lunes, 28 de junio de 2010

La mala situación económica de Francia obliga a revisar sus relaciones con Argelia

"El Eliseo" estudia "las condiciones de Argelia" a cambio de soluciones a la difícil situación económica de Francia

23/06/2010 Elkhabar por Atef Egdadra (Traducción no oficial de Poemario por un Sahara Libre)

La segunda visita de un Secretario General del Palacio del Eliseo, Claude Gueant, a Argelia, despeja el claro deseo y la urgencia de Francia en acelerar y "corregir" la situación en las relaciones bilaterales. Paris tiene la vista puesta en el próximo nuevo Plan Quinquenal al que Argelia ha destinado 285 millones de dólares, más que en las relaciones políticas, en un momento en que Francia está inmersa en un déficit público sin precedentes.

La primera visita de Claude Gueant a Argel fue el pasado mes de febrero para unas “conversaciones de carácter informal” en las que el enviado francés no tuvo oportunidad de ser recibido por Bouteflika y se conformó con un encuentro con el primer ministro, Ahmed Ouyahia. Eso fue un guiño a Francia por parte de Argelia de que todavía no ha recibido de París lo suficiente para suavizar sus posiciones con ellos. Y probablemente durante el encuentro entre Sarkozy y Bouteflika en Niza (NOTA: para la cumbre Francia-África) hace unos días, surgió el cambio del que ha sido informado el Presidente por su homólogo francés, tras el cual abrió las puertas de acceso al jefe del estado francés en su visita a Al Mouradia (NOTA: palacio presidencial argelino). Previo a las declaraciones de Sarkozy acerca de su visión para la "normalización" de las relaciones con la antigua colonia, queda claro que el presidente francés no tiene puntos de vista nuevos fuera de su anterior "pragmatismo", que se entiende como unas relaciones en las que rigen intereses económicos lejos de los “dolores de cabeza”, según el concepto francés, que trae, "la generación revolucionaria", como la describió, Bernard Kouchner, hace unos días, cercanas a la opinión francesa de mirar hacia otro lado tanto como sea posible para no discutir temas de la memoria, el reconocimiento y la disculpa.

Parece que las limitaciones financieras francesas son el incentivo para el cortejo de Argelia, como se desprende de las declaraciones de Gueant antes de su encuentro con Bouteflika, al "Financial Times" del Reino Unido, donde afirmaba que el gobierno francés está en un aprieto financiero, y es necesario reducir el déficit público en su presupuesto a menos del 3 por ciento antes de 2013 incluyendo actualmente, más del 8 por ciento del producto interior bruto. El primer ministro francés, François Fillon, insistió en la necesidad de recaudar alrededor de 100 millones de euros durante los próximos tres años, la mitad de los cuales debe obtenerse a través de incrementar los ingresos de la Hacienda Francesa. Se desprende de estos datos que el objetivo de Francia es el programa quinquenal por valor de 285 millones de dólares, como ha decidido el gobierno argelino hace unos días. París trata de dar la impresión de que está listo para hacer frente a las exigencias de Argelia, y la pregunta que surge ahora es, qué puede ganar Argelia, las inversiones directas y serias, el apoyo de la Unión Europea con aval francés Francia, un cambio en la posición respecto al Sáhara Occidental, o por lo menos apostar por la "moderación", y facilitar la circulación de personas entre las dos orillas.


La solicitud de la Presidencia francesa a su homólogo argelino, para que se aceptara la visita del Secretario General del Palacio del Eliseo, Claude Gayan, era "urgente", en un momento en el que el acercamiento entre Argelia y EEUU se vislumbra como otro factor sobre el eje de las divergencias, especialmente con el firme interés del presidente Abdelaziz Bouteflika en activar las relaciones entre Argelia y Washington, a expensas de las relaciones históricas con Francia, sobre todo después de que Washington anunciara la retirada de Argelia de la lista de inspección estricta en los aeropuertos de EE.UU., algo que no ha hecho el Gobierno de París.

