sábado, 23 de febrero de 2019

43 AÑOS DE REPÚBLICA SAHARAUI DEMOCRATICA, (RSD)


Artículo/ Por: Alberto Maestre Fuentes, doctor en historia y autor de libro "Un pueblo olvidado"
Diario El Minuto, Chile en su edición del miércoles 20/02/2019. Coincidiendo con la finalización de la retirada de España del Sahara Occidental, el 27 de febrero de 1976, fue proclamada oficialmente la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), en el poblado de Bir Lehlú, en el noreste del país.
Para sus hermanos africanos el primer día legal de sus respectivas independencias representó el inicio de un futuro libre del dominio colonial y el comienzo del caminar en solitario, al menos sobre el papel. Con sus problemas internos -algunos gravísimos, que desembocarían posteriormente en cruentas guerras civiles en varios de ellos- fueron consolidando sus débiles estructuras de estado, para afianzarse ante el mundo como estados soberanos indiscutibles y factibles, y fueron participando en el concierto de las naciones del mundo. Para los saharauis, en cambio, la proclamación de su independencia significó la continuidad de su lucha contra el colonialismo; pero esta vez la fuerza colonial no venía de Europa, sino de un país africano y vecino por culpa de las políticas españolas.
La marcha, o más bien lo se puede calificar de huida de los españoles del territorio (sin haber cumplido las resoluciones de Naciones Unidas que les exhortaron durante años a descolonizarlo, mediante un referéndum de autodeterminación, y cediéndolo unilateral e ilegalmente a Marruecos y Mauritania mediante los “Acuerdos de Madrid”) implicó que los saharauis no pudieran alcanzar su ansiada independencia y no pudieran realizar y completarse como un estado más, árabe, islámico y africano.
La actitud ilegal y vergonzosa de España, que todavía hoy en día están pagando y sufriendo los saharauis, no ha sido enmendada por la antigua metrópoli, más bien todo lo contrario, puesto que la política de los gobiernos españoles sucesivos desde aquella traición ha sido la de beneficiar la ocupación marroquí sin miramientos en favor de una mala entendida política de relación bilateral con Marruecos. 
Para ello España, y esto es comprensible dada su grave responsabilidad en la creación del conflicto, ha intentado manipular y silenciar el problema saharaui a cualquier precio.
Hace tiempo que los medios de comunicación españoles, públicos y privados, no tratan el conflicto saharaui ni hablan de la destrucción, por parte de Marruecos, de la herencia española en las zonas que ocupa el reino alauí. La represión continua y sistemática que lleva a cabo Marruecos en las zonas que controla del Sahara Occidental es ignorada por completo.
La expulsión de periodistas y activistas españoles a favor de los Derechos Humanos del Sahara Occidental bajo control marroquí, además de no ser nunca objeto ni siquiera de una modesta protesta o nota diplomática española, también es totalmente silenciada.
Ya no sólo a España no le importa que se maltrate continuamente a los saharauis sino tampoco a los propios ciudadanos españoles que les defienden e intentan solidarizarse con ellos. Y todo con el único objetivo de no molestar a sus “hermanos” marroquíes. 
Hace cuarenta y tres años que los saharauis proclamaron valientemente y, en condiciones muy duras y extremas, su independencia. A pesar de que no han podido, todavía, consolidar su estado -por estar más de dos tercios de este ocupado ilegalmente por Marruecos que controla, especialmente, las zonas más productivas y útiles-, lograron su objetivo que es, ni más ni menos, su mera supervivencia y ser reconocidos como un estado más por bastantes países, muchos de ellos africanos y por organizaciones internacionales. No en vano la RASD es miembro fundador de la Unión Africana cuya bandera ondea digna y orgullosamente en su sede de Addis Abeba junto con las demás enseñas nacionales de los restantes países africanos, incluida la de Marruecos.
La proclamación de la independencia de Bir Lehlú, hoy bajo control efectivo de la RASD, se puede calificar de acto heroico, puesto que los marroquíes ya estaban asesinando y maltratando a saharauis y también a algunos ciudadanos españoles, que se habían solidarizado con ellos y que, con gran coraje, los intentaban proteger.
A pesar de la masacre marroquí, de la huida de miles de saharauis hacia la zona de Tindouf, en la vecina Argelia, y del descontrol y desprotección de quien debería de haberlos llevado a la independencia, lograron proclamarla en tierra saharaui.
Esto dice mucho de este pueblo valeroso que, a pesar de los años de abandono, lucha y sufrimiento, sigue conservando sus raíces y tradiciones.
En estos cuarenta y tres años el colonialismo marroquí no ha logrado sus objetivos finales de asimilar y anular a los saharauis, aunque, desde el primer momento, enviaron a miles de colonos al territorio.
Los intentos de unificar las zonas saharauis que ocupa y homogenizarlas al resto de Marruecos, suprimiendo sus rasgos diferenciados, han fracasado totalmente.
Los saharauis que viven bajo la ocupación marroquí siempre que pueden alzan su voz y protestan por su situación precaria y en defensa de su identidad nacional. Miles de presos políticos saharauis dan fe de que Marruecos ha fracasado en el Sahara Occidental.
Marruecos fabricó una gran mentira que todavía se debe creer: el Sahara Occidental es suyo.
La ONU es clara y contundente en cuanto a este tema: el Sahara Occidental es un Territorio no autónomo pendiente de descolonizar.
Marruecos ni controla todo el Sahara Occidental, puesto que la RASD tiene el dominio de casi un tercio de este, ni tiene totalmente seguras las zonas que ocupa
De cara al futuro, realmente es positivo que Marruecos invierta miles y miles de millones de dólares de sus arcas públicas en las zonas del Sahara Occidental bajo su control ilegal a costa de no invertir en territorios más precarios de su reino, puesto que, cuando los saharauis alcancen la independencia efectiva de toda su patria, podrán aprovechar las infraestructuras que les han creado y dejado los ocupantes marroquíes.
Si Marruecos no ha propiciado la celebración del referéndum de autodeterminación del Sahara Occidental tal como demanda las Naciones Unidas es, simplemente, porque duda de que el resultado sea favorable a sus tesis anexionistas.
Marruecos no se fía, no ya sólo de los saharauis que dicen que le son afectos, sino que tampoco se fía de los colonos marroquíes que viven allí. Y no es de extrañar: hace bien en no fiarse de ellos. Así que para los saharauis es bueno que los marroquíes sigan dilapidando dinero en tierra saharaui de cara a la efectividad del estado saharaui.
Marruecos y España son los responsables de que en 1976 los saharauis no pudieran avanzar como un estado más y se vieran sumidos en la desesperación y sufrimiento.
El acceso a las independencias nacionales puede venir dado de distintas formas como todos sabemos y hemos comprobado a lo largo de los años. La de los saharauis será totalmente novedosa y genuina puesto que la proclama que hicieron hace cuarenta y tres años, en el pequeño y asilado poblado de Bir Lehlú, sin medios ni apoyos en un medio totalmente adverso, se podrá completar y hacer efectiva en un El Aaiún modernizado y lleno de infraestructuras  a costa del ocupante y contribuyente marroquí.

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