viernes, 21 de julio de 2017

¿Quién mató a quién? ¿Quién es el agresor y quién el agredido? Juicio #Gdeim Izik Por Sidi M. Talebbuia

Bajo los estandartes de Hassan II una horda de marroquíes cruzó la frontera del Sáhara Occidental, a finales de octubre de 1975, arrasando con todo a su paso. Y desde entonces la agresión no ha cesado, la persecución se mantiene bajo un fuerte estado policial que secuestra, tortura y asesina a cualquier signo de resistencia proveniente de los legítimos dueños del Sáhara Occidental.
La mayor movilización contra el ocupante ilegal que se recuerda en territorio desde el abandono cobarde de España, y que muchos expertos internacionales califican como el inicio de la primavera árabe, conocida como Campamentos de la Dignidad o de Gdeim Izik, fue cruelmente reprimida por el ejército del hijo del sanguinario Hassan II, el aún más cruel Mohamed VI.
El brutal desmantelamiento del campamento de protesta, en la madrugada del 8 de noviembre de 2010, sin aviso previo y quebrantando la confianza que depositaron los saharauis en la comisión negociadora marroquí, que prometía el oro y el moro... provocó una avalancha de más de 20.000 personas y el caos propio de pánico multitudinario.
El derecho internacional prevé como una de las excepciones a la prohibición del uso de la violencia, el derecho de los pueblos bajo dominación extranjera a la resistencia... y así fue, la mayoría de los jóvenes presentes respondieron a la agresión del ejército marroquí con piedras y lo que tenían a mano, para contener su avance sobre el campamento. Finalmente, y después de días de disturbios y centenares de personas detenidas y en paradero desconocido, una calma tensa se instaló en las ciudades Ocupadas del Sáhara Occidental.
Entre los más de 300 detenidos, 24 fueron seleccionados por su conocido activismo y resistencia pacífica a la ocupación, son los conocidos como el Grupo de Gdeim Izik. Trasladados a Rabat para ser juzgados y condenados con duras penas por un Tribunal Militar, sin garantías ni prueba incriminatoria alguna.
La presión internacional hizo que Marruecos anulara la sentencia del Tribunal Militar y devolviera la causa a un Tribunal Ordinario, un Tribunal que se suponía iba a ser más justo y benévolo con estos presos, que a ojos del mundo entero están condenados por sus ideales políticos.
Sin embargo, rompiendo con la expectativa creada por la Sentencia del Tribunal de Casación marroquí y la recomendación de Naciones Unidas, Marruecos repite los mismos argumentos ya anulados en casación y vuelve a condenar, con penas casi idénticas a las ya anuladas en su día.
Asesinato premeditado de once miembros de las fuerzas marroquíes, ¿quién mató a esos 11 o 14 o 20 agentes? ¿Quién mató a quién? No fueron capaces de establecer la regla más elemental del derecho penal (A mata a B).
Esperan que este pueblo resista en silencio otros 42 años, o que el hartazgo de una juventud cada vez más desesperada y sin perspectivas de progreso vital, no se traduzca en un retorno a la vía armada, creerán que los saharauis seguirán en poniendo la otra mejilla mientras reciben hostias por todos lados.
No sé qué esperarán o qué desean que ocurra, lo que sé es que la historia se repite, que Marruecos está repitiendo patrones muy parecidos a los de la España franquista y que originaron el inicio de la lucha armada del Frente Polisario el 20 de mayo 1973.
El 17 de junio de 1970 una gran manifestación en Zemla (El Aaiún) fue duramente reprimida por la legión española, con centenares de heridos y desaparecidos, entre los que se encontró el ideólogo del nacionalismo saharaui, Sidi Brahim Basiri, tres años después se constituye el Frente Polisario y comenzó la lucha por la independencia.
Gdeim Izik, podría ser esa gran manifestación de Zemla y sus consecuencias, tan injustas para los saharauis, la mecha que prenda las llamas de la espada de Apolo en manos de jóvenes que nada tienen que perder, pues todo le fue robado antes de que nacieran.
Sidi M. Talebbuia

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