01.09.2010 - ALI SALEM ISELMU. PERIODISTA Y ESCRITOR SAHARAUI. VITORIA-GASTEIZ
El ataque a los activistas prosaharauis constituye una acción propia de una dictadura que se aferra al conflicto del Sáhara Occidental para crear una tensión permanente con España en temas de mucha sensibilidad, como son la inmigración, las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y la seguridad. Marruecos debe entender que un Estado democrático y responsable no puede tolerar una agresión de esas características a sus ciudadanos por el simple hecho de expresar su opinión reconocida por la propia comunidad internacional en torno a la necesidad de respetar los derechos humanos en el territorio del Sáhara y exigir la celebración de un referéndum de autodeterminación que cierre definitivamente el inconcluso proceso de descolonización.
Si Marruecos quiere ser aliado de Europa y España debe olvidarse de su política expansionista, someterse a las resoluciones de las Naciones Unidas y permitir a la sociedad civil ejercer de forma libre sus derechos, de lo contrario puede quedarse aislado por más que sus valedores ejerzan el derecho de veto en el Consejo de Seguridad para seguir manteniendo su impunidad. Cuánta represión necesitará el régimen marroquí para someter a los saharauis y hasta cuándo el mundo seguirá mirando para otro lado. La no solución del contencioso del Sáhara Occidental será siempre una fuente de tensión permanente entre España y Marruecos.
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