Esto se reflejó claramente a través de docenas de visitas a lo largo de los meses pasados de funcionarios de EE.UU. a Argelia, a cambio de una importante visita del Ministro de Relaciones Exteriores argelino, Mourad Medelci, a la capital estadounidense hace unas semanas. Todo esto sucede en un momento en el que no ha habido visitas en ambas direcciones de los funcionarios argelinos y franceses, a excepción de una visita anterior del Secretario General del Eliseo, Claude Gueant, y un encuentro "informal" entre Bouteflika y Sarkozy en el que primaron las "adulaciones diplomáticas" más que cualquier otra cosa.


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Este otro artículo es anterior a la visita de la delegación francesa y explica el motivo del aumento de tensión en las relaciones entre ambos países.
En busca de recuperación

Le Financier (prensa argelina) 09 de junio de 2010 por Abdelkader Bachiri (Traducción no oficial de Poemario por un Sahara Libre)


¿Bouteflika recibirá esta vez el emisario de Sarkozy? ¿La anunciada visita por el secretario general del Elíseo, Claude Guéant, el próximo 20 de junio a Argel sería el preludio de una reactivación de las relaciones políticas franco-argelinas minadas estos últimos años por eternas e inmemoriales polémicas?

Es muy prematuro adelantarse sobre este terreno, tanto que todavía no se sabe si el emisario de Sarkozy será recibido o no por el presidente de la República. En caso de que el jefe de Estado le concediera una audiencia al secretario general del Elíseo, podremos decir que ambas partes tienen la intención de sobrepasar las desavenencias que ensombrecen las relaciones políticas entre ambas capitales.

Porque, y es útil de recordarlo, la última vez que Claude Guéant había venido a Argel, flanqueado por una cohorte de responsables del Elíseo, las cosas no ocurrieron como quería la parte francesa. Bouteflika, todavía bajo el choque de las declaraciones hechas algunos días antes por el jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner, sobre el futuro de las relaciones entre ambos países, simplemente se había negado a recibir la delegación encabezada por el emisario de Sarkozy.

Y fue finalmente el Primer ministro Ahmed Ouyahia quien fue encargado de recibir a toda la delegación para expresarle la decepción de Argel sobre las declaraciones a los medios de Bernard Kouchner (NOTA: ministro de relaciones exteriores francés) que condicionaba la mejora de las relaciones entre ambos países al abandono del poder de la "generación de los ex-combatientes de la guerra" de liberación, formada por los antiguos “moudjahidines”, combatientes.

Esto ha bastado para agravar las relaciones entre ambos países bloqueadas desde el episodio de la detención del diplomático argelino Mohamed Ziane Hasseni, acusado de implicación en el asesinato del opositor Ali Mecili. Además, el debate creado en Francia sobre la burla de la identidad nacional se tornó en un proceso en toda regla contra la emigración, particularmente la argelina, en el Hexágono (NOTA: término con el que se conoce a la Francia continental).

Por otra parte, la reactivación de la polémica sobre la muerte de los monjes de Tibhirine y la pretendida implicación del ejército argelino no eran, por decirlo así, unos signos a favor del apaciguamiento, sin embargo deseado por la sociedad civil y los actores económicos. Otro elemento de peso en el empeoramiento de las relaciones entre ambos países es la iniciativa francesa de clasificar a Argelia en la lista de los países de riesgo.

Esta situación empujó a las autoridades argelinas a endurecer más tono en el debate sobre los crímenes cometidos por el ejército colonial durante la presencia francesa en Argelia. Las relaciones se han quedado en este punto hasta este desplazamiento sorpresa del presidente Bouteflika a Niza para la cumbre Francia-África.

El jefe de Estado que respondía favorablemente a una invitación de su homólogo francés ha elegido el apaciguamiento. Se ha perseguido el abrazo entre ambos presidentes, este gesto se interpreta casi como una súplica de Sarkozy a de Bouteflika: "por favor, ven".

Este ambiente probablemente anunciaba una tregua, pero, hay que decirlo, los informes son todavía demasiado fríos para ver avances rápidos en este sentido allí. Al enviar a Guéant, su colaborador más próximo en el Elíseo, Sarkozy espera ciertamente aprovechar la nueva situación nacida del viaje de Bouteflika a Niza para intentar una reactivación de las relaciones entre ambas orillas.

Sin duda alguna en este marco se inscribe la visita a Argelia anunciada por Claude Guéant. Lo que el destino reserve a la parte argelina en esta visita nos dará una pista de manera más precisa sobre el futuro de las relaciones entre Argel y París.

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