz Miguel se
preguntaba por la “doble nacionalidad” de Mohamed Chaib en una carta al
director en el diario El País en diciembre de 2009. Recordaba que para pertenecer
al “Consejo de la Comunidad Marroquí en el Extranjero” había que ser marroquí,
teniendo en cuenta que para obtener la nacionalidad española hay que “renunciar
a la anterior nacionalidad”.
En marzo de 2005, un año después de los
atentados de Atocha, el periódico EL MUNDO publicaba un artículo del conocido periodista
marroquí Alí Lmrabet titulado “Un ejército de soplones” en el que hablaba sobre
los corresponsables en España de la agencia de prensa marroquí MAP. En el artículo
también hacía referencia a cierto diputado regional. “Modestos trabajadores
inmigrantes, responsables asociativos y hasta un diputado regional componen un
ejército de informadores que transmite todo tipo de información sobre sus
compatriotas”.
Mohamed Chaib ha mantenido además numerosas
polémicas y enfrentamientos con el colectivo saharaui y el movimiento de
solidaridad en España.
En enero de 2009 el escándalo salpicó la
participación de su asociación IBN Batuta en la SMAP-EXPO, que contaba con el
patrocinio de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. En esta feria se pretendía
abrir canales de negocio turísticos e inmobiliarios en diferentes zonas de
Marruecos y “en provincias saharianas”, es decir, en los territorios ocupados
del Sahara Occidental, como denunciaba Leonardo Urrutia Segura en una carta al
director de ABC.
El por entonces diputado catalán mantuvo una
agria conversación por escrito con miembros del movimiento asociativo
prosaharaui en Cataluña. Parte de la correspondencia fue difundida por este
colectivo que le acusó de amenazas veladas de enfrentarles con la inmigración
marroquí en Cataluña. Sois unos pesados, no perdáis el tiempo conmigo porque
sólo conseguiréis darme más protagonismo (…) 51 entidades de la Federación de
Marroquíes quieren un enfrentamiento directo con vosotros. De momento les digo
que no merece la pena porque no sois nadie en Cataluña, sería daros un
protagonismo que no tenéis. (…) a vosotros os interesa mantenerlos en esta
situación [a los saharauis] porque vivís de esto, con esta chulería se
dirigía todo un parlamentario regional a ciudadanos de su comunidad autónoma.
Durante la huelga de hambre de la activista y
ex presa política saharaui Aminetu Haidar en diciembre de 2009, el entonces
diputado del Parlamento Catalán, Chaib, la acusó de practicar “chantaje
emocional” a España y a Marruecos. La esquizofrenia del diputado Chaib con su
nacionalidad marroquí llegó al punto de posicionarse claramente en contra de la
enorme campaña de solidaridad que se generó alrededor de la Premio Robert
Kennedy Aminetu Haidar: “Han hablado mal de Marruecos, del Gobierno y del rey.
¿Qué debemos hacer? ¿Quedarnos callados?”, palabras del diputado Chaib que
recogió El Periódico de Cataluña en diciembre de 2009.
Mohamed Chaib ha cargado en numerosas ocasiones
contra el Frente Polisario, legítimo representante del pueblo saharaui, al que
acusa de someter al “terror” a la población saharaui en los campamentos,
asumiendo el discurso del Majzén marroquí que califica a los refugiados saharauis
de “secuestrados en Tinduf”, como recogía la oficina de la MAP en España en noviembre
de 2010.
También se ha mostrado a favor del plan
marroquí de autonomía para el Sahara y en contra de las resoluciones de la ONU
que prevén el referéndum para el fin de la ocupación del territorio. “La
independencia no será posible”, ha llegado a declarar Mohamed Chaib en los
medios españoles.
En estos años fuera del Parlamento Catalán se
ha dedicado a su fundación Ibn Battuta, “niña mimada” de los poderes públicos
catalanes y sus subvenciones. El pasado año 2017, tras el terrible atentado
terrorista en las Ramblas de Barcelona, el escándalo volvió a salpicarle,
cuando la comunidad marroquí en Barcelona se rebeló contra el protagonismo de
su fundación y acusó a Mohamed Chaib, como presidente de la asociación, de “manipular
la manifestación de la comunidad musulmana”.
Tener en el Congreso de Diputados español a un
personaje de estas características no puede sino suscitar interrogantes y desconfianza
en la ciudadanía española sobre cuál es su verdadera misión en la política
catalana y española.
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