jueves, 6 de febrero de 2020

El intento de Israel de apoyar a Marruecos en el conflicto del Sahara Occidental queda sin impacto


El prestigioso periódico londinense en su edición árabe, Al Quds, desvela filtraciones del juego sucio marroquí en ganar o cambiar la política de los Estados Unidos en su firme postura sobre el conflicto del Sahara Occidental. Al Quds hunde a la diplomacia marroquí en su intento de ganar el apoyo israelí desde sus lobbies en EEUU y de sobornar a la administración republicana en el caso del Sahara Occidental. Al Quds desgrana toda esa fracasada y sucia política marroquí.
La filtración de noticias intentaba penetrar en la opinión pública marroquí
Londres – Al Quds Al Arabi, jueves 06/02/2020. Israel filtró muchas noticias relacionadas con el apoyo de Marruecos para “el acuerdo del siglo” y la recepción de Rabat al primer ministro Benjamin Netanyahu, a cambio del reconocimiento estadounidense a la “marroquinidad” del  Sahara Occidental. Esta información relacionada con la cuestión del Sahara Occidental, puede ser parte de la errónea estrategia practicada por Israel, con el apoyo de un grupo de países árabes, para ganarse a la opinión pública árabe y marroquí en este caso.
Filtraciones y especulaciones intencionadas
En este sentido, los medios de comunicación israelíes, incluido el Canal 13 de Televisión, publicaron noticias que decían que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu estaba dispuesto a mediar con la administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, para reconocer la marroquinidad del Sahara Occidental e incluso abrir un consulado estadounidense en la ciudad de Dajla o El Aaiun en el Sahara, a cambio de ser recibido por el rey Mohammed VI.
Antes de esta filtración, se produjo otra que reveló que Marruecos había adquirido drones de Israel a través de una empresa francesa, además de una declaración publicada por la Agencia Bloomberg, citando a un funcionario marroquí con respecto a la propuesta de abrir un consulado estadounidense en el Sahara Occidental.
Benjamin Netanyahu se centra en gran medida en Marruecos en virtud de la presidencia del Rey Mohammed VI del “Comité de Jerusalén”, y la apuesta es hacer un gran avance para la región del Magreb Árabe Amazigh donde Israel no ha logrado penetrar, excepto en el apoyo de algunos activistas limitados de la sociedad civil.
Y en base a los hechos de la situación relacionada con el tema del Sahara en el ámbito internacional, especialmente cómo las Naciones Unidas y los grandes países manejan el dosier del Sahara, esta noticia sigue siendo solo una estrategia dirigida principalmente a Israel con la que trata de penetrar en la opinión pública marroquí a través de la puerta del Sahara Occidental, que Marruecos considera una cuestión nacional. Y por consiguiente aparece Israel con su apoyo para la unidad de Marruecos.
En la práctica, existen ayudas de asistencia militar prestadas a Marruecos y de seguridad que lleva mucho tiempo y  principalmente están detrás de ella judíos de origen marroquí, y es un tema que se ha dado a conocer aparte del apoyo político.
La influencia de Israel es limitada en el tema del Sahara Occidental
Una fuente marroquí que reside en los Estados Unidos y un experto en relaciones marroquíes-estadounidenses, incluido el tema del Sahara Occidental, explicó a Al-Quds Al-Arabi que Israel no puede ejercer una gran influencia en el tema del Sahara en Washington, con la excepción de mover algunos grupos de presión para suavizar la posición de la administración de los Estados Unidos para no imponerle a Marruecos el referéndum de autodeterminación. Se sabe que Israel, con otras partes como Francia, se había movido para presionar a la administración de Estados Unidos para que no le imponga a Marruecos el plan de 2003 de James Baker que estipula el autogobierno durante cuatro años para después celebrarse el referéndum de autodeterminación.
Al mismo tiempo, la posición de Estados Unidos es firme en el tema del Sahara Occidental, apoyar los esfuerzos de las Naciones Unidas, incluido el referéndum de autodeterminación, y apoyar la autonomía si el Polisario lo aceptara. Ninguna administración estadounidense ha avalado la posición de Marruecos, un hecho que preocupa al país magrebí.
Por lo general hay políticos estadounidenses que defienden la posición del Frente Polisario más que los intereses de Marruecos, y entre ellos están el ex Secretario de Estado John Kerry y el ex Asesor de Seguridad Nacional John Bolton. Sigue siendo muy extraño abrir un consulado estadounidense en una ciudad saharaui en un momento en que Washington no ha aceptado incluir el Sahara Occidental en el acuerdo de libre comercio firmado con Marruecos.
Washington sabe que si reconoce  a la marroquinidad del Sahara Occidental, empujará a algunos países de la Unión Europea a objetar, e incluso Rusia presionará para tomar decisiones que causarán inestabilidad en el norte de África, incluyendo armar al Polisario con armas avanzadas a través de Argelia, y Marruecos será el perdedor.
Y cada vez que la cuestión del Sahara esté vinculada a Israel, Marruecos será el perdedor. ¿Por qué? En primer lugar, el dosier se está internacionalizando a nivel mundial, mientras que el tema del Sahara es en gran parte desconocido para la opinión pública internacional. Al mismo tiempo, el mundo tiene una mala imagen de Israel como un país de usurpación y una potencia ocupante, mientras que Marruecos presenta el conflicto del Sahara Occidental como si fuera un conflicto heredado del colonialismo español y europeo en general en la región. Por lo tanto, cada vínculo entre ambos dosieres debilita la posición marroquí en el ámbito internacional.
Por lo tanto, cualquier apoyo israelí a Marruecos en el conflicto del Sahara Occidental sigue siendo muy limitado, lo que no excederá a movilización de los grupos de presión en Washington y la prestación de apoyo técnico y  militar a Marruecos, tan lejos de una decisión geoestratégica como el reconocimiento de Washington a la marroquinidad del  Sahara Occidental. El objetivo de difundir estas informaciones es el de tratar de ganar el favor de la opinión pública marroquí.

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