viernes, 20 de septiembre de 2013

Western Sáhara, una ficción experimental

¿Para que algo exista tiene que haber imágenes?… La causa saharaui existe, aunque se desconoce; es real, aunque se silencie; es como es, aunque la disfracen otros. La información se obstaculiza adrede para que no se conozcan las circunstancias que rodean un conflicto político que hace que todo un pueblo sufra por efecto de la avaricia, la injusticia y la sinrazón. Es por ello que comparto la percepción de Left Hand Rotation, colectivo de cineastas que ha hecho un experimento curioso entre la población saharaui de los campamentos de refugiados de Tindouf, en Argelia, para crear una nueva herramienta de sensibilización social internacional sobre el conflicto del Sáhara, a través del lenguaje cinematográfico y bajo el género del western. Es en él donde encontraron las raíces del proyecto, en el que quisieron reflejar la semejanza entre un género cinematográfico que representa el nacimiento de la nación americana y la lucha por el territorio con el objetivo de la causa saharaui, basado en la recuperación de una tierra ocupado por Marruecos desde 1975 para crear su Estado libre e independiente.
Hay que reconocer que llegar a los campamentos de refugiados preguntando en solitario a los saharauis que encontraban a su paso “y tú, ¿cómo contarías vuestra historia al mundo? tiene su aquel, no digáis que no… Y todavía más, cuando se lanzan sin reparo a hacer la pregunta del millón: ¿Y qué final le pondrías? Y lo preguntan conscientes de que es un final que sólo les corresponde a ellos decidir, porque son ellos, los saharauis, quienes sueñan con poder ejercer, algún día, su derecho a la autodeterminación y votar en un referéndum cuál quieren que sea su futuro. Left Hand Rotation, en colaboración con la Escuela de Formación Audiovisual Abidin Kaid Saleh y otros voluntarios saharauis, quería contar la historia del conflicto del Sáhara desde una perspectiva no occidentalizada, sino creada, dibujada, soñada e interpretada por los propios saharauis de los campamentos de refugiados de Tindouf. Por eso fueron allí, por eso preguntaban…
Producir un trailer de 3 minutos en tiempo récord, en mitad de un desierto desconocido y complicado, con escasos medios y con todo por hacer, tiene mérito. Sabiendo que el punto de partida de lo que yo vengo a llamar experimento social es conocer el punto de vista que a los propios saharauis les gustaría transmitir en relación a la historia de éste que es su conflicto, activo y vigente, no solucionado y que genera una situación humanitaria sin paragón (campamento de refugiados de 38 años de evolución) y que tiene muchos vértices diferentes, la idea de crear esta herramienta de difusión de la causa aún se proyecta más interesante. Debían ser los propios saharauis quienes marcaran las directrices de esa que es su propia historia. Qué, quién, a quién, cómo, cuándo y por qué. Presentación, nudo y desenlace, decían, logrando trasladar en 3 minutos los pilares de esa historia propia, las características de la identidad saharaui, su sufrimiento y sus sueños… Con un final desconocido pero deseado, que se plantea lograr siguiendo sus propias voluntades.
Es cine y, por ello, dicen que es ficción… Pero no, WESTERN SÁHARA no es ficción, es efectivamente esa herramienta necesaria que representa una realidad, pero que no se plantea ni se basa en un mundo irreal o imaginario. El conflicto está, los saharauis refugiados también. Como los oprimidos en la zona ocupada o el muro marroquí separando territorios y familias, con sus minas y el reguero que deja de víctimas también… Nada se oculta, pero nada se cuenta… Se sueña en western con buenos y malos, con leyes escritas que se saltan y con un fondo, las personas que sufren y que son, porque existen, porque siguen ahí. He visto en la Cineteca de El Matadero la proyección. He visto también el trailer, que va dando paseos por España. Próxima parada, Sevilla. Ojalá experimentos como éste ofrezcan nuevas y grandes oportunidades para el debate sobre la causa saharaui en nuestro país.