Michel Vieuchange era un escritor conmovido
por la misteriosa ciudad saharaui de Smara. Su visita estaba prohibida para los
infieles y más aun para los franceses colonizadores. Con fama de santa y
rebelde nadie ajeno se atrevía acercarse. Michel se disfrazo de mujer y con
tres camellos, dos mujeres y tres hombres emprende una marcha que le llevo al
límite de su salud. Vio Smara por una horas y regreso. Sus crónicas se publicaron
de forma póstuma en Casablanca en 1931, meses antes murió de disentería. Por
primera vez se edita en castellano bajo el título de “Ver Smara y morir”.
Smara es un bonito nombre para crear un
mito. Es un espejismo en el desierto del Sahara, una ciudad santa, un lugar en
la ruta de los caravaneros, una ciudad fundada y desparecida en menos de 10
años. Fue construida por el chej Ma el Ainin para crear una escala en el
comercio transahariano entre el Sudán y Marruecos. Apareció alrededor de 1898 y
tuvo vida efímera.
Ma el Ainin era considerado sabio, santo y
también guerrero. Nacio en febrero de 1831 mientras su padre residía en Bamako.
Fue jurista, gramático, poeta, teólogo astrologo. Adquirio fama de mago y
milagrero y se le consultaba como adivino. Fue dirigente político y erudito
creador de 314 obras literarias. En Smara levanto una mezquita y una biblioteca
con 5.000 volúmenes.
Falleció en octubre de 1910. Tuvo numerosos
hijos con diferentes mujeres. Su familiares abandonaron Smara.. Las tribus no
quisieron asentarse y Smara no prospero. Quedo como una ciudad fantasma, cuando
apenas tenía 11 años.
La mera existencia en medio de la nada, las
peripecias que caracterizaron la vida de su promotor y su situación en un punto
que, en el primer tercio del siglo XX, resultaba inaccesible para los
extranjeros infieles, crearon en torno a ella un aura misteriosa y novelesca.
Esto incito al escritor Michel Vieuchange a viajar en solitario. Por primera
vez se publican sus crónicas en castellano con el titulo de: “Ver Smara y
morir”.
Michel Vieuchange (Nevers, 1904-Agadir,
1930) viajo en 1930 hacia Smara en condiciones penosas, bajo la amenaza de ser
asaltado y raptado.
Estaba situada en el interior del Sahara
español, en territorio aún no ocupado por la administración colonial y, por
tanto insumiso.
Michel partió de Mogador en Marruecos. En
la retaguardia le esperaba su hermano Jean. El camino fue por senderos de
trocha. Era tan costoso avanzar que su salud se deterioro, pero consiguió
finalmente su objetivo.
Solo pudo permanecer pocas horas en la
misteriosa ciudad. De regreso al punto de partida, falleció de disentirá como
consecuencia de las penalidades sufridas.
Las crónicas del viaje fueron publicadas
por Jean en Francia en 1932 prologadas por el escritor Paul Claudel. La
traducción inglesa de 1949 fue, a su vez, prologada por Paul Bowles.
Ahora se publica en castellano. La
introducción, ocupa la mitad del libro, es del periodista Pablo-Ignacio de
Dalmases (Barcelona, 1945). Vivió en el Sahara español entre 1974-1975 antes de
la invasión de Marruecos. Fue director de Radio Sahara y el diario La Realidad
del Aiun.
Pablo ha participado en el programa de
Radio Euskadi “La Casa de la Palabra” el lunes 2 de marzo de 2015.
Puedes escuchar el audio del programa: http://www.eitb.tv/es/radio/radio-euskadi/la-casa-de-la-palabra/2514820/3017442/familia-vicinay-grandes-cadenas-marinas-ver-smara-y-morir/
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