El pasado domingo 22 de diciembre, cientos
de saharauis acudieron a la casa de la familia Dambar, en El Aaiún Ocupado, con
motivo del tercer aniversario de la muerte de su hijo. Said Dambar fue
asesinado por dos disparos de la policía marroquí, uno en el corazón y otro
entre ceja y ceja; ocurrió la madrugada del 22 de diciembre de 2010. El crimen se
ve agravado con la profanación de cadáver y la prohibición a la familia de
darle una sepultura digna.
Amigos y vecinos acudieron al domicilio del
joven asesinado, como muestra de apoyo y solidaridad a la familia, en su justa
lucha por esclarecer los hechos, y como repulsa a la actitud despótica del
régimen alauita, que asesina, tortura y secuestra impunemente.
Said Dambar, era un joven licenciado en
Economía que trabajaba para el Ayuntamiento de El Aaiún. Said era el menor de
los hermanos y el único que tuvo la oportunidad de estudiar y tener una
formación que le permitía trabajar y mantener dignamente a su familia.
La madrugada del 22 de diciembre de 2010,
tras finalizar el partido Barça-Athletic -que vio en un cibercafé próximo a su
casa-, se encaminó a su hogar con la mala fortuna de ser abordado por la
Policía marroquí. Dos disparos, uno en el corazón y otro en la frente, acabaron
con su vida.
La familia del joven asesinado no tuvo
noticias suyas hasta el día siguiente, cuando un grupo de policías marroquíes
de paisano irrumpieron violentamente en su domicilio exigiendo la documentación
marroquí. El hermano mayor de Dambar fue conducido hasta las dependencias
policiales y, posteriormente, ante el Gobernador de la ciudad. Éste, sin darle
ningún tipo de explicación por lo sucedido, le exigió silencio y que aceptara
el hecho de que su hermano había muerto por desobedecer a las “fuerzas del
orden”.
El cadáver de Said Dambar permaneció en el
depósito de cadáveres hasta junio de 2012 (año y medio), esperando una autopsia
que nunca llegó. La familia de Said exigía entonces y exige ahora, que se
investiguen las circunstancias de su asesinato y que se castigue a los
responsables. Sin embargo y lejos de investigar lo denunciado, el Tribunal
Penal marroquí en El Aaiún Ocupado, ordenó sin consentimiento de la familia,
que se enterrara el cadáver del joven saharaui.
El pasado fin de semana, mientras
centenares de saharauis se congregaban en la vivienda de la familia Dambar, el
régimen marroquí acordonaba las inmediaciones con un despliegue policial muy
importante, que impedía salir o entrar a nadie de la vivienda. Entre los
saharauis asistentes cabe destacar, entre otros, a conocidos activistas por los
Derechos Humanos en el Sáhara Occidental Ocupado, como Aminetu Haidar, Ahmad
Hamad y Galia Edjimi.
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