*Fuente: Embajada de la RASD en Panamá.
El pasado miércoles 14 de octubre de 2009 el Embajador de la República Árabe Sahraui Democrática en Panamá, S.E. Ali Mahmud Embarek, respondiendo a invitación de la Universidad de Panamá, ofreció una interesante exposición en la Escuela de Periodismo de la Facultad de Comunicación Social, sobre la lucha del Pueblo Sahraui y el proceso de paz, es decir, la aplicación de las resoluciones de las Naciones Unidas.
La RASD, como miembro de la Unidad Africana, lo que busca es recuperar la soberanía total y que los saharauis, refugiados en países vecinos, puedan regresar libremente a su territorio, sin la ocupación, todavía vigente.
Actualmente existen represiones hacia la población y violación de los derechos humanos en todas las zonas ocupadas por los marroquíes, quienes han construido un muro de piedra y arena al cual le han montado alambre de púas y en los bordes hay campos con minas antipersonales, lo cual no solo divide el territorio e impide el reencuentro entre las familias sino que pone en peligro a todos aquellos que circulen en esas áreas, algo realmente vergonzoso en estos tiempos.
Debido a esta situación, a diario ocurren saqueos y pillajes de la riqueza saharaui, entre ellos las minas de fosfato, el petróleo, los metales, como lo es el aluminio y la pesca, desdichadamente con el beneplácito de la Unión Europea.
Muchos de los presentes en la sala se mostraron sorprendidos al escuchar que el Sahara Occidental (antes llamada Sahara Español) es la ÚLTIMA COLONIA LATINA EN ÁFRICA, algo que simplemente no tiene razón de ser.
El pasado 7 de octubre un grupo de activistas cruzó por Mauritania para llegar al otro lado de la RASD y así poder reunirse con sus familiares, no obstante cuando regresaban fueron secuestrados por los Servicios Marroquíes en el Aeropuerto de Casablanca y aún se ignora su paradero. Existe toda una generación que nació y aún vive en los campamentos de refugiados en Argelia, los cuales no comprenden la utilidad del “alto al fuego”.
Finalmente recordó con nostalgia que hace unas tres décadas llegaron a nuestro istmo varios estudiantes saharauis, quienes actualmente se desempeñan con éxito en el devenir cotidiano, puesto que la República de Panamá fue uno de los primeros en reconocer al nuevo gobierno, esto sucedió el 23 de junio de 1978 y otros 82 países más le siguieron a nivel mundial.
La RASD, como miembro de la Unidad Africana, lo que busca es recuperar la soberanía total y que los saharauis, refugiados en países vecinos, puedan regresar libremente a su territorio, sin la ocupación, todavía vigente.
Actualmente existen represiones hacia la población y violación de los derechos humanos en todas las zonas ocupadas por los marroquíes, quienes han construido un muro de piedra y arena al cual le han montado alambre de púas y en los bordes hay campos con minas antipersonales, lo cual no solo divide el territorio e impide el reencuentro entre las familias sino que pone en peligro a todos aquellos que circulen en esas áreas, algo realmente vergonzoso en estos tiempos.
Debido a esta situación, a diario ocurren saqueos y pillajes de la riqueza saharaui, entre ellos las minas de fosfato, el petróleo, los metales, como lo es el aluminio y la pesca, desdichadamente con el beneplácito de la Unión Europea.
Muchos de los presentes en la sala se mostraron sorprendidos al escuchar que el Sahara Occidental (antes llamada Sahara Español) es la ÚLTIMA COLONIA LATINA EN ÁFRICA, algo que simplemente no tiene razón de ser.
El pasado 7 de octubre un grupo de activistas cruzó por Mauritania para llegar al otro lado de la RASD y así poder reunirse con sus familiares, no obstante cuando regresaban fueron secuestrados por los Servicios Marroquíes en el Aeropuerto de Casablanca y aún se ignora su paradero. Existe toda una generación que nació y aún vive en los campamentos de refugiados en Argelia, los cuales no comprenden la utilidad del “alto al fuego”.
Finalmente recordó con nostalgia que hace unas tres décadas llegaron a nuestro istmo varios estudiantes saharauis, quienes actualmente se desempeñan con éxito en el devenir cotidiano, puesto que la República de Panamá fue uno de los primeros en reconocer al nuevo gobierno, esto sucedió el 23 de junio de 1978 y otros 82 países más le siguieron a nivel mundial.
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