lunes, 25 de noviembre de 2013

Lafkir Kaziza: “Con Gdeim Izik saboreamos la libertad durante 29 días”

En una primera toma de contacto, Lafkir parece solo un niño que no aparenta sus veinticuatro años. Pero su extrema delgadez y la profundidad de sus ojos verdes nos hacen intuir que tras su juventud existe un cúmulo de vivencias que jamás podremos comprender en su justa medida. Camina con firmeza y disimula la inmovilidad de su brazo. Y quizá sea posible que ante el mundo, con su sonrisa constante, pueda ocultar el rostro amargo del activista por los Derechos Humanos que lleva dentro de él, torturado y despreciado hasta la saciedad por un régimen opresor que somete a su pueblo; pero en su interior conviven toda una amalgama de sentimientos que obligan a estremecerse cuando, a tan solo unos centímetros de mí, se atreve a afirmar que está preparado para morir por su pueblo.
¿Quién es Lafkir Kaziza?
Soy un activista saharaui de los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados y ex preso político. Me llamo Lafkir Kaziza y tengo veinticuatro años
En 2010 participó en el campamento de Gdeim Izik, ¿puede contarnos cómo vivió aquella revolución?
Para todos los que participamos Gdeim Izik fue espectacular. Estuvo perfectamente organizado y sin duda fue el detonante de las Revoluciones Árabes. Yo estuve trabajando en el control de seguridad del campamento junto con otros muchos compañeros. Nuestro día a día era duro, trabajábamos mucho y teníamos poco tiempo para descansar, pero durante 29 días saboreamos la libertad junto con nuestros hermanos saharauis. No nos faltaba de nada, éramos una auténtica familia de más de veinte mil personas que nos ayudábamos los unos a los otros.
Tras tantos días resistiendo, ¿cómo se produjo el desmantelamiento?
Aquella noche yo estaba en el control. A las 5:30 de la mañana vi cómo a lo lejos comenzaban a llegar miles de camiones marroquíes que se preparaban para atacar nuestro campamento. Cuando los vi corrí hacia un compañero que ahora se encuentra preso y le informé para que se lo dijésemos a la gente.  Después volví al control, pero a las 5:50 vinieron a decirnos que teníamos que salir de allí. Las luces de los coches comenzaron a avanzar, el ruido de los camiones era insoportable y nosotros corrimos para proteger a las mujeres del campamento. Intentamos protegernos con piedras, pero ellos tenías todoterrenos y metralletas. Eran militares. Los coches comenzaron a atacar las jaimas y no les importó si había gente dentro. Nos torturaron sin poder oponer resistencia y, por desgracia, hay muchas cosas que no grabaron las cámaras. A mí en particular me cogieron y me golpearon en el brazo con la culata de un kalashnikov hasta rompérmelo. Después me llevaron a un orfanato que desalojaron para encerrarnos a nosotros y permanecí allí durante un mes.
Durante ese mes, ¿sufrió torturas?
Si. Nos quitaban la ropa y nos echaban agua fría, nos pegaban con porras, nos colgaban boca abajo y nos echaban a los perros.
¿Cuando salió de aquella cárcel llevó a cabo algún otro acto de protesta?
Unos meses después de salir, un compañero y yo quitamos la bandera de Marruecos de un instituto y colgamos la del Sáhara. Todo estaba muy bien organizado, pero la policía me conoce y a la mañana siguiente, mientras compraba el pan para mi familia, me cogieron. Dos coches me acorralaron y me llevaron a la comisaría. Allí me sentaron en una silla y me ofrecieron todo lo que quisiese a cambio de que dejara el activismo, y les contesté que dejaría el activismo el día que mi tierra fuera libre. Ellos se enfadaron y me colgaron por el brazo que tenía roto. Me comenzaron a pegar con porras hasta romperme los huesos y los nervios, por eso he perdido la movilidad de mi brazo. Me desmayé y cuando me desperté estaba en un vertedero a las afueras de El Aaiún.
Cuando se formó el campamento de Gdeim Izik era muy joven, ¿había llevado a cabo previamente algún acto de protesta?
Empecé en 2005. Era estudiante en un instituto en El Aaiún y cuando terminaba las clases me manifestaba contra el Gobierno marroquí. Me torturaron muchas veces.
Hace un año hizo una huelga de hambre frente a la embajada de Marruecos en Madrid. ¿Qué le motivó a hacerla?
La hice por la espantosa situación en la cárcel de los presos políticos saharauis por Gdeim Izik. Yo no estoy en España de vacaciones, sino para seguir luchando por mi pueblo y por mis compañeros. Hice la huelga para mostrarle al mundo lo que está haciendo Marruecos con los saharauis y para reclamar la libertad de los presos políticos.
¿Cuál es la situación actual de los presos políticos?
Muy mala. Están muy enfermos por las malas condiciones de la cárcel y las torturas constantes.
¿Le gustaría volver al Sáhara Ocupado?
Tengo muchas ganas, pero ahora no puedo volver porque Marruecos no me deja después de la huelga. Tengo que conseguir mucho apoyo para poder volver.
¿Y tiene miedo a volver por las posibles represalias?
No, yo estoy preparado para morir por mi tierra. No importa si me matan, yo tengo que volver junto a mi pueblo.
El fin de semana pasado se hizo la manifestación anual en apoyo al Sáhara Occidental en Madrid. Durante la misma se pedía a la MINURSO, la misión especial para el Sáhara de la ONU, que saliera del Sáhara Occidental, ¿por qué?
La MINURSO no hace nada en los Territorios Ocupados y no vigila los Derechos Humanos. No cambia nada su presencia allí, ni mandan información al Congreso.
Además ahora estamos esperando que el Parlamento Europeo apruebe el nuevo Acuerdo de Pesca entre la Unión Europea y Marruecos. ¿qué opinión tiene al respecto?
En este acuerdo España tiene un papel fundamental, y no entiendo cómo pueden hacernos esto. Si España quisiera podría para el Acuerdo de Pesca, pero eso sería ir en contra de sus intereses.
¿Qué espera el pueblo saharaui de España?
Que no olvide los casi cien años que ha estado en el Sáhara, que no ignore lo que Marruecos está haciendo sobre nuestra tierra. Que no se tape los ojos ante las violaciones de nuestros derechos y las torturas que sufren nuestras mujeres y nuestros hermanos… pero los negocios que comparte con Marruecos pesan más que el sufrimiento de mi pueblo.
Y usted, Kaziza, ¿qué quiere para su pueblo?

Lo que quiero es la independencia y la libertad de todos los presos políticos de Gdeim Izik, que tienen sobre sus hombros condenas que van desde los 25 años de prisión hasta la cadena perpetua. Tenemos que luchar mucho hasta llegar a la independencia, y quiero animar a los jóvenes de todo el Sáhara a defender nuestros derechos, a luchar por nuestro pueblo, pues sin lucha no podemos ganar nada. Patria o muerte.

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