EL PAIS. OPINION. SALVADOR PALLARÈS-GARÍ (Presidente de Associació D'Ajuda al Poble Saharaui de La Safor, Valencia) 02/12/2009
Aminetu Haidar fue expulsada de su país, como ya lo fueron los saharauis en 1975. Ahora se repite la historia. Pero con una diferencia. Si en aquel momento el Gobierno español, y los de la Transición, ignoraba el hecho y miraba para otro lado, con el Gobierno actual (y los anteriores) se añade la hipocresía.
Se envían ayudas económicas y humanitarias a los campamentos de refugiados. Se reconoce, implícitamente, que la situación creada -por Marruecos- en el Sáhara Occidental es cuanto menos irregular.
El ministro Moratinos añade otro elemento. Con la situación de Aminetu Haidar, de la que él y el Gobierno ZP son cómplices, tienen un problema: han secuestrado a una ciudadana extranjera y le ofrecen en compensación la nacionalidad española, el estatuto de refugiado.
¿No están afirmando, así, que en el Sáhara hay un problema de violación de los derechos humanos? ¿Por qué no actúan en consecuencia? ¿Por qué siguen haciéndose cómplices de esta violación.
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