El Gobierno de Mariano Rajoy, el Partido
Popular y el Partido Socialista permanecen ajenos al drama que vive Takbar
Haddi, la madre saharaui en huelga de hambre ante el Consulado de Marruecos en
las Palmas de Gran Canaria reclamando el cuerpo de su hijo, Mohamed Lamin
Haidala, que murió en El Aaiún por las agresiones sufridas por colonos
marroquíes y falta de asistencia médica.
Esta mujer de 42 años, a la que las
autoridades marroquíes ofrecieron dinero
por su silencio, dijo en la carta dirigida a su hijo: “Me llaman madre coraje
por mi huelga de hambre reclamando justicia,
quisiera no serlo para que tú estés aquí, conmigo”, “si no hay justicia
para qué vivir, no quiero vivir”.
Lleva más de veinte días en huelga de
hambre y no ha habido reacción alguna del Gobierno de España, ni del Presidente Marino
Rajoy ni del Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, el
mismo silencio que se produce cuando Marruecos expulsa a españoles del Sáhara
Occidental ocupado.
Pero el silencio alcanza, también, al
Partido Popular y al Partido Socialista, cada vez menos sensibles a las
reclamaciones del pueblo saharaui. Podemos e Izquierda Unida llevaron a Takbar
Haddi al Parlamento Europeo, donde también UPyD mantiene una permanente postura
de defensa de la causa saharaui, principalmente realizada por el eurodiputado
Fernando Maura, hasta hace poco integrado en esta formación. De Ciudadanos
nada o casi nada se conoce sobre su
postura en relación al conflicto saharaui.
La huelga de Takbar Haddi, que ha tenido que
ser hospitalizada en dos ocasiones por hipoglucemia, trae a la memoria la que
mantuvo a finales de 2009 en la isla de Lanzarote la activista de Derechos
Humanos Aminetu Haidar tras ser expulsada de su tierra, de El Aaiún, por poner
saharaui en la ficha de entrada cuando volvía de un viaje a Estados Unidos.
Aminetu Haidar llegó al aeropuerto de
Lanzarote por una decisión del Gobierno marroquí y con el consentimiento del
español, entonces con José Luis Rodríguez Zapatero de Presidente y Miguel Ángel
Moratinos de ministro de Asuntos Exteriores.
La huelga de Aminetu, decidida a llegar
hasta el final si no regresaba a El Aaiún como ahora lo está Takbar Haddi si no
recupera el cuerpo de su hijo, duró 32 días y motivó un amplio movimiento de
solidaridad nacional e internacional.
Pero no fue el Gobierno de España, que
llegó a reconocer su falta de capacidad para resolver el problema, el que
consiguió que Marruecos cediese: el regreso de la activista de DDHH a su casa
se debió a la definitiva intervención de
Estados Unidos y Francia. ¿Tendrán que
mediar, otra vez, los gobiernos norteamericano y francés ante la ineficacia o
falta de querer hacer del Gobierno de Mariano Rajoy?
De momento y “ante la pasividad cruel e
inhumana del Gobierno de Marruecos, frente al silencio cómplice del Gobierno
del Estado español” la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el
Sáhara (CEAS-SÁHARA) ha solicitado amparo y la intervención urgente de Pablo de
Greiff, Relator Especial del sistema de Naciones Unidas, en relación a la
promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no
repetición.
Mientras, la policía marroquí tiene bajo
vigilancia desde hace tres meses el domicilio familiar de Takbar en El Aaiún.
El 3 de junio obligó a entrar en la casa a su madre, que se encontraba en la
puerta en huelga de hambre en solidaridad con su hija.
No hay comentarios:
Publicar un comentario