Me dirijo a ustedes teniendo en cuenta la peligrosa escalada por la que las autoridades marroquíes intentan arrastrar a las poblaciones marroquíes y saharauis a enfrentamientos violentos.
En efecto, el martes 6 de abril de 2010, mientras que un grupo de defensores saharauis de derechos humanos llegaba al aeropuerto de El Aaiun tras una estancia en los campamentos de refugiados saharauis, la administración marroquí organizó una auténtica emboscada reuniendo a centenares de ciudadanos marroquíes, dirigidos por policías de paisano y de uniforme. Los ciudadanos saharauis, incluidos los familiares del grupo de defensores de derechos humanos que habían llegado a recibirles, fueron atacados dentro del aeropuerto. Personalmente interpelé al oficial marroquí de policía, Sr Khalid Barakat, sobre el peligro de tal artimaña y del riesgo de la maquinaria de la violencia, diciéndole que él y las autoridades marroquíes asumirían toda la responsabilidad de esas incitaciones a la violencia. También me dirigí, en vano, a dos miembros de la MINURSO que estaban presentes en el lugar, sus coches tienen la matrícula1549, para denunciar ante ellos esta agresión y sus peligros. El conductor me respondió “We are not here” (no estamos aquí), tras ser maltratados e insultados, yo, la esposa del defensor de DDHH Mohamed Daddach, Sra Fatimatou Ismaili, y sus tres hijos de 7, 4 y 2 años de edad, los niños estaban muy asustados por lo que estaba ocurriendo.
Después del aterrizaje del avión el grupo activistas saharauis fueron retrasados bajo el pretexto de que su equipaje aún no había llegado. Pero nosotros que estábamos en el exterior del aeropuerto, cerca de la puerta de salida vimos a mujeres saharauis vestidas con nuestra ropa tradicional, la melhfa, a las que grupos de ciudadanos marroquíes intentaban atacar y los servicios de seguridad que allí se encontraban dijeron que esa situación no les concernía, ya que todo el mundo puede moverse libremente en el aeropuerto. Los responsables les dieron finalmente al grupo su equipaje. En ese momento a las personas de civil y de uniforme que se dispersaron por el patio del aeropuerto se añadieron centenares de marroquíes que portaban banderas y fotos del rey. Cuando el grupo salió al exterior fueron atacados por la muchedumbre en medio de un gran escándalo y esta gente comenzaron a golpear al grupo con los palos de las banderas y a escupirles a la cara insultándolos con gruesas palabras y lanzando eslóganes a favor de Marruecos. Los incitadores comenzaron a perder el control y la situación se volvió muy peligrosa. Los servicios de seguridad ordenaron a dos miembros del grupo, Sr Mohamed Daddach y Srta Sultana Jaya, que se montaran en el coche y la muchedumbre empezó a atacarnos y a romper los cristales del coche, que caían sobre nosotros. En ese momento los policías y los vestidos de paisanos me dijeron: “Acelera Ghalia y deja el aeropuerto”. En verdad la situación era muy grave, paré mi coche y les dije: “No pueden matar a la gente, no somos criminales, ustedes tiene que zanjar este problema y dejarnos el camino para salir en paz”. Las hordas agresoras rompieron los cristales, el de al lado de Daddach y el cristal al lado de Sultana estaba abierto por lo que al golpearlo dieron un bastonazo a Sultana en el cuello. Me dirigí a los policías diciéndoles que estaba bajo su responsabilidad provocar este tipo género de violencia entre ambos pueblos, saharaui y marroquí. Finalmente dieron la orden a la horda para dejarme pasar, mientras continuaban lloviendo los golpes de los palos, las piedras y patadas contra el coche y trataban de robarnos el equipaje.
El Land Rover de un ciudadano saharaui, Rachid Ndour, donde se había metido a los pequeños hijos de Daddach acompañados de la ciudadana saharaui Sra Khemida Rahmouni, fue atacado con piedras y los cristales fueron rotos, algunos trozos de cristal cayeron sobre la oreja del pequeño hijo de Daddach. El coche Mercedes de la Srta Malika Ndour fue atacado por piedras, también el coche Toyota 4*4 de Sr Bachir Jfaoni fue atacado a pedradas al salir del aeropuerto.
A la salida del aeropuerto un grupo de unos 12 jóvenes marroquíes que vestían de paisano lanzaron piedras sobre los coches de los familiares.
La defensora saharaui de DDHH Galia Djimi (Traducción no oficial: Poemario por un Sahara Libre)
